Si creyeron que iba darme por vencido tan fácil, están equivocados.

Camine de nuevo hasta su casa evitando que alguien me viera. Me escabullí por los arbustos y trate de idear un plan para hacer que ella quisiera hablar conmigo.

El apeste de basura no me dejaba pensar con claridad, y eso era porque estaba justo al lado de un bote repleto de basura.

Una idea loca cruzo por mi cabeza, y como no, si después de todo yo estaba loco por ella.

Tome del recipiente una caja de pizza y recordé que en mi camioneta tenía una gorra y unos lentes, así que fui por ellos.

Me puse mi disfraz de repartidor de pizza y camine de nuevo a su puerta.

Toqué el timbre una vez hasta que se abrió.

Traje su pizza. — Le sonreí al niño de por lo menos unos 8 años que estaba frente a mi.

¡Melissa trajeron la pizza! — Grito este desde su lugar.

No pedimos pizza...

Su boca se abrió ligeramente al verme.

Enano, ve a la cocina, ahora te alcanzo.

El pequeño asintió dejándonos solos a los dos.

Me miro fijamente sin ninguna expresión en el rostro.

Vete.

No hasta hablar contigo.

Iba a cerrar de nuevo la puerta en mi cara pero la detuve antes de que lo hiciera.

Sólo cinco minutos, por favor. — Suplique con la esperanza de que cediera.

Me miro unos segundos y abrió por completo la puerta.

Tienes cinco minutos.

Entre aún con la caja de pizza en mis manos, siguiéndola hasta los sillones de su sala.

Se cruzó de brazos.

Suspire dejando a un lado la caja de pizza.

Melissa, lo siento, en verdad lo siento pero todo lo que hice tiene una razón, lo juro. — Trague saliva antes de continuar.— Las relaciones no están permitidas, y el fotógrafo sacó una foto de nosotros juntos lo cual me daría problemas, y así fue, me prohibieron acercarme a ti, incluso dirigirte la palabra, y en serio trate de olvidarte, lo intente pero no me sirvió de nada porque yo aún te quiero y no lo puedo ocultar.

La mire pero ella tenía la mirada hacia abajo, así que tome sus manos.

Lamento lo que dije el otro día cuando chocamos, fui muy estúpido al haberle dicho eso a la otra chica, pero como te dije soy un completo estúpido y a veces no mido lo que digo.

Me quede en silencio un momento esperando recibir alguna respuesta de su parte.

¿Es todo lo que tienes que decir?— Soltó mi mano y esta vez me miro a los ojos.

No. — Negué. — El otro día, te llame muchas veces, y nunca contestaste.

Estaba ocupada.

Un Deseo 2 » a.vWhere stories live. Discover now