El roce de tu cuerpo. |Louis Tomlinson|

Prólogo

Estaba sola, tenía demasiada gente alrededor y a pesar de eso no podía entablar conversación con ninguna. Era invisible para el resto, y también el resto del mundo era invisible para ella.

Maya había nacido sola y moriría sola.

12 de diciembre de 1997.

Amanda era una mujer reservada, tranquila y misteriosa, quizás se volvió tan reservada y fría a causa de las continuas agresiones por parte de Frederick, su marido. Ella estaba embarazada de una preciosa niña, pero era consciente que desde el primer día su vida, su hija sufriría. Por eso, la madrugada del 12 de diciembre, cuando Amanda rompió aguas, su hermana se encontraba con ella, ya que Frederick estaba trabajando en la fábrica de conservas del pueblo, como guarda de seguridad; con la ayuda de su hermana, Amanda tuvo una hija sana y con un peso correcto.

Ambas decidieron llevar a Maya a la puerta de una casa de la familia Tomlinson, la más adinerada y mejor posicionada del pueblo. Llamaron al timbre, colocaron a Maya enfrente de la puerta, y corrieron hasta que pudieron ocultarse. Desde detrás de unos arbusto Amanda pudo ver como la hija que tanto la había costado mantener durante 9 meses ahora pertenecería a otra mujer, y todo por culpa de su marido.

Casa de la familia Tomlinson.

Todos estaban atónitos ante lo que había sucedido minutos atrás. Ahora, el matrimonio tenía una hija con procedencia desconocida, además la señora Tomlinson, Sarah, estaba embarazada de un niño que nacería dentro de aproximadamente 4 meses.

Aún así, decidieron cuidar a Maya, pues tenían los medios suficientes, y ninguna niña recién nacida merecía pasar el invierno en la calle.

Sarah Tomlinson cuidó a Maya como si fuese su propia hija, incluso Maya poseía el apellido familiar. Al poco tiempo nació el que sería el hermano de Maya, un niño precioso y sano al que llamaron Louis, Louis Tomlinson.

Desde pequeños se congeniaron genial, pues eran de edades muy similares, tanto era así que a la pareja se le presentó un problema cuando al tener ambos 8 años, Maya se dio cuenta de que la diferencia de edad entre Louis y ella no superaba apenas 5 meses. Los Tomlinson no le dieron más importancia, pero en la mente de Maya seguía esa idea, no podían haber sido concebidos por la misma mujer. Pasó tiempo y Maya decidió restarle importancia, después de todo era algo insignificante, tenía todo lo que quería, ropa muy bonita y todas las muñecas que deseaba; incluso una doncella que cuidaba durante todo el día de ella y hacía todo lo que Maya ordenaba.

En cambio, Louis era un chico más simple; vestía con colores oscuros y no hablaba demasiado con su familia. Sus calificaciones siempre fueron de las mejores, era muy inteligente y creativo, ese chico había nacido para hacer arte.

Louis tocaba el piano y el violín. No le gustaba ser tratado mejor ni tener todo sólo por ser hijo de la familia más adinerada; renunció a tener sirvienta y regalaba a sus escasos amigos muchos de los juguetes que para él eran inútiles. Louis no era capaz de adaptarse a tener tanto dinero, era demasiado disinto para su familia.