Aprieto la mandíbula, dejo la laptop a un lado y busco mi celular.
Marco el número de mi madre.
Varios segundos después responde mi llamada.
–¡Eliana, hija!–Su voz se ve entusiasmada.
–Cion mami. –Digo tratando de no sonar amargada o enojada.
–Dios te bendiga, ¿Cómo estás?
–¿Seguirás permitiendo que tú esposo te manipule?–Voy directo al grano.
–¡Eliana! No le digas así, tienes que llamarlo como lo que es. Tú padre.
–Él no tiene derecho a llamarse mi padre, solo responde mi pregunta.
–Hija... ¿Cuantas veces te tendré que explicar que él no me manipula? Deja de odiarlo por algo que paso en el pasado, claramente nos dijo que se arrepiente.
–Sí claro. ¿Y se arrepentía cuando te estaba siendo infiel? ¿O pensaba que con lo que hacía iba a destruír su familia? No. Entonces, date cuanta ya mamá. Sólo tienes una venda en los ojos justificando que solo fue un error y que cualquiera comete errores...–Antes de que pueda seguir hablando me interrumpe.
–¡¡Eliana Sofía Muñoz Fernández!! ¡Más respeto hacia tu padre! ¿Entendido? No tienes derecho a llamarlo así, ¡Y también respetame que soy tu madre! Dije que solo fue un error, fin del tema y no vuelvas a hablar cosas del pasado.
–No mami, tú vives dentro de una burbuja. Solo tu amor hacia él te hace pensar que es bueno y no te hace ver como es en realidad.
–Ignorare esos comentarios, no seguiré tu juego sobre hablar de ese tema. ¿Puedes venir a casa hoy?
–No.–No le quiero ver la cara al hijo de...
–Por favor hija, solo quiero verte. Tú padre no estará aquí.
–¿Y cómo lo sabes?
–Porque esta trabajando, solo ven. Quiero verte y hablar contigo.
Yo también quiero hablar con ella, pero para quitarle la venda de los ojos.
–Esta bien, en menos de una hora estaré allá.
–¿Ves? Solo quería eso, aquí te espero.–Cuelga.
Dejo el teléfono a un lado y me llevo las manos al rostro.
Después de unos segundos me paro de la cama, me peino los rizos que están despeinados, agarro mis bolso con mis cosas y salgo de la habitación.
Luego de salir del apartamento y bajar del ascensor, camino en el estacionamiento hacia mi auto.
Paso al lado de mi segundo auto, con el que compito en las carreras. Me lo regalo mi madre de cumpleaños pero ella ni idea tiene de que participó en esas carreras.
Subo a mi BMW negro y lo enciendo.
...
La llegue a la casa de mis padres, las puertas del estacionamiento se abren cuando le digo al portero que soy yo.
Luego de estacionarme bajo del auto, lo primero que veo es a mi madre corriendo hacia mi con los brazos abiertos como si tuvieramos siglos sin vernos.
Luego de abrazarnos se me escapa una sonrisa, aunque este cometiendo un error al seguir con mi padre. Es mi madre y la sigo queriendo.
–Ven, vamos hacia el jardín.–Me dice.
Camino junto a ella hacia el jardín, cuando llegamos caminamos hacia la terraza y nos sentamos en los muebles de ahí.
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Correr en las llamas ardientes.
RomanceEliana Muñoz, es una dominicana de veinte años, es secretaria de una de las empresas de moda más famosas de Italia. Su tiempo libre lo invierte en las carreras ilegales de autos deportivos En una carrera conoce a Ruggero, un hombre Italiano, empre...
~•Errores~•
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