You Could Be My Muse. EDITANDO [+15]

Capitulo 1.

¿Eh?, ¿Que mierda ha pasado?, ¿Donde... Estoy?

         —veo que ya has despertado— mire a mi lado derecho y era jeff, sentado en un sofá negro —¿cómo te sientes?—.
Me levante de brinco de la cama y me protegí en una esquina de la habitación..
         —¿que mierda haces aquí?, ¿Que ha pasado?—.
        —lo de siempre Jane...— se levanto y comenzó a caminar por toda la habitación de una forma engreído — Como siempre te gane en tus estupidos intentos de matarme, pero creo que ahora me pase un poco y te desmayaste.—
   Mire a mi lado derecho, donde se encontraba una mesilla de noche vieja y en mal estado, ahí estaba mi cuchillo, me incliné lo más rápido para poder tomarlo y lo apunte hacia el.
  Se dio cuenta que le apuntaba con el cuchillo, levantó una ceja y sonrío
        —¿acaso volverás a intentarlo Jane?, ¿para volver a fracasar, como siempre?.—
Este hijo de puta me tiene harta, siempre con sus pensamientos de que él es el mejor y el más grandioso ser del universo, y no es nada más que una mierda.
        —no fallaré...— dije con un hilo de voz. — No me importa cuantas veces tenga que desangrarme Jeff, te voy a matar tarde o temprano...—
         —Bueno bueno, basta de pláticas, ¿donde te estás quedando actualmente?— preguntó ignorando por completo lo que le dije. Deje de apretar el cuchillo, pero no lo baje; levante una ceja y lo mire confusa. —¿pero eres retrasada o que?— tiro de su cabello y se sentó en el borde de la cama —Te he preguntado qué, ¿donde te estás quedando?, ¿donde duermes?, ¿donde estás viviendo?—. seguido de esto bufo.
        —eso no es de tu incumbencia—. respondí, para después dirigirme fuera de la habitación
        —¿no tienes hogar cierto?... ¿Que le habrá pasado?— dicho esto se carcajeó sin parar, cuando terminó su estupida risa se limpió una lagrima imaginaria y un suspiro.
        —ja, ja... ¿Muy gracioso no?, Ya me largo.—
Últimamente he tenido que entrar a casas y matar familias para poder tener donde quedarme por un tiempo, no me gusta, para nada, pero es necesario para sobrevivir..
   Camino por el pasillo, paredes de caoba, es una casa grade, y al parecer la familia que vivía aquí les gustaba mucho Japón, ya que esta casa es una recreación de las típicas casas de allá, con puertas de madera y papel, piso finamente lijado, árboles pequeños, las típicas sillas que no tienen patas, típicas cosas japonesas, en resumen...
  Cuando llegó a la entrada principal, abro la puerta lentamente y un aire más fuerte que cualquiera común la vuelve a cerrar de golpe, hay una tormenta al parecer, trato de abrirla de nuevo pero está atascada, y me duele demasiado el vientre como para hacer presión..
        —¿piensas salir con esta tormenta?—me doy la vuelta y veo a jeff, que entra a la cocina y mira que hay en el refrigerador —puedes quedarte esta noche si quieres, en la condición en la que estás, esas ropas rotas que dejan mostrar partes de tu cuerpo y este aire, no creo que llegues salva y sana..—
Acaso... ¿Se está preocupando por mi?, ¿O es un plan que tiene para matarme mientras duerma?.
         —si me quedo, ¿que intentarías hacer?— pregunté un poco temblorosa.
         —nada que tú no quieras...—Sacó una cerveza del refrigerador que después cerró con fuerza, me miró y sonrió.
  Guarde mi cuchillo en mi media, que por cierto, no tengo la otra, lo más seguro es que estoy hecha un asco, toco mi cabello, el cual también está alborotado, lo bueno que tengo mi máscara, de seguro mi rostro está lleno de tierra y sangre.
Jeff caminó hacia un sofá que estaba enfrente mío y me miró de arriba hacia abajo.
        —¿no quieres tomar una ducha?, estas hecha mierda— seguido de esto le dio un trago a su cerveza —Está al final del pasillo, la última puerta.— Tome uno de mis brazos y lo talle.
        —no tengo ropa...—
          —entonces— se levanto del sofá, dejó su cerveza enseguida de la lámpara, no sin antes darle un gran trago y se dirigió a la habitación de nuevo —Te buscaré algo, por mientras tú entra a ducharte...—
   Sin decir nada más, con paso tambaleante me dirijo hacia el baño, deslizó la puerta..
Es un paraíso este baño, es todo un cuarto completo, piso de piedra, una tina, muy lindo todo. Comienzo a quitarme la ropa lentamente, tomó el cuchillo y lo pongo en el mueble que se encuentra en una esquina, junto con mi vestido, me quito la única media que tengo y la vuelvo a dejar en el mismo lugar.
         —Jane— dijo la silueta de Jeff  tras la puerta —Te encontré algo, creo que era de la muchacha que vivía aquí—.
          —déjala afuera.—
          —no seas mamona— en eso abrió la puerta y obviamente me vio en ropa interior —toma.—
Me estiro una playera de manga larga blanca y unas bragas de encaje negro.
         —¡Eres un maldito hijo de perra!— le grite mientras le lanzaba una pequeña toalla al rostro y tomaba una grande para cubrirme, pero me llega a medio trasero, no cubre casi nada.
El tomo la pequeña toalla que lance y la apretó más cubriendo perfectamente sus ojos —L... Lo siento, toma— volvió a estirar la mano donde tenía la ropa.
   La tome bruscamente y lo empuje fuera del baño, azotando la puerta de un jalón.
Puse a llenar la tina, y mientras abrí la ducha, me quite la mascara y me lave el cabello; al terminar, entre a la tina con agua caliente, era la mejor sensación del mundo, era tan relajante.
         —que bien se está aquí adentro—. me dije a mí misma en susurro.
Después de salir de la tina, me puse la ropa que me dio Jeff, ya después veré cómo me tapo más para irme. Salí de la ducha y camine hacia al cuarto donde había despertado anteriormente, y efectivamente ahí estaba jeff sin su sudadera ni playera, su abdomen y pecho estaban llenos de cicatrices, veía la televisión.
         —¿ya terminaste no?.—
<<Mierda, se dio cuenta que estoy aquí parada como estupida.>>
         —am... Si, si, ¿donde dormiré?— pregunté cabizbaja.
Se levanto y camino hacia mi, abrió más la puerta y me indicó que pasara.
         —dormirás conmigo.—
          —¡¿Qué?!- abrí los ojos como platos y me exalte.
         —esta cama es la única limpia, las demás tienen todavía los cuerpos, y no pienso dormir en la sala ni te dejaré que duermas en la sala, ya que esos sofás son muy incómodos—. cerró la puerta detrás de él y de un brinco se tiró a la cama —bien, vamos a dormir—.
  Cerró los ojos y sonrío..
          —idiota, pues muévete, estás ocupando toda la maldita cama— me pare enseguida de la cama y trate de moverlo, pero no pasaba nada.
Abrió un ojo y al verme río, me tomo de la mano y me recostó enseguida de el..