Capítulo 1

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Nueva York, Febrero 13, 2017.

"... si bien mañana es el esperado estreno de la secuela de Cincuenta sombras de Grey, la producción debe estar más contenta que nunca ya que después de su gira de promoción arrancarán de inmediato con las grabaciones de la tercer película que se espera se estrene en estas mismas fechas el próximo año, recientemente hablamos con E.L. James quien dice encontrase muy entusiasmada ahora que, tras el reciente divorcio de Jamie Dornan y después del apasionado beso que vimos delante de nuestras cámaras, los protagonistas de esta popular cinta estén compartiendo mucho más que créditos en la gran pantalla, los hemos visto muy juntos por todas partes paseando con la pequeña hija de Dornan que el pasado mes de noviembre cumplió tres años, la pareja parece pasar una buena racha aunque siguen sin confirmar su romance, tendremos más información más adelante."

¿Más información que ese resumen de un minuto? Tomé el control remoto y apagué el televisor, llevábamos más de dos semanas en Nueva York para la promoción de la película, entrevistas y sesiones de fotos y por suerte solo faltaban dos días más antes de movernos de nuevo.

Dulcie y Pipper se estaban quedando en nuestra nueva y bella casa en Belfast, Irlanda con mi madre y el padre de Jamie, eran unos abuelos perdidos de amor por sus nietas pero ya las echaba muchísimo de menos, más aun sabiendo que Pip estaba por dar sus primeros pasos y no quería perderme eso.

Dejando eso de lado, me dirigí al baño y encendí el secador, recién bañada y con una capa de aceite de almendras sobre el cuerpo me preparaba para una sorpresa especial esta noche.

Gracias a la magia del cine y de unos maravillosos estilistas mi cabello lucía largo, justo por debajo de mis hombros y se me formaban unas pequeñas ondas en las puntas, se veía sexy.

Dejando la bata colgada tras la puerta del baño y sin nada encima excepto mi precioso anillo de compromiso, me recuesto sobre la enorme cama del hotel y tomo mi móvil, Jamie no debe tardar en llegar, los últimos dos días hemos tenido agendas separadas y apenas llegábamos a la habitación nos echábamos a dormir, eso me dio el tiempo suficiente para preparar un pequeño regalo atrasado de cumpleaños para él, pero ahora con la autorización de mi médico, estaba hecho.

Comencé a escribirle un mensaje de texto pero en ese momento escuché la puerta seguida de sus pasos, dejé el móvil al lado y acomodándome de costado traté de adoptar una pose sensual con una mano en mi cabello y la otra cubriendo sutilmente mis senos, puse mis caderas sobre el colchón y encogí un poco mis piernas.

-¿Dakota?

-En la habitación –grité.

-Muero de hambre ¿quieres que bajemos por algo de cenar? –su voz sonaba amortiguada por la puerta.

-No te escucho bien ¿por qué no vienes?

-¡Que si quieres bajar a cenar!

¡Hombres! Resoplé.

-¡Ven aquí primero!

Escuché sus pesados pasos, abrió la puerta de la habitación y entró, estaba guapísimo con una camisa de algodón blanca y jeans, iba en calcetines, le encantaba sacarse los zapatos en cuanto llegaba, abrió la boca para hablar pero al verme pareció que se le cortaron las palabras.

-Hola –dije en un murmuro.

-Hola –dijo, de la misma forma.

-Te estaba esperando –sonreí- ¿Decías algo de una cena?

-Creo que lo olvidé –una de sus manos frota su barba, la lleva bien recortada y mi corazón se acelera cuando sonríe y se acerca a la cama- parece que esperas a alguien.

Ours |Jamie y Dakota| IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora