¿Aceptas el contrato?

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Esta es la de Robinson McPherson, un empresario humilde que tenía dos hijos y vivía a gusto con su empleo en una pequeña empresa en Berlín. Robinson era un hombre entregado a Dios y amaba mucho a sus hijos, pues era lo que tenía en el momento, ya que su esposa había muerto hacía dos años. Ahora que estaba solo, la situación se le complicaba, pues el sueldo que le ofrecían en la empresa era muy poco. Sus hijos necesitaban útiles escolares para su escuela y Robinson no podía comprarlos porque no tenía con que hacerlo. Este hombre rogaba y clamaba a Dios para que a sus hijos no les faltara nada. Un día en la empresa el jefe le invito a su oficina, y le ofreció a Robinson un contrato que él llamaba especial para que ganara más dinero del que le daban en la empresa. Robinson pensó en sus hijos por un momento, imaginándose los útiles, su casa, el alimento. Se alegró por un momento, pensó que esta era la mejor forma para restaurar su vida. El jefe le explicó lo del contrato, esto era producir la empresa con mercancía ilícita y venderla a los clientes. Al oír esas palabras, Robinson no sabía qué hacer, o era firmar el contrato o era rechazarlo permanentemente y perder su empleo. Respiró por un momento y su respuesta fue No, pues no quería dejar a un lado sus principios por dinero. Se alejó de la empresa destrozado, pero con la conciencia de que mejores cosas iba a recibir y así fue consiguió un empleo mejor, con el sueldo que ganaba ayudó a sus hijos y puso su primera parte a Dios.

Medita ahora:

Si tu fueras Robinson ¿Qué respuesta le darías al jefe por el contrato que te ofrece?

¿Perderías tus principios solo por dinero?






Alientos de vida (Reflexiones)Kde žijí příběhy. Začni objevovat