Code Fénix Unleashed Sombras de la Luna

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Isolde, una de las novias del Conde, sonrió, ignorando a Ashley y fijando su atención en Fénix. —Ashley, querida, no seas tan fría. Solo vine a saludar a nuestros invitados. Aunque... este en particular —dijo, señalando a Fénix con un dedo largo y elegante— parece interesante.

Fénix levantó su Magnum, apuntándola directamente al pecho. —No te acerques más.

Isolde rió suavemente, como si no sintiera ninguna amenaza. —Oh, qué valiente. Pero no me interesa tu arma. Lo que quiero... es probar algo nuevo. —Se detuvo, inclinando ligeramente la cabeza mientras lo observaba con curiosidad. —Nunca he probado la sangre de un lycan antes. Pero ahora... creo que será mi nueva obsesión.

Fénix sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras. Apretó el arma con más fuerza, listo para disparar si hacía falta. —¿Cómo sabes que soy un lycan?

Isolde sonrió, mostrando sus colmillos aún más. —Puedo olerlo. Esa fuerza, esa rabia contenida... es irresistible. Y ahora, querido, será mía.

Fénix mantuvo su Magnum apuntada directamente a Isolde, pero la vampira no parecía intimidada. Al contrario, su sonrisa se ensanchó, mostrando una mezcla de curiosidad y diversión. Dio un paso hacia él, sus movimientos gráciles como los de un depredador acechando a su presa.

—¿Por qué tanta hostilidad? —dijo Isolde, con una voz suave que parecía envolver el aire a su alrededor. —Podríamos hablar como... adultos civilizados.

Fénix frunció el ceño, manteniendo su posición. —No hay nada que hablar con una asesina.

Isolde ladeó la cabeza, como si estuviera disfrutando del desafío. —Asesina... qué palabra tan fea. Yo prefiero "artista de la supervivencia". Tú, en cambio, eres un enigma. Un lycan entre mortales. ¿Qué te trajo aquí, querido? ¿De verdad crees que puedes enfrentarte al Conde?

—No creo. Sé que puedo. —Fénix no bajó el arma, sus ojos ardiendo con determinación.

Isolde rió, un sonido musical pero cargado de amenaza. —Oh, me encanta tu confianza. Lástima que sea inútil.

En un movimiento tan rápido que Fénix apenas pudo reaccionar, Isolde se lanzó hacia él. Su fuerza sobrehumana lo levantó del suelo y lo lanzó contra una de las paredes de la iglesia. El impacto fue brutal; el aire salió de sus pulmones mientras caía al suelo, aturdido. Su Magnum se deslizó de su mano, pero logró recuperarla con esfuerzo, levantándola para disparar.

Antes de que pudiera apretar el gatillo, Isolde estaba sobre él, inmovilizándolo con una sola mano en su pecho. Sus ojos rojos brillaban con intensidad mientras lo miraba desde arriba, como un gato jugando con un ratón.

—¿Eso es todo lo que tienes? —preguntó Isolde, con un tono burlón. —Pensé que los lycan eran más resistentes. Quizás los rumores eran exagerados.

Fénix gruñó, su respiración pesada mientras intentaba liberarse. —Sigue hablando... —murmuró entre dientes. —Te aseguro que esto no ha terminado.

Isolde bajó su rostro, acercándose peligrosamente al de Fénix. —Oh, no, querido. Apenas estamos comenzando. Pero primero, déjame saborear ese espíritu indomable tuyo.

Antes de que pudiera hacer algo más, Fénix escupió sangre directamente en su rostro. La sangre manchó la piel pálida de Isolde, quien retrocedió ligeramente, sorprendida. Su expresión cambió a una mezcla de asombro y furia contenida.

—Eso es por lanzarme contra la pared, —gruñó Fénix, con una sonrisa desafiante.

Isolde se limpió lentamente la sangre con un dedo, llevándolo a sus labios y probándola. Cerró los ojos un instante, saboreándola como si fuera un vino exquisito. Luego, abrió los ojos y volvió a sonreír, esta vez con un brillo más oscuro en su mirada.

Code Fénix-2 UnleashedKde žijí příběhy. Začni objevovat