Crossover completo

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Era una tarde fría y lluviosa. Las calles estaban inundadas y el pronóstico del clima, pregonaba varios días de intensa lluvia y mucho aburrimiento. En la habitación de Andrea, se encontraban las elegidas de los dioses, intentando que las horas pasaran lo más rápido posible. Ana se las arreglaba repasando alguna clase, o adelantándose algunos capítulos en las materias que consideraba más complejas, pero Andy quería salir a andar en su auto y estaba molesta por no poder hacerlo. Ya había escuchado toda su música, había visto varias de sus películas favoritas; había acomodado sus libros e incluso intentó limpiar su habitación, pero desistió de lo último para encender un cigarrillo y tirarse en la cama a suspirar.

-Ana, creo que me voy a morir del aburrimiento. Daría mi brazo izquierdo por poder irme de este cuarto.

-Siempre tan dramática, amiga. ¿Por qué no estudias un poco?

-No tengo ganas de abrir esos libros, aunque podríamos abrir uno de mis "otros"libros –dijo con un tono peculiar, ese que siempre las dejaba metidas en problemas.

-¿Qué locura quieres que hagamos ahora? –Le preguntó Ana, cerrando su libro y suspirando bien profundo.

-Quiero que intentemos un nivel nuevo de meditación. He estado practicando concentrándome por algunos minutos, creando diferentes paisajes, pero esta vez, quiero ir más allá.

-No me gusta cómo suena eso. – Dijo poniéndose de pie.

-No seas miedosa, elegida de Hades, vamos te enseño como se hace. – Dijo dando un salto de su cama para buscar las cosas.

-Bueno pero al menos dime de que se trata. - Continuó un tanto indecisa.

-Entrando en este nivel profundo de meditación, ya no solo podemos ir a aquellos lugares que creemos en nuestras mentes, sino que podemos ir a lugares reales, incluso,si no entendí mal lo que leí, no solo podemos transportar nuestras almas en el espacio, sino también en el tiempo.

-Estoy un poco asustada. – Dijo aclarándose la garganta. - ¿Lo que estás diciendo es qué podemos viajar en el tiempo?

-Así es, mi amiga.

-No sé siquiera hacerlo, Andy, me suena a que siempre hay algo en estas cosas que pueden salir mal. Si no son los dioses, alguien más siempre manipula estas situaciones, meditaciones, o como quieras llamarlas.

-Pero no puede ocurrirnos nada malo. Recuerda que nuestros cuerpos se quedan aquí, a salvo. Además, voy a utilizar las medidas pertinentes para poder regresar a tiempo para la cena. ¡Vamos! Va a ser como un viaje de campo.

-¡Qué demonios! Vamos, de todas formas estaba cansada de estar sentada sobre mis pulgares.- Aceptó finalmente Ana.

Y las chicas no pudieron elegir peor momento para quedarse vulnerables en la tierra que habitan los mortales. El demonio Agramón, Señor que controla los temores y Amode todos los miedos, estaba por enseñarles que existen fuerzas que ellas aún no pueden manejar. Desde que habían descubierto los exorcismos para derrotar demonios, las chicas no habían dejado de invocar todo tipo de cosas, solo para probarse que eran buenas en eso. Quizás no se debió más que de un buen entrenamiento, o quizás solo se trató de vanidad e inmadurez, el punto es que habían hecho enojar a uno de los Príncipes, y ese descuido, lo iban a pagar muy caro. Agramón había estado cuidando sus pasos por varias semanas ya, esperando en las tinieblas a una oportunidad como esta, para poder tener a las elegidas de los dioses, a su merced y lejos de los ojos vigilantes de sus mentores.

La batalla de los tres magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora