Capítulo siete

Zacznij od początku
                                    

-¿Acaso no ves películas? - preguntó casi molesto - ¿No ves series de televisión? ¿No lees ciencia ficción? ¡Ese es el problema! Todo el mundo habla de ellos y incluso desean que existan. Creen conocerlos y saber todo sobre ellos pero cuando realmente tienen uno ante ellos, nadie lo cree. Todos gritan, corren y huyen, tienen miedo y piensan que es una broma, que todo es mentira. Pues no pequeño Guillermo. - se había acercado tanto, que nuestros ojos estaban separados por poco más de cinco, o seis centímetros. - Los vampiros existen de verdad.

De acuerdo, no iba a gritar, no porque no tuviera ganas, si no porque de mi garganta ahora mismo no podía salir ningún sonido. Estaba aterrado, no sabía que hacer, que decir, que pensar.

-Guillermo, puedo escuchar como tu corazón esta bombeando sangre a una gran velocidad. Solo te pido que digas algo. - dijo, alejándose un poco de mi.

Podría decir que no quería volver a verle ni a él ni a su amigo cerca de mi vida, pero no quería que Samuel se alejara de mi . Podría decirle que necesitaba tiempo para pensar en todo lo ocurrido, pero en verdad estaba aterrado de quedarme solo en la oscuridad de mi habitación, y ni estaba dispuesto a compartir cama con el borracho de Ruben, ni quería incomodar a mi hermana invadiendo su privacidad. Así que solo tenía una cosa clara para decirle.

-¿Podrías quedarte... solo esta noche? - cuando lo dije él dibujó una sonrisa de lado en su rostro, e intenté arreglar la estupidez que posiblemente él había interpretado mal. - Osea, no es que yo quiera que hagamos algo, por dios, no contigo. Que no quiero decir que no seas atractivo, porque realmente lo eres pero...

-Lo había entendido perfectamente a la primera, Guillermo - dijo cortándome, y finalmente cerré la boca. - Tienes miedo de que pase algo, ¿no?

Asentí tímidamente, pues había quedado como un completo imbécil, y me daba vergüenza a mi mismo.

'No quiero decir que no seas atractivo, porque realmente lo eres'... ¡Te lucistes Guillermo!

-Si te parece bien puedo quedarme aquí en el sofá, no hay...

-En realidad lo que me da miedo es quedarme solo. Podrías dormir conmigo... Tengo una cama grande, no tenemos por que rozarnos siquiera.

Asintió y ambos caminamos escaleras arriba.

¿Que estas haciendo, Guillermo?

Solo íbamos a dormir en la misma cama, eso no tenía nada de malo. Yo tenía miedo y supongo que él me veía como su hermano pequeño y se veía obligado a 'cuidar de mi'. Me gustaría decirle que no hacía falta si él no quería, que no tenía que andar cuidándome como a un bebé, pero dejé mi orgullo a un lado, porque esta noche había conseguido superar mis barreras. Entramos en la habitación y comencé a buscar algo de ropa que quizás podría ser de su talla. No tardé mucho en encontrar algo que le valiera, pero cuando me giré él ya se encontraba sin camiseta y sentado en la orilla de la cama, deshaciéndose de sus zapatillas y pantalones.

-Que... haces. - dije mirándole atentamente.

Se carcajeó, como si le hubiera contado un chiste, y mis mejillas tomaron un calor y un color rojo bastante intensos. Cuando terminó de desvestirse -y yo no había dicho una sola palabra más, solamente en boxers se tiró a la cama y se abrazó a una de mis almohadas, acomodándose.

-Yo suelo dormir así, si no es molestia, claro.

Deberías haberlo dicho antes de quedar casi desnudo ante mi y tumbarte en mi cama, ¿no? ¡Claro que es molestia!

Atrévete a dominarme {Wigetta} Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz