Prólogo

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SANTA TELL ME !
ft. mason thames

 mason thames

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Abigail

— ¿Segura que tienes todo lo que necesitas? —pregunta mi mamá por décima vez, como si me fuera a mudar a otro país.

— Sí, mamá —ruedo los ojos a la par que rio—. No sé por qué estás tan preocupada, me voy con Miguel, no con un desconocido.

— Cada que sales con él, Wendy me dice que te recuerde que lo cuides —dice, divertida.

— Bueno, me tengo que ir. Ya está afuera.

Mamá asiente y sale de mi habitación.

Bajo las escaleras casi corriendo, como siempre, voy tarde. En cuanto abro la puerta, veo el auto de Miguel color vino, tan brillante y encerado que no parece que casi siempre pierde las llaves y se olvida de llevarlo a lavar.

— Ya era hora —murmura él, viniendo a agarrar mi maleta.

— Perdón, ya sabes cómo es mi mamá —digo riendo.

Miguel solo sonríe y deja la maleta apoyada junto al auto.

— Sube adelante, atrás están Maddy y Violet.

Le hago caso. Mientras paso por la ventana de atrás, veo a la hermana menor de las McGraw completamente dormida y a Maddy —a quien ya había visto varias veces— saludándome con una sonrisa dulce.

—¿Cómo estás? —me susurra cuando me acomodo en el asiento delantero.

—Bien, ¿y tú? ¿Las grabaciones qué tal? —pregunto emocionada.

Conocí a Maddy hace un par de años, cuando Miguel me invitó a una pijamada en su casa.  Ahí también conocí a su amigo Mason, aunque fue un intercambio de palabras mínimo. Justo habían terminado de grabar The Black Phone y estaban celebrando.

Miguel y yo somos amigos desde hace años. Fuimos vecinos de niños, crecimos juntos, jugábamos en las veredas y hacíamos pactos tontos que nunca cumplimos.

Hablando de él, antes de que pueda entrar al auto veo como mamá sale de la casa y se le acerca para arrastrarlo dentro de mi dulce hogar —que se note el sarcasmo, por favor—.

—¿Lista para el viajecito? —pregunta Maddy, divertida.

— Creo que sí. Miguel siempre me contaba cosas, pero nunca podía ir. Al fin se dio —respondo, acomodándome.

Ella me cuenta un poco de su semana mientras yo la escucho entre risas. Afuera, Miguel finalmente escapa de mi mamá y vuelve con expresión de "sobreviví", junto a una bandeja de galletas envueltas en papel celofán y termos de chocolate caliente.

— Para el camino —dice, rendido—. Tu mamá me dio un discurso motivacional y uno de seguridad —comenta cuando enciende el motor.

— Y te faltaron como tres más —le contesto.

SANTA TELL ME ⭑ mason thamesWhere stories live. Discover now