Me paro de donde estaba sentada y volteo viendo su cara con la mandíbula apretada.
–¿Que que le digo? Le digo lo que es verdad, le digo que tú eres un hombre manipulador, le digo que no la mereces, le digo las cosas como son y le quito la jodida venda de los ojos para que te deje.–Con un dedo empujó su pecho.
–¡No me hables así y repetame niña!–Me grita–¡Soy tu padre!
–Que seas el que me engendro no significa que te considere mi papá.
–¡Deja de hablarnos así, sin nosotros hoy en día no serias nadie!–La voz de mi madre se hace presente como defensora de mi padre.
Me río–¿Sin ustedes? Lo único que hicieron fue mantenerme cuando era niña, después que cumplí los dieciocho empece a trabajar y me mude con Arlet, pagaron mi universidad y cuando la termine me volví secretaria de la empresa donde trabajo que ni de ustedes es porque me niego a trabajar contigo–Señaló a Rafael.
–¡Trabajas en otra empresa porque quieres!–Dice mi madre.
–¡Claro, porque ustedes me hechan en cara lo que se supone que todos los padres deberían hacer y cumplir con su responsabilidad cuando yo era una niña!
–¡Cállate y respeta!–Rafael camina hacia mi furioso.
–¿Y si no que? ¿Me vas a golpear como lo hacías cuando le decía a mamá que le fuiste infiel cuando yo tan solo era una niña? El respeto se gana, y me pones un maldito dedo encima y te juro que te hundo metiéndote en la cárcel y de una jodida vez por todas te separas de mi mamá, maldito hijo de perra coñazo.
–¡Eliana...!–La voz de mi mamá suena como una advertencia y la ignoró.–No peleén, siéntense y hablemos como una familia.
–Ja, ¿Cómo una familia? Nosotros nunca fuimos una familia, busquen bien el significado de una familia porque no lo somos. Te odio, y créeme que lo digo enserió. –Señaló a mi papá con lo último que dije.
–¡Maldita mocosa, te lo di todo para que tu vengas a tratarme así! ¿Que? ¿Tú amiga te subió los humos a la cabeza? Esa zorra.
–¡Que sea la maldita última vez que llames a Arlet así, hijo de perra!–Lo empujó. –Ella no tiene que ver nada con esto, no la metas justificando lo que haces.
–¡No me digas así zorra! –Me agarra del brazo– ¿Ahora resulta que estas con el señor Rossetti? ¿Que quieres? Meterte en mis negocios también. Maldita puta, te estas regalando, zorrita. Entre tú y él no habrá nada, lo dije yo.
–¿¡Y quien ere' tú maldito mamañema!? ¿Un hijo de perra que no deja ser feliz a nadie? "Lo dije yo" cómo si tu ere' alguien. No te metas en mi vida porque no te conviene, ¡No me hace falta estar con alguien para hundirte! Estoy con él porque quiero y tú eso no me lo vas a impedir.
–¡Maldita puta! Zorra imbecil, ¡Estas arruinando esta familia!–Grita.
–¡Esto nunca fue una familia!–Mi mano se alza y pego una bofetada que deja su mejilla roja.
Sus ojos se abren y me mira furioso, me toma del cabello y me lo jala fuerte.
–¡No, ya paren por favor!–Grita mi madre y escucho sus sollozos.
El puño de Rafael me da en el estómago y me quedo sin aire. Temo por lo que me puede llegar a hacer.
Por unos segundos me arrepiento de la bofetada que le di por impulso.
No se en que momento pasa pero llegan los de seguridad a separarnos.
–Por favor... ya no peleén, no se hagan daño. –Dice mi madre y la miro, esta llorando.
Las lágrimas amenazan con salirse de mis ojos por la rabia, siento un nudo en la garganta que no me deja hablar y recuerdo todo lo que pase en mi infancia.
–Cuando te quites la venda de los ojos y dejes de defenderlo, nos volvemos a ver. Pero mientras tanto olvídate de mi jodida existencia.–Le digo a mi madre.
–¡Eres un maldito error! ¡Tú madre debió abortarte, se lo dije y nunca me hizo caso!–Grita mi padre quien esta agarrado por dos hombres de seguridad.
Trato de no romperme a llorar, pero las lágrimas salen de mis ojos.
–Eso debieron de hacer para que yo no sufriera tanto cuando era una niña. ¡Te odio, hijo de perra. Ojalá te mueras y dejes de jodernos la vida a mi y a mi mamá!
Camino hacia la salida y mi madre se me pone al frente.
–Hija... por favor no te vayas y hablemos...
–Yo no voy a hablar, cuando volvamos a hablar será cuando te divorcies de este imbecil, mientras no lo hagas olvídate que soy tú hija, todavía lo sigues defendiendo viendo todo lo que me dijo y lo que me hizo ahora y en el pasado.
–¡Tú le diste una bofetada primero!
–No me lo recuerdes, eso fue poco para todo lo que me hizo cuando era una niña. Todavía viendo lo que paso lo sigues defendiendo, valorate un poco mamá. –Antes de que pueda seguir hablando paso de ella y salgo del jardín yendo hacia el estacionamiento y subo a mi auto.
Antes había perdonado a mi padre, no soy rencorosa, pero no lo quería cerca de mi.
♣︎•♣︎•♣︎
YOU ARE READING
Correr en las llamas ardientes.
RomanceEliana Muñoz, es una dominicana de veinte años, es secretaria de una de las empresas de moda más famosas de Italia. Su tiempo libre lo invierte en las carreras ilegales de autos deportivos En una carrera conoce a Ruggero, un hombre Italiano, empre...
~•Errores~•
Start from the beginning
