Su Mirada: Casi Perfecta

Start from the beginning
                                    

Asiento con la cabeza removiendome en mi lugar. Intento no mirarlo, aunque es justo lo que él está buscando desde que... bueno, desde que apareció. Parece que no es de las personas que quieren ser ubicadas o que respetan el espacio de cada uno. Por lo menos, en lo que a mi respecta, no. <Basta, ¿Estás boba o qué?¡No te le amilanés!> Me yergo, y por primera vez, soy yo la que lo mira fijo, con la frente en alto. Si voy a tomar un café con éste tipo voy a hacer que sea lo más comodo posible. Así, el tiempo va a pasar más rápido y taza taza cada uno a su casa. Él sigue imperturbable. ¿Es que alguna vez va a mostrar alguna expresión en su rostro?

-Y...¿qué haces de tu vida?- me pregunta acomodando el servilletero.

No pienso darle mucha información de mi vida. Con todas las cosas que están pasando hoy en día y se te aparece un tipo raro de la nada y te invita un café; no es muy seguro que digamos. Yo debo ser la única idiota que acepta algo así. <Aprender a decir que no. Aprender a decir que no...> repite mi cabeza.

-Estudio. -digo cortada.

Esta vez sí - y por primera vez diría yo- hace una pequeña sonrrisa. ¿Qué le divierte al muy imbecil?

-¿Qué estudiás?- vuelve a intentar.

-Letras...

Mueve su cabeza procesando la información.

-Supongo que es obvio que te gusta leer...

-Supones bien.

Y gracias al cielo viene el mozo a sacarme de la incómoda situación. Deja todo lo correspondiente a cada uno y se despide con un "que lo disfruten" con su habitual buen humor. Sonrío inevitablemente.

-Parece que tu animadversión es solamente conmigo.

¿Qué? Uff. ¿Qué le digo?

-Esto es extraño para mí.

-Para mí también.

Frunzo el ceño.

-¿Entonces para que me invitaste? Hubiese sido más comodo para los dos no tomar este café, ¿no te parece?

-Discrepo. Hay veces en la vida en las que hay que arriesgarse...

-Y justo hoy saliste a la calle y dijiste "voy a ir al lugar más recondito del mundo a comprar un libro e invitaré a alguien a tomar un café". Que loco ¿no?

Su mirada pierde profundidad y se torna suave. Incluso hasta divertida.

-Puede...-se burla siguiendome el juego.

Se queda unos segundos observandome, solo que esta vez no me intimida, ni me perturba; y me encuentro haciendo lo mismo que él. Me permito escanearlo un poco y me doi cuenta que cuando no tiene esos ojos depredadores es demasiado bello. Bueno, tal vez con sus ojos depredadores también, simplemente que me incomodan. O me dan miedo.

Su cabello es rubio, incluso sus largas pestañas, cejas y barba también lo son. Todo en él es tupido. Su barba es bastante larga, casi por su pecho. Me hace acordar a la moda hipster. Tal vez lo sea. Y su cabello -por más que no lo vea porque tiene atada una colita- se nota largo. Su piel y sus labios son de un bonito tono rosado y su nariz recta, perfecta. Todo él es imponente. Pero; ¿para qué me invito, y qué hacía en el ático? Su vaga respuesta socarrona no hace más que confirmarme que todo esto no fue casualidad.

-Todo esto no es una casualidad, ¿verdad?

-Tal vez sí, tal vez no. Nunca lo sabremos...

Ok. Ahora si me da miedo.

-¿Qué querés decir?

-Eso, que nunca vamos a saber si fue o no casualidad. Es subjetivo...

-¿Subjetivo?

-Subjetivo.

Mi paciencia tiene un límite...

-¿Qué hacias en el ático?

-Fui a comprar un libro.

-No me tomes el pelo. -digo mostrandole mi enojo.

-No te tomo el pelo. Sólo te respondo lo que vos me preguntas.

¿Qué? ¿Es en serio? ¿Qué tipo de broma de mal gusto es ésta?

-¿Cómo llegaste al ático?¿Para qué me invitaste?

Piensa su respuesta y duda.

-¿Te digo la verdad o te miento?

¡Me está jodiendo!

-La verdad, por favor. -digo lo más sarcastica que puedo.

-Te seguí. Te vengo siguiendo hace días. -dice con una sonrisa en su cara.

Genial. Todo el día con una cara de ogro impresionante y justo ahora se le ocurre ponerse chistoso. Quiero matarlo.

Me levanto dispuesta a irme. Casi no toque la lágrima y ni que decir del torpedo.

-¡No! Espera.-dice dejando de sonreír y tomandome del brazo para detenerme.

Siento que toda la sangre ha dejado de circular y se centro en el punto exacto donde me tiene agarrada.

Por un segundo pienso que a él le sucede lo mismo porque mira su agarre en mi brazo.

-Creí que querías la verdad...

-Justamente. La verdad. No vine acá a sentarme a que te rias de mí ni que me tomes el pelo.

-Yo no...¿Podrías volver a sentarte por favor?

Resoplo y lo hago de mala gana. Sólo quiero que me suelte. El lugar en donde estaba su mano hormiguea. Parece confundido, incluso enojado. ¿Enojado? ¡Yo soy la única que tiene derecho a estar enojada!

-Pasaba por ahí, te vi entrar y a los pocos minutos entre atrás tuyo.

-¿Por qué?

Frunce el ceño y se queda pensando un instante.

-No sé. Supongo que me llamaste la atención de alguna manera.

El contorno de su mandibula se endurece y su mirada vuelve a ser la de siempre: dura, odiosa. Tengo que irme de acá. Este hombre puede ser casi perfecto pero deduzco que es sólo su exterior. Su persona, al completo, desprende una adrenalina peligrosa. No sé si para los demás es notoria, pero para mí, es como kriptonita.

-Tengo que irme. -digo un poco nerviosa.

-No te vayas, por favor. Yo...no quería hacerte sentir incomoda. De verdad, lo siento. -dice abarrotandose con sus palabras.

-Lo entiendo. Sólo debo irme, es tarde.

Hace una cara que no logro comprender y asiente apesadumbrado. No se lo creo ni por un segundo. He visto actores mejores.

- ¿Querés dinero por mi parte?-pregunto en referencia a la lágrima y mi sandwich.

Levanta su cabeza y me lanza una mirada que congelaría al mismísimo caribe.

-Supongo que no.-murmuro por lo bajo. Y me voy de la cafetería sin siquiera despedirme.

Mi único deseo es que todo lo que dijo, en verdad no sea verdad y que no me siga a casa.



------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En la foto: Joaquín!

El Lado Oscuro del Amor - CASI PERFECTOWhere stories live. Discover now