Colores en el Mar

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Colores en el Mar

El barco se mecía levemente con cada ulular de las olas, el agua estaba cristalina, mientras que en el cielo perezosas nubes se desplazaban en direcciones desconocidas., Las observaba indefiniblemente a una, u otra por igual, ya sean a las mismísimas nubes, o a las olas en el mar.

Un día tranquilo, tal, y como normalmente era en la actualidad, simplemente el desplazar de la mercancía, y o clientes de una lado a otro, e incluso en ciertas épocas hacerlas de pescadores., Una vida en el mar, algo normal para ellos, pero no siempre había sido así, el barco principal por el que ahora se desplazaban "La Corbeta de Hierro" había llegado a ser conocida así por haber sido una de las grandes armas del mar en tiempos remotos, un símbolo del terror generalizado con tan solo ser divisada, debido a que sobre su enorme mástil, una bandera ondulante identificaba, y explicaba por si misma a que se dedicaban., El símbolo, un cráneo con dos huesos cruzados.

En el pasado, generaciones anteriores a la actual ellos habían sido piratas, se dedicaban a robar ya sea a mercaderes, o a cualquier inepto que se decidiese a cruzarse por su camino. Robar, hundir, y dejarlos abandonados a su suerte les era normal., La indiferencia sobre lo que les ocurriese a los demás era total., Aun así, esas eran épocas en las que dichas acciones eran la norma del mar, no la excepción. Las flotas de piratas surcaban los mares a toda su extensión, mucha de ellas mucho más grandes que su propia flota, una competencia se producía allí.

No era tan mal visto hacerlas de pirata, después de todo era eso, ser pirata, o ser víctima de piratas, eran las únicas opciones en aquellas ya lejanas, y remotas épocas., Pero ahora todo eso había quedado atrás, muy atrás, y ya no quedaba ningún vestigio de ello, ya ningún pirata recorría los mares, o al menos ya no eran tan frecuentes como solían serlo, por lo que cruzarse con uno era considerado algo muy extremadamente raro., La noción general indicaba que esos días habían quedado en el pasado.

- ¡Mira allá! // Gritó ella emocionada.

- Son delfines. // Le dijo el calmadamente.

- Son tan lindos... // Volvió a decir ella mientras los veía a la distancia, y como saltaban por sobre la superficie del agua para hundirse en ella, y volver a emerger nuevamente.

Por su parte su hermano luego de unos instantes volvió a concentrarse nuevamente en el manejo del barco.

Durante horas a babor, y a estribor los delfines los acompañaban danzantes a su alrededor, y ella los observaba, y se fascinaba con su andar.

La noche llegó, y junto a ella las estrellas resplandecientes en el cielo, viéndose como pocos lugares del mundo pueden jactarse de hacerlo, sin contaminación lumínica alguna que las opacase., Y debajo, en el mar, sus reflejos acompañados por la bioluminiscencia que se producía de los colores más variados posibles., Y junto a todo ello, los colores, los colores que con su típico danzar pasaban por sobre, y debajo de las olas, por, y sobre los contornos de los barcos, por, y sobre la tripulación, y ella misma, una de las cosas que más les gustaba apreciar, y si bien durante el día podía ver esas figuras lumínicas de diversos matices, era de noche junto a las resplandecientes estrellas en donde su hermosura podía apreciarse realmente, y con toda claridad.

- ¿Otra vez piensas desvelarte observándolas? // Le preguntó su hermano mientras se le acercaba a un lado, y le tocaba su hombro., Ella estaba apoyada en una baranda junto al timón del barco simplemente observando fascinada a la distancia., Reaccionó con lentitud.

- ¿Qué dices? // Preguntó superfluamente ya que luego contestó. // No, no, mucho por lo menos. Solo un poco más.

- Puedes verlas durante el día también.

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