Capitulo 1

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Me siento solo y vacío

Me acabo de despertar y como todas las mañanas me siento en la cama a mirar el otro lado de ella donde duermo y esta vacío, solitario. No hay quien lo ocupe.

Me levanto y me dirijo al baño para darme una ducha, ya que siempre después de tener sexo con mujeres me siento sucio, inhumano. Ayer me acosté con Alexa ya que de tanta insistencia y teniendo en cuenta que no puedo negar ella es hermosa, pero no despierta ese deseo en mi que tanto quise. No pretendo enamorarme porque eso es para idiotas.

Luego de darme la ducha me dirijo al vestidor de mi espaciosa habitación y opto por una traje de lino blanco y una corbata negra, ya que ser el hijo de el presidente de su propia empresa te trae ventajas.

Hoy me tocaba estar en representación de la empresa ya que mi padre el reconocido empresario y multimillonario Taner David Miller y de la famosa empresaria su esposa April Miller ya que iban a tomar vacaciones para relajarse.

Salgo sin desayunar del departamento y me dirijo al ascensor, presiono el botón de bajada y este al instante abre sus puertas. Ya en el vestíbulo voy al estacionamiento de el edificio, este apartamento fue un regalo de mi padre por mi cumpleaños numero 18.

Inmediatamente me introduzco en el Saab que también es otro regalo de él, me dirijo hacia la casa de mis padres para despedirlos. Estacioné el auto en la entrada, toco el timbre y espero hasta que abran la puerta. En esta ocasión es mi hermanita que me abre la puerta y esta en pijama

- ¡Mattew! - Y tras decir eso se abalanza sobre mi para darme un abrazo cariñoso.

- ¡Emily! - le dije mientras le devolvía el abrazo, la extrañaba mucho 

- Mamá y papá están a punto de irse, menos mal llegas a tiempo - me dice deshaciendo el abrazo.

- Si, Em 

- ¡Pero donde esta mi viejo! - grito llamando a mi papá, lo hago para atraerlo porque se que no le gusta que le diga así.

- Vuelves a decirme así y veras lo que es cabrearme enserio muchacho - responde él, viene bajando las escaleras sosteniendo la mano de mamá.

- Hola cariño - me dice mi mamá.

- Hola mamá, te ves hermosa como siempre - le digo, veo como se le tiñen las mejillas de un hermoso rosado.

- Igual de galán que tu padre - nos guiña un ojo a los dos para depositarle un beso en la mejilla a mi padre.

- Bueno chicos, nos vamos despidiendo porque saben como me coloco de gruñón cuando llego tarde a lo que tengo planeado - dice papá.

- Super gruñon - respondemos Emily y yo al unísono. Mamá, Emily y yo nos reímos sobre el comentario. Observo como papá jadea.

- No hagan eso, tiene la misma sonrisa, eso es aniquilador y enloquecedor - dice papá.

- Tranquilo Taner - dice mamá. Se le acerca papá para darle un beso de esos que se les tiene prohibido a los niños.

- Matt, por favor cuida bien de Emily - dice papá

- Esta bien viejo - digo, y lo que obtengo a cambio de eso es un golpe en la cabeza de parte de él.

- Te dije que no me volvieras a llamar así - responde en su tono autoritario como siempre.

- Bueno chicos, ya deberíamos de ir tomando las maletas para irnos - dice mamá. Después de decir eso se acerca a Emily para depositar en ella un beso en la mejilla, luego se acerca a mi para depositar en mi un beso tierno, sublime con todo el cariño de una madre.

- Cuídense mi niños - dice ella.

- Mamá ya no somos tan niños yo tengo 22 y Emily 19, estamos creciendo - admito.

- Pero para mi seguirán siendo mis niños - dice con los ojos llorosos.

- Ay mamá... - digo acercándome a ella para darle un abrazo.

- Lo que pasa es que no me acostumbro a verlos ya casi adultos - dice ella.

- Ya ya soy adulto, Emily no - digo, la aludida solo se limita a sacarme la lengua.

- Bueno Matt cuida de tu hermana y hablo enserio - papá me mira de reojo, luego mira a Emily -. Y usted señorita obedézcale a su hermano por favor- dice.

- Hermanita, estos días soy tu rey y tu mi sirvienta - me burlo.

- No abuses - me corrige papá.

- Bueno nos vamos- dice mamá.

- Adiós mis amores los vamos extrañar - dice ella y atraviesan la puerta principal dirigiéndose al saab negro de ál señor gruñón, megalómano, dueño del universo. De solo pensarlo me rio como crio, porque ese apodo cariñoso se lo coloco mamá en sus momentos de romanticismo.

Emily sale corriendo hacia su habitación y grita 

- ¡Me meteré a la ducha Matt!

- ¡Bueno Em, porque vamos a trabajar! - le grito de vuelta.

Mil vidas junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora