Capítulo 2

955 112 16
                                    

Eso fue hace dos meses, y ahora, está lloviendo otra vez, llueve por primera vez desde aquel día. Cae sobre las hojas, y Louis recuesta su frente contra la ventana, acunando una taza de té entre sus manos y piensa, ¿Qué carajo salió mal?

A veces todo se siente tan distante ahora que no sabe qué hacer después, en caso de que todo se derrumbe. Eso nunca pareció posible antes, pero, por otra parte, nunca ha sido así antes. Las cosas cambian, supone Louis, y no tiene idea de cómo regresar el tiempo atrás.

Es sábado por la mañana, y Harry está en el gimnasio con Liam. Que de por sí no es un gran problema, supone Louis, pero últimamente Harry parece estar siempre en alguna parte que no lo involucra a él, y esto se siente como otro clavo en el ataúd de algo más grande de lo que puede articular.

Comenzó después de que les contaron a sus amigos, llamaban a sus madres esa noche, y Harry no fue a la cama con él. Dijo que tenía demasiada energía, necesitaba cansarse un poco, y cuando Louis le guiñó el ojo y dijo puedo ayudarte con eso, Harry solo le dio un beso de buenas noches y le dijo que saldría por un rato.

Ha pasado una hora desde que Harry salió y Louis no puede quedarse dormido, un sentimiento nervioso en su estómago no lo ha dejado desde entonces.

No han pasado un día del fin de semana juntos en mucho tiempo, porque Harry está en el gimnasio o está viendo a sus amigos del trabajo o tiene una enorme y urgente tarea que hacer que no tiene lugar en su casa, tampoco tiene que ver él, y si Louis piensa demasiado en ello se siente enfermo. Se ha concentrado nuevamente en el trabajo después de un periodo de calma relativa, el cual Louis cree es debido a la impredecible naturaleza de las cosas, pero con todo lo demás es solo que... es demasiado. Es mucho más preocupante por el hecho de que el verano acaba de comenzar y Louis no tiene aulas llenas de estudiantes para enseñar durante tres meses, así que, se sienta junto a la ventana todos los días sumergiéndose tan adentro en las profundidades de su tristeza que a veces no se mueve por horas. Se pregunta si Harry siquiera lo ha notado.

No le dice a nadie, no dice ni una palabra, porque cuando no lo piensa demasiado, cree que todo podría estar en su cabeza. Solo que no es así.

El papeleo que han juntado en un par de semanas sigue en el mismo lugar que estaba cuando todos sus amigos se reunieron en su casa, y Louis se detuvo de preguntarle a Harry que firmara aquí y pusiera su inicial ahí. Son muchas las veces que lo escuchó decir después, o después de cenar, o qué te parece la próxima semana, porque suena tan horrible como algo más grande de lo Louis se niega a querer escuchar.

No saber es la peor parte. No saber lo que ha hecho, no saber hacia dónde se dirigen, no saber dónde se encuentra la cabeza de Harry o porque está ahí. Le preguntó a Liam una vez, si Harry no le había dicho nada de él, y después de una hora de haber sido intimidado y de una triple comprobación de que todo estaba bien, Louis decidió no preguntarle a nadie de nuevo.

Su teléfono comienza a vibrar y se empuja a si mismo lejos de la ventana, se acerca al sofá en donde se encuentra metido entre dos cojines.

Siete años después, y Harry sigue guardado como 'Hazza' en su teléfono, desde que se conocieron en una fiesta de un colegio a la cual Louis no quería ir y Harry era demasiado joven para ser legalmente responsable. Casi lo hace querer llorar.

Hola, fui a la casa de Ben y comeremos juntos el almuerzo. ¿Te veré más tarde? X

Más que nada, a Louis no le gusta el signo de interrogación.
Harry regresa a casa la noche del viernes con su cámara colgada en el hombro, y Louis siente como si no lo hubiese visto en toda la semana.

-Hey -dice, tratando de mantenerse distraído, tratando de no levantarse y brotar como si fuera un gran problema que Harry caminara por esa puerta.

LIKE A BASTARD OH THE BURNING SEA || One ShotWhere stories live. Discover now