Impreso en la reserva federal,
lleva consigo una serie numérica,
cual prisionero de Auschwitz
con destino a la luz de América,
mitad del mundo.
Llevado al banco central,
analizado con rigurosidad,
es inyectado en la banca local
y empieza su ciclo vital.
Juan en ventanilla cobra su quincena
y con ella compra pan para la cena,
guarda el cambio en la alacena,
y su hijo con este invierte en limonada para la venta.
El sol canicular produce saciedad,
cuando hay capacidad y oportunidad
se recupera el limón invertido,
todo un flujo de efectivo,
esto no es mas que un sistema de voluntades
que pende bajo necesidades y utilidades.