Capitulo 1

50K 2.2K 61
                                    

Aquí os dejo el primer capítulo de la historia. Espero que os guste y comentéis. Siento haber tardado tanto en subir, me acaban de entregar el ordenador. Un saludo

Capitulo 1

Rancho Holyday, Texas 1820

Esa mañana Shannon estaba preocupada, las cosas en el rancho no estaban bien. Su padre ya se estaba haciendo mayor y no podía con todo. Ella era una mujer, y había cosas que no podía hacer por sí misma, y su hermano todavía era demasiado joven. Adam tenía solo diez años y todavía iba a la escuela. Necesitaban ayuda, tenían que contratar a alguien para que ayudara a su padre. Pero el problema era que no tenían dinero para pagar a ningún empleado.

Su vecino Abbe Simmons ya le había ofrecido varias ofertas para que le vendiera las tierras, pero ella había declinado todas. No estaba dispuesta a vender el rancho y sabía que su padre opinaba lo mismo. Varias veces durante la noche cuando su hermano ya se había retirado a dormir, su padre y ella se sentaban en la mesa de la cocina y hablaban sobre el tema.

-Ese Simmons no se saldrá con la suya - le decía siempre su padre -. No se va a quedar con algo que he levantado yo solo con mis propias manos a base de mucho trabajo y esfuerzo.

Y el rancho había seguido adelante. Su padre trabajaba de sol a sol y ella le ayudaba en las tareas domésticas del rancho. A veces su hermano le ayudaba cuando no tenía que ir a la escuela.

Esa mañana Shannon estaba trabajando en el huerto que tenían para su uso personal, cuando escuchó que se acercaba un jinete. Era demasiado pronto para que fuera su padre, así que se imaginó que sería Abbe Simmons. No le gustaba que se presentara allí estando ella sola, le hacía insinuaciones poco apropiadas. Se tanteó el bolsillo del delantal y notó con alivio que su revolver seguía allí. Cuando el jinete estuvo más cerca vio que en efecto, se trataba de su vecino. "Maldición, no tengo ganas de enfrentarme a él en este momento" se dijo así misma mientras apretaba las manos contra su falda a la espera de que Abbe Simmons llegara hasta ella. Abbe Simmons era un hombre de unos cuarenta años, tenía el pelo negro, unos pequeños ojos de color marrón y labios finos. Encima del labio superior tenía un pequeño bigote fino. Ese hombre era muy desagradable y cada vez que se le acercaba sentía repugnancia. Cuando Simmons llegó a su altura, se bajó del caballo y se acercó a ella con esa sonrisa tan característica de él que había que a ella se le pusiera el bello de punta. Por dios, que hombre tan desagradable.

-Mi querida Shannon - dijo Simmons mientras intentaba cogerle de las manos.

-¿Qué es lo que quieres Simmons? - dijo Shannon mientras se apartaba de él -. ¿A qué has venido?

-¿Acaso no es evidente mi querida Shannon?

-No vamos a vender el rancho - dijo Shannon con furia -. Lo sabes muy bien. Mi padre y yo te lo hemos dicho muchas veces.

-Sí, es verdad - dijo Simmons mientras la cogía del brazo y la apretaba contra él -. Estás muy hermosa esta mañana Shannon.

-¡Suéltame! - gritó Shannon mientras intentaba soltarse de su agarre.

-Todo esto terminará siendo mío - dijo Simmons mientras la cogía de la cintura y la apretaba contra si más fuerte -. Incluida tú, dulce Shannon. No sabes cuantas ganas te tengo.

-¡Basta! - gritó Shannon mientras le daba un pisotón y le empujaba con fuerza -. Jamás tendrás estas tierras, y mucho menos a mí.

-Ja, ja, ja - rio Simmons mientras volvía a acercarse a ella -. Eso lo veremos.

Shannon lanzó un grito de furia y se lanzó contra él dándole un puñetazo en el rostro. Acto seguido sacó el revólver del delantal y le apuntó con él.

-¡Fuera de mis tierras! - gritó Shannon con furia.

Simmons sonreía mientras se limpiaba la sangre que le salía del corte que le tenía en el labio a causa del golpe.

¡Maldito estúpido! Pensaba Shannon mientras le quitaba el seguro al revólver.

Ya llevaba diez años en ese país. Tres de ellos lo había pasado en Boston, y las cosas habían sido muy parecidas a la vida que llevaba en Londres. Devlin ya se estaba cansando de todo aquello, las mujeres eran todas iguales.

Cuando llegó al oeste, Devlin se forjo una reputación como pistolero a sueldo, pero con el tiempo empezó a cansarse de eliminar a hombres por dinero. Había recorrido medio Texas para encontrar trabajo, hasta que empezó a trabajar en un rancho. Al principio todo había ido bien, hasta que la hija del ranchero empezó a colarse en su habitación por las noches intentando meterse en su cama. Al principio Devlin declinaba la oferta con delicadeza, pero pronto la chica empezó a ser muy insistente y él tuvo que irse de allí. ¿Es qué no iba a ver ningún maldito lugar en el que pudiera trabajar sin que una mujer intentara seducirlo?

En ese mismo instante Devlin estaba divisando otro rancho desde lo alto de la loma donde se encontraba. ¿Tendría suerte en este rancho? Devlin empezó a bajar la loma con lentitud, fijándose bien en el rancho mientras iba acercándose. El rancho no se veía muy bien desde donde se encontraba, y se imaginaba que quizás necesitaran ayuda.

Cuando estuvo más cerca, Devlín escuchó el grito de una mujer. Pero no era un grito de miedo, sino de furia. Espoleó a su montura a que fuera más rápido, y al poco llegó a dónde se encontraba el jaleo.

Había una mujer joven y bonita, era alta con un hermoso cuerpo. El cabello lo tenía recogido en una cofia, y unas suaves ondas de cabello castaño le rozaban las mejillas que en ese momento estaban sonrojadas. Tenía un hermoso rostro de pómulos altos, nariz respingona y unos hermosos labios que te invitaban a besarla. No podía verle bien el color de los ojos, ya que en ese momento estaban entrecerrados por la furia. Tenía un revólver en la mano y apuntaba con furia a un hombre de unos cuarenta años, de aspecto anodino.

-¡Fuera de mis tierras! - estaba diciendo la mujer a ese hombre mientras amartillaba el revolver para dispararle.

Estaban tan ensimismados en la disputa que no se habían dado cuenta de su presencia. Él hombre sonrió a la mujer y se dirigió a su caballo. Pero antes de subirse se volvió de nuevo hacía ella.

-Esto no quedará así Shannon, volveré - dijo el hombre mientras se subía al caballo y se alejaba al galope.

Cuando el hombre se fue, la mujer, Shannon le había llamado el hombre, lanzó un suspiro de alivio y volvía a poner el seguro en el revólver. Cuando iba a guardarlo de nuevo, se dio cuenta de su presencia. Volvió a levantar el revólver y le apuntó.

-¿Quién eres? - preguntó con furia -. ¿Qué quieres?

-Tranquila - dijo Devlin mientras levantaba los brazos -. Solo busco trabajo.

Al Otro Lado del OceanoWhere stories live. Discover now