Code Fénix Unleashed Sombras de la Luna

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Antes de que Fénix pudiera responder, una figura apareció detrás de ellos, acercándose con pasos lentos. Era un hombre alto y corpulento, que parecía medir a ambos con la mirada como si estuviera calculando su fuerza.

—Tú, uno setenta y nueve —dijo, señalando a Fénix. Luego miró a Xavier—. Y tú, uno ochenta y dos. —Su voz era grave y monótona, como si estuviera evaluando ganado.

Fénix y Xavier intercambiaron una mirada rápida, listos para cualquier cosa, mientras la tensión en el aire se hacía casi insoportable.

Fénix dio un paso al frente, intentando mantener la calma, pero con un tono que buscaba imponerse. —Escucha, no estamos aquí para causar problemas, pero tampoco vamos a quedarnos quietos mientras nos amenazan. Si quieres problemas, los tendrás.

Ashley arqueó una ceja, cruzando los brazos. —¿Problemas? —repitió, con una sonrisa burlona. —Forastero, no estás en posición de dar órdenes.

—Mira, niña —dijo Fénix, su paciencia agotándose—, no tengo tiempo para tus jueguitos de pueblo fantasma. Así que o nos dejas pasar o...

Antes de que pudiera terminar, Ashley alzó la mano, señalándolos con un gesto firme. —Mátenlos.

Los campesinos comenzaron a avanzar, con herramientas improvisadas en sus manos, sus expresiones endurecidas. Xavier maldijo por lo bajo, llevando la mano a su arma, pero Fénix levantó la voz, deteniéndolos.

—¡Espera! —gritó, haciendo que Ashley detuviera su orden momentáneamente. —Nos mandó Lilith.

El nombre pareció resonar en el aire, y por un instante, Ashley frunció el ceño. —¿Lilith? —preguntó, como si estuviera tratando de recordar algo.

Fénix asintió, aprovechando la pausa. —Ella nos envió. Estamos aquí para acabar con el Conde Orslok.

Ashley lo miró fijamente durante unos segundos, antes de que una risa amarga escapara de sus labios. —¿Lilith los mandó? —repitió, con un tono cargado de burla. —¿Para acabar con Orslok? —Se llevó una mano a la frente, riéndose como si acabaran de contarle el chiste más absurdo que había escuchado. —Ya lo hemos intentado todo. Hemos usado fuego, balas, incluso malditos rituales antiguos. Y tú me dices que vienes aquí con tu pistola y tu actitud arrogante para matarlo.

Fénix no respondió de inmediato, pero sus ojos permanecieron fijos en Ashley, mientras los campesinos se detenían, esperando su próxima orden. La risa de Ashley se apagó, y su expresión volvió a endurecerse. —Dime, forastero, ¿qué te hace pensar que puedes hacer lo que nadie más ha logrado?

Fénix dio un paso adelante, manteniendo la mirada fija en Ashley, con un aire de desafío. —¿Qué me hace pensar que podemos lograrlo? Mi reputación. Yo y mi compañero aquí —señaló a Xavier— sobrevivimos a una cacería en Berlín. Maniacos desquiciados nos persiguieron, intentaron matarnos, y aun así estamos aquí. Si pudimos con eso, créeme, podemos con el Conde Orslok.

Ashley soltó una carcajada que resonó en el aire, burlona y llena de desdén. —¿Sobrevivieron a una cacería? —dijo, con una sonrisa maliciosa. —Qué valientes. —Miró a Xavier de arriba abajo, como si evaluara su fortaleza, antes de girarse hacia Fénix. —¿Y qué? ¿Creen que eso los hace especiales? Aquí no están enfrentando a humanos. Aquí están en el dominio de Orslok. Esto no es Berlín, forasteros.

Xavier apretó los puños, visiblemente molesto, pero antes de que pudiera replicar, un grito desgarrador cortó el aire, helando la sangre de todos los presentes. Era un sonido agudo y aterrador, como si alguien estuviera siendo arrancado de este mundo.

Los campesinos comenzaron a murmurar entre ellos, sus rostros llenos de pánico.

—¡Son ellas! —gritó uno de los hombres, retrocediendo con el rostro desencajado. —¡Las novias del Conde! ¡Vienen a buscar su cena!

Code Fénix-2 UnleashedWhere stories live. Discover now