Juro haber visto al diablo en aquellos ojos color miel,
y espero que sepan a lo me refiero.
Estando con él, no sabía si iba o venía. A veces pienso que nunca llegaba.
Sabía querer, y lo hacia de una manera desenfrenada, casi alocada.
Lo único malo era ese amor era sólo para él.
Tenía una maldita manía de llamar a las 3:00 am sólo para saber si estaba soñando con él.
Odiaba no tener un cigarrillo en sus labios para ver el atardecer. Conmigo.
Siempre quería ser más.
Tenía el mundo a sus pies, y a mí, lustrándole los zapatos.
Estando conmigo, para él era como si nada.
Y para mí, como si todo.
Cargaba con una sonrisa que le podía a todos. A mí.
Y su risa, que juro que hubiera tomado para ser la banda sonora de mi vida.
A veces me yo me pregunta si acaso él me tenía en una clase de hechizo, por que de no ser así, entonces no sabía que seguía haciendo yo con él.
Él no me quería. Y yo no lo entendía.
Quería el cómo yo le ayudaba a su ego a crecer cada día de a poquito.
Yo de verdad le quería.
Y sí, hablo en pasado, por que ahí es dónde se quedó todo.
