La escuela.
Una institución destinada a la enseñanza de saberes y buenos valores...
... Y un infierno para muchos.
Como era usual, unas chicas estaban molestando a cierta estudiante de cabellos oscuros y cortos. Lanzaron los objetos que tenía sobre su mesa al suelo y se burlaron por ello. No obstante, la afectada no se defendió sino que se agachó a recolectar sus pertenencias lo más rápido posible sabiendo que la única persona que se dignaría a ayudarla podría iniciar una guerra campal en venganza.
Esta chica que pareciera estar acostumbrada a las desgracias es Sami Park. Superficialmente parece ser fría como un témpano de hielo y el típico personaje de relleno en los kdramas. Saca su lado "afectuoso" solamente cuando está junto a su mejor amiga, con quien comparte el amor por la comida y los descuentos. Usualmente es la responsable de que su compañera evite asesinar a medio mundo y de que termine suspendida o arrestada... O como mercenaria.
Aquellas hojas en sus manos y que con tanto esmero doblaba, serían una de las fuentes de ingreso de la semana para ambas. Su amiga había terminado su trabajo antes que ella así que aprovechó el tiempo para dirigirse a los baños y probablemente jugar algunos videojuegos. Por supuesto que antes de esto, la joven insistió en ayudarla pero fue rotundamente rechazada, la conocía y sabía perfectamente que no le gustaban que otros hicieran sus cosas por ella. Así que, respetando su decisión se fue a ya saben donde...
... Y eso sucedido hace más de 20 minutos.
La de cabellos cortos, notando este hecho, encendió su teléfono y le envió un mensaje esperando a que no se hubiera quedado dormida.
"Oye, ¿Estás bien?". Escribió y presionó enviar.
- Si y gracias por preguntar.- dijo una voz detrás de ella, sobresaltándola.- Por favor, mi voz es muy encantadora como para asustar a alguien.- bromeó caminando hacia su asiento, que estaba junto al suyo pero en la fila izquierda.
Ellie, ese es su nombre. Una chica de cabellos y ojos marrones, de sonrisa contagiosa y personalidad amable si no buscan lo contrario. Originaria de Latinoamérica y abandonada en un parque luego de aprender a caminar a los dos años. No recuerda absolutamente nada sobre sus padres y le encanta que sea así, después de todo ellos la dejaron a su suerte. Por estas razones y otras más su lema es "vivir el momento". Adora mantenerse en forma, jugar videojuegos, escuchar cualquier tipo de música y pasar tiempo con Sami, la luz de su vida. Aunque sea mayor que ella por unos meses y en estatura, la quiere con todo su corazón y eso la lleva a meterse en problemas contra aquellos que la lastiman.
- Tienes que dejar de hacer eso.- regañó la coreana.
- ¡Nunca! La expresión que haces es oro puro.- afirmó apoyando sus pies sobre la mesa.
- Pues si sigues así algún día me matarás de un infarto y me aseguraré de volver como fantasma para vengarme de tí.
- Me cago de miedo.- soltó con expresión asustada.
Mientras la conversación entre ambas continuaba, uno de sus compañeros acababa de despertar de su corta siesta tras recibir unos mensajes de su amigo. Bostezó a la vez que revisaba su celular cuando una presencia a su lado llamó su atención. Elevó la vista hacia la persona, encontrándose con aquella chica parlanchina que saludaba a todo el mundo pero se la pasaba únicamente con otra de cabellos cortos.
- Eh... Abajo de tu culo hay algo que quiero.- informó.
El chico frunció el ceño con confusión.
- ¿Qué?
