(0) Prólogo

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7 de Enero, 1991
P.O.V. Draco

-¡Hijo, ya está el desayuno!- dijo mamá mientras jugaba en el patio con la nieve. El dorado otoño partió hace unas cuantas semanas para ceder el paso a los copos de hielo del frío invierno, mi estación favorita. No había parado de nevar desde el amanecer.

Me levanté del blanco grass para regresar a casa, no sin antes sacudir mi chaqueta y pantalones. Recorro largos pasillos antes de llegar al comedor; pero, como siempre, antes de sentarme en la mesa, salí por la puerta principal para revisar el correo. 

Vacío, ningún rastro de Hogwarts.

Tomo el camino de regreso con desidia, y me siento en la larga mesa de abeto en el comedor con decepción.

-Draco, sabes que no puedes salir hasta la puerta de la mansión a por el correo, puedes pedirle a un mayordomo que traiga la mensajería; - mamá odia que me acerque ahí solo  - ¿Ha ocurrido algo? - me dijo con curiosidad al ver mi rostro de desgana.

-Solo... no tengo mucho apetito - le dije jugando con mi tenedor.

-Draco, no te preocupes, tu carta llegará, cuando menos la esperes - me revolcó el cabello jugueteando.

Ambos reímos.

-Gracias mamá.

Luego de comer, regreso al patio para continuar con mi construcción helada, aunque la nieve haya dejado ya de caer. Entretenerse solo es un poco difícil, no tengo permitido salir de la mansión por mi cuenta, y no es que hayan muchas casas cerca como para hacer amigos. En realidad ni si quiera puedo pasear por toda la casa, algunas habitaciones son oscuras, otras descuidadas. Tengo memorias de hace un par de años, donde muchos magos de aspecto sombrío eran invitados por papá, el aire era pesado al respirar, a veces se oían susurros de lo que pudieron ser hechizos.

Más tarde, casi al anochecer,  tomo asiento al lado de la ventana de mi habitación e intento distraerme con un libro de Quidditch, la vista es nublada y gris, como si el cielo estuviera por llover. El sentimiento de vivir el mismo día me embarga de soledad.

Pronto me distrae el sonido de la apertura de la puerta, la voz de papá resuena hasta donde me encuentro. Me levanto en seguida y voy hacia la entrada.


-¡Papá!, ¿Volviste a casa tan pronto? - le pregunto.

-Así es, Draco - responde de forma monótona - Querida, he tomado un descanso del trabajo. - dice esta vez mirando en dirección a mamá,  mientras ella se acerca a paso ligero hacia nosotros.

Mi padre suele no hablar mucho de asuntos que no sean magia, trabajo o estudios, utiliza un discurso un tanto directo, y no siempre escucha todo lo que digo. Mamá, en cambio, fija mucho de su atención en mí, aunque tengo que confesar que a veces lo hace en exceso. Aún así intento siempre hacer mi mayor esfuerzo, para que ellos puedan estar orgullosos, para ser el mejor.

-Ah, Draco, casi olvido un detalle, - dice mi padre - hay algo para ti.

Me quedo atónito de lo que acabo de oír. Papá nunca ofrece nada si no es por algo a cambio.

- Encontré cartas en el buzón cuando llegué, y una es para ti - deslizó una mano en su bolsillo, casi sonriendo altaneramente, un gesto usual para ser de mi padre.

Mi corazón se acelera cuando sostengo la carta en mis manos. 

Finalmente, luego de la espera, por fin la tengo.

Despego la cera sellada con la insignia de Hogwarts del sobre. Comencé a leer.

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería
Director: Albus Dumbledore

Travesura Realizada ©Where stories live. Discover now