1. ¿Quién eres tú?

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Michael seguía paseando por las calles, sin rumbo alguno, pero no estaba perdido. Y por alguna razón él se sentía muy observado y juzgado sólo por sus notorias orejitas de gato; era un híbrido, para la gente era muy raro ver eso, pero no era excusa para hacerle sentir discriminado. Sin embargo, aquellos días de llanto por eso quedaron atrás.
Ahora Michael sólo se preocupaba en tener un hogar...o un amo a quién querer y adorar.
Quizás este seria su día de suerte, pues un chico rubio se había mudado al vecindario. El chico se instaló en una casa, la cual Michael jamas había entrado porque la familia que vivía en ella odiaba a los gatos, y Michael se asustaba a veces.
Era verdad que a él le gustaba visitar casas cuando el dueño no esta en ella, pero estando o no la familia en aquella casa, él simplemente no podía por el temor.

Aunque...no le molestaría en lo absoluto visitar la casa de aquel chico lindo que le llamó la atención. Incluso, Michael no podía dejar de mirarlo, era realmentete lindo. Se podía decir que a Michael le empezaba a gustar.

-¿Pueden ayudarme a llevar esto a la casa por favor? -dijo el chico rubio, su nombre es Luke.

-Claro.-dijeron unos hombres que salieron del camión para abrir la parte trasera de esta y sacar los muebles.

Michael sólo observaba lo que sucedía desde un arbusto, que estaba en frente de la casa del rubio.

"Es lindo" pensó Mike acerca del rubio. Al poco tiempo, a Michael le empezaba a gustar cada vez mas Luke.

(...)

Cuando terminaron de meter los muebles a la casa del chico, el camión se fue y aquél rubio entró a su casa. Michael aprovechó que no había nadie en la calle y decidió echar un vistazo a la casa, y quizá al rubio. Sólo para saber que hacia.
Se asomó a la ventana del lado derecho de la puerta que estaba despejada y pudo observar que el rubio mantenía una conversación con alguien por teléfono, mientras daba pequeños pasos a la izquierda y a la derecha una y otra vez, marcando los pasos.
Terminó de hablar y colgó, para poder después dirigirse a la puerta y salir por esta. Michael debía ocultarse. Se escondió en un arbusto lleno de flores violetas, parecido al tono de cabello que tenía Michael.

El rubio se encaminó hacia su auto y subió a este, para después arrancar e irse a hacer unos mandados.

Por fin, nadie estaba en la casa. Michael salió de aquél arbusto y se metió caminando en cuatro por la ventana que, el torpe chico rubio, dejó abierta.

A Michael le pareció bonita la casa, así que decidió explorarla un poco más y subió las escaleras que llevaban a más habitaciones, como el baño y el dormitorio.

(...)

Luke estacionó su auto en el garaje y se adentró en su casa.
Michael aún seguía dentro de la casa, pero al parecer no le importó que el chico entrara y siguió explorando.
Al rubio le pareció escuchar ruidos extraños, y caminó hasta su habitación. No habían ladrones. ¿Qué sería?
Bajó las escaleras y se asomó detrás del sofá. Sí no eran ladrones puede que se haya caído algo e hiciera ruido al hacerlo.

Lo que Luke no sabía y que tampoco se daba cuenta era que el pequeño gatito estaba paseando detrás de él.
Luke volteó, pero fue tarde, pues Mike ya estaba pasenadose por la cocina ahora.
Él siguió el rastro de Michael, pero no había nada. ¿Dónde está aquél gatito?
Luke decidió no buscar más y se adentró en la sala, que era la habitación principal al entrar en la casa, y miró hacia la ventana. Todo estaba en orden, no había rastro de algún maleante.

-Meow.-escuchó maullar a un chico.
Luke pegó un saltito como respuesta y un pequeño grito de unos 0.2 segundos.
Estaba sorprendido.

-¿Q-quién eres? -Michael se sentó como gato, sin dejar de mirar a Luke.

-Me llamó Michael.

-Y...¿que haces aquí? Esta es mi casa.

-Lo sé, y me gusta.-sonrió y dejó salir una risita. Luke estaba confundido.

-¿Por qué entraste a mi casa, gatito?

-Me llamó la atención. No le veo problema.

-Pero ésta es mi casa, ¿no tienes una propia, amigo?

-¿¡Amigo!? ¿¡Somos amigos!? ¡Mi primer amigo! -Michael se lanzó encima de Luke, abrazándolo. Se sentía feliz al abrazar a Luke.

-Calma, calma. Todavía no nos conocemos.

-¿Cómo te llamas?

-Luke.-sonrió levemente y prosiguió:-Mira, Michael. Te repito que ésta es mi casa. No puedes estar aquí porque necesito privacidad y espacio. ¿Entiendes? -Michael se apartó de Luke para volverse a sentar como solían hacerlo los gatos.

-Me gusta entrar en las casas de otros sin que me descubran, pero tú ya lo hiciste.-fue interrumpido por el sonido de su estómago al gruñir. Michael miró su pancita confundido, pero luego entendió que era por hambre.-Creo que tengo hambre...

-Pues ve a tu casa y come algo.

-No tengo casa, pero sí mucha hambre.-Luke suspiró.

-Te invitaré a comer algo, pero sólo esta vez, ¿bien? ¿Qué te gustaría comer?

-Algo grande.

-Las pizzas son grandes, ¿quieres que podía una o...?

-Yo no como eso, por lo usual como lo que me da la gente a veces, o lo que encuentro en la basura...pero estoy viendo algo delicioso que me gustaría probar.-dijo mirando la entrepierna de Luke.

-¿Qué? -preguntó bajando la mirada a Michael, quien seguía observando su entrepierna. Luke, al verlo qué estaba mirando el gatito, se sonrojó.-Ummm...

-Luke-dijo casi en un gemido.-, muero de hambre.-Michael se relamió los labios y, en un rápido movimiento, se acercó a Luke para bajarle los pantalones, y después bajar su ropa interior también.
Logró acorralar a Luke en la pared.

-¿¡Q-qué haces!? -Michael tomó el pene de Luke para proceder a lamerlo de una manera que en hacían los gatos. El rubio se estremecía ante el tacto. Lamió la polla de Luke con la punta de su lengua, lentamente. Es como si el pene de Luke fuera su chupete.-N-no, para...mmhh...M-Michael...-gimió.
A pesar de que Luke no quería "ser comido" por Michael, le gustaba en cierta forma, y no paraba de gemir.
Luke bajó su mano para tomar al gatito de su cabello y acercarlo suavemente.
Michael comenzó a meterse el pene de Luke hasta tocar su garganta, literalmente parecía como si estuviera comiéndoselo.

Al cabo de unos segundos, llegó la parte favorita de Michael y Luke se corrió en la boca del gatito.

-Mmmmh.-gimió pasando uno de sus dedos para limpiarse el semen de Luke. Michael ya no estaba hambriento, el placer lo distrajo de su hambre. O quizás era porque Luke se corrió demasiado y eso provocó llenar un tanto el estomago de Michael. De cualquier modo, a él no le parecía algo asqueroso. Como Michael no conocía mucho sobre el cuerpo humano, creía que lo que Luke derramaba cuando él chupaba su pene era leche, y el alimento favorito de los gatos es la leche, ¿no? Sólo que esta era un poco más espesa.

-M-Mike...-gimió en voz baja.

-Gracias por la comida, Lukey. Ya no tengo hambre.-sonrió, y dicho esto, Michael se retiró por la ventana, dejando a Luke muy confundido.

"¿Acaso ese loco acaba de chuparmela?" -pensó.

No sabía si ese gatito volvería a su casa, y mucho menos si volvería a hacer la misma travesura de hoy...aunque para Luke no sería un problema si llegara a ocurrir de nuevo.

"gatito" - muke smutWhere stories live. Discover now