𝐄𝐋 𝐀𝐍𝐂𝐋𝐀 𝐃𝐄 𝐃𝐄𝐑𝐄𝐊 𝐇𝐀𝐋𝐄 | 𝐒𝐓𝐄𝐑𝐄𝐊

El ancla de Derek Hale.

Habían muchas cosas que a Stiles le costaban "entender". Algunas eran relacionadas con los licántropos, el que su mejor amigo ahora era uno y miles de otras cosas que no podía enumerar.

Stiles podía buscar todas esas cosas por google, pero estaba casi seguro que la mitad de la información estaba mal y era falsa. Y Stiles no era de las personas que se quedan sin saber algo.

El castaño si entendía cosas, no había que ser un genio. Había cosas que simplemente descubría y entendía al estar con la manada.

Stiles entendía el "asunto" de los ojos.

De los colmillos.

De los sentidos.

Y de la luna.

Pero, habían otras cosas que no entendía.

Como el asunto del "lobo".

O "las anclas".

Stiles no lograba comprender a que se refería Derek cuando lo menciono por primera vez.

-Necesitas un ancla, Scott...no seas un idiota, la necesitas a ella-

Stiles lo recuerda perfectamente, Derek se lo había dicho a su mejor amigo en una de las miles peleas que había tenido con Allison.

Entendía que un "ancla" al parecer te calmaba, te tranquilizaba, te hacia sentir bien...

Pero Stiles no entendía como saber quien es tu ancla.

Stiles no era un hombre lobo, y tampoco planeaba serlo nunca.

Pero habían cosas que llamaban su atención cada que el pelinegro de ojos verdes los citaba en el loft.

Se preguntaba si debías ser un hombre lobo para tener un ancla.

Y no es como que Stiles haya pensando en cierta pelirroja para ocupar ese puesto.

Solo se preguntaba si debías enloquecer cada luna llena para tener una persona especial. Para que te calme, te tranquilice y te haga sentir bien.

Stiles quería un ancla.

Pero estaba bastante consiente de que no tenia muchas posibilidades de tener una. Después de todo, Lydia Martín parecía perfectamente feliz con el engreído de Jackson Whittemore.

Stiles se cruzo de brazos, viendo como Scott, Isaac, Boyd, Erika y Derek entrenaban. Las chicas hablaban a su lado, de alguna criatura sobrenatural.

Pero por alguna razón era más entretenido ver como Derek le pateaba el trasero a Scott. El menor lanzaba golpes, que el mayor esquivaba, casi con facilidad. Aunque había que darle puntos a Scott, algunos golpes si tocaban al pelinegro.

No todos, pero algo era algo.

Stiles no pudo evitar reír, al ver a Isaac caer al suelo. El rubio lo miro mal, aunque Stiles había intentado reír bajo.

El castaño recordó los sentidos lobunos. Y volvió a reír, bajo la mirada extrañada de Allison y Lydia. Y bajo la "fulminante" de Isaac.

¡Pff! ¡Claro!

Ese chico podía tener colmillos y todo el pelo que quisiera, pero seguía pareciendo un gatito el resto del mes.

El castaño dejo de prestar atención al entrenamiento, y a lo que la morena a su lado le decía con entusiasmo, aunque creía que era sobre Scott. Para ser sinceros, no le importaba demasiado.

Estaba muy ocupado pensando, otra vez, en el asunto de las anclas.

¡Demonios, que el quería una!