¿Ese es tu primo?

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Llevamos 20 minutos caminando, la gasolina del auto se acabo hace un rato y nos topamos con un grupo de dientudos que nos retraso un poco, aunque uno tenía un hacha en su cuerpo, así que no fue tan malo, después de todo ahora tengo un arma que es más silenciosa y que en el campamento me acostumbre a ella.

- ¿Sam, sabes donde queda la prisión? - pregunté caminando.

- Claro, a veces tenía que venir a buscar a Jim cuando terminaba su horario de trabajo. - dijo agachándose para pasar bajo un gran arbusto.

- No me habías dicho que se llamaba Jim. - dije siguiéndola por los arbustos.

- He aquí la prisión. - dijo agachada apuntando hacia una reja la cual resguardaba una enorme estructura.

- ¿Ese es tu primo? - pregunté al ver a un hombre con camisa de sheriff cavando en lo que parecía un huerto junto a un anciano con muletas.

- ¿Eh? no a él nunca lo había visto, tal vez es nuevo. - dijo quitándole importancia.

- Si hay un guardia debe haber más, seguramente Jim este vivo. -dije abrazándola por los hombros.

- ¿¡Quiénes son ustedes!? - dijo un hombre de rasgos asiáticos apuntándonos con una escopeta.

- ¡No dispares! - dije poniéndome frente a Sam , la cual parecía estar en shock, al ver que cargaba el arma.

- ¿Quiénes son? - pregunto serio.

- Yo soy Sarah y ella es una amiga se llama Sam, ella tiene un primo aquí que es guardia. - dije tratando de tranquilizarlo.

- ¡Se llama Jim! - dijo rápidamente Sam, vi que el hombre puso una cara de tristeza, pero trato de arreglarla lo más rápido posible.

- No está vivo. - afirme mirándolo triste.

- ¿Qué...? - dijo Sam botando algunas lágrimas.

- No, todos estaban muertos cuando llegamos. - dijo mirando el suelo.

- Son un grupo grande. - dije mirándolo.

- ¿Cómo lo sabes? - pregunto con el seño fruncido.

- Es una prisión, deben de haber alrededor de 2000 prisioneros y 4000 guardias, si estaban muertos, aunque sean lentos no son trabajo de uno. - dije sonriendo al verlo confundido.

- ¿Qué coeficiente intelectual tienes? - pregunto bajando el arma.

- Eso es clasificado para extraños. - dije seria viendo si Sam ya se había calmado, ya que toda la conversación había estado sollozando en mi espalda.

- Bien señoritas me llamo Glenn, un gusto. - dijo estirando su brazo cuando aparecieron varios dientudos detrás de él.

- ¡Cuidado! - grite y le disparé a uno que iba a morder a Glenn.

- ¡Maldición! - dijo y empezó a dispararle a los dientudos.

- ¡Sam corre a la carcel! - grite al ver que nos estaban sobrepasando.

- ¡Vamos a la reja! - grito Glenn, y empezamos a correr a la reja donde estaba la puerta. - ¡Rick, abre la puerta! - grito Glenn y vimos como el hombre de la pala abría la reja junto a un niño.

- ¿¡Quiénes son ellas!? - dijo Rick enfadado apuntándole a Sam, en ese momento trate de correr donde Sam pero una mujer con rastas me tiró al suelo y me apuntó con una katana y quitó mi hacha de mi espalda.

- Rick, ¿qué hacemos? - preguntó la de la katana mirando a Rick, aproveche ese momento de descuido y levanté el mango de la katana, corrí hacia Sam y me puse frente a ella, Rick iba a disparar.

Sobrevivir no es vivir EDITANDO Where stories live. Discover now