Reviviendo una vida: Cámara Secreta.

Una Solución.

-¡Harry!- Definitivamente –Si quieres puedes poner las direcciones- Dijo, señalando la masiva pila de cartas por escribir, Potter casi que le gruñe su asentimiento.

Los minutos pasaron como horas y las horas cual años mientras Gilderoy platicaba sobre los delirios de la fama y cómo podían afectar a Harry. Las velas se consumían y con ellas se llevaban la poca luz del lugar; Lockhart lo miró de reojo y, pasando un serpentino brazo por detrás de él, le estrujo de forma leve los hombros.

-Te ves cansado, Harry-

"Ven...ven a mí... déjame que te rasgue...déjame que te rompa...déjame matarte..."

-¿Escuchó?- Si bien Harry no se había sorprendido con la voz del Basilisco, sí quería mantener lejos a su profesor de Defensa y aquello sirvió de maravilla. En un instante de silencio puro, Harry escuchó al rizado hombre reírse con nerviosismo, mientras revoloteaba sus ojos por las paredes en busca de cualquier cosa.

-No...no sé de qué hablas, Harry... ¡Oh, mira la hora! ¡El tiempo vuela cuando te diviertes, eh! Ve a tu Sala Común y duerme- Por primera vez Harry le dio la razón y cuando llegó a la habitación que compartía junto a Draco, encontró a este dormido en su cama, seguramente esperándolo, pero Harry solo conjuró un hechizo para que las camas se dividieran y colocó al rubio sobre mantas ajenas a las suyas; no iba a lidiar con él ahora.

La luz se apagó.

-.-.-.-.-.-.-

"Oscuro, oscuro, oscuro.

Corre, corre, corre; ¿quién le perseguía?

El pasillo podía seguir una eternidad más adelante pero él solo necesitaba correr, escapar, ¿¡QUÉ LE ESTABA SIGUIENDO?!

Sus piernas arden, sigue corriendo.

No hay qué ver, solo sigue corriendo.

Choca incesantemente contra las paredes, ¡CORRE, CORRE, CORRE!

El mundo se deshace, todo sigue negro pero el piso tiembla, él cae.

NO, NO, NO; LO VA A ALCANZAR, ESTÁ JUSTO DETRÁS, ¡TIENE QUE CORRER!

-Destripar... matar...es hora...déjame matarte, ¡DÉJAME CONSUMIRTE!

NONONONONONONO..."

-¡HARRY!-

-¡NOO! ¡DÉJAME! ¡SUELTAME! NO QUIERO, NO QUIERO, NO QUIERO, ¡DÉJAME EN PAZ!-

-¡HARRY! Estás bien, todo está bien; solo es un sueño, solo eso, un sueño- Le acunaba, pero a Harry las sábanas le mantenían en su lugar, doblándose y atrapando su cuello y piernas, intentando inmovilizarlo. Se retorcía peor que una serpiente, sus ojos le ardían, la cicatriz le obligaba a aullar por piedad; Draco le envolvía en sus brazos y Harry se rindió a las plegarias.

-... no... por favor...suéltame, por favor, déjame solo... no hice nada esta vez... déjame, déjame, déjame- Repetía cual mantra -...déjame, por favor, ¡juro que no he hecho nada!-

-Shh- Le mecía el rubio, pero el chico no estaba lo suficientemente consciente como para comprenderle –Es solo un sueño, no te haré nada, Harry... Harry, mírame. Respira, Harry, respira. No. Te haré. Nada. Respira-

Respiró.

Adentro, afuera.

Adentro, afuera.

Adentro...

Se dejo caer sobre el pecho de Malfoy, mientras él le acariciaba el cabello en la base de su nuca y lloraba como niño.

-¿Mejor?- Susurró al rato.