Code Fénix Unleashed Sombras de la Luna

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Fénix exhaló lentamente.

—Entonces tenemos trabajo que hacer.

Fénix se levantó de la silla y estiró los brazos, sintiendo cómo sus músculos protestaban por la noche que había pasado.

—Creo que una visita al pueblo no nos va a hacer mal —dijo, mirando a Xavier con una media sonrisa.

Xavier asintió, cerrando uno de los libros.

—Sí, podríamos encontrar más información. Tal vez alguien en el pueblo sepa algo sobre el último cazador que desapareció... o sobre el Wolfsbane.

Antes de que pudieran moverse, Ashley apareció en la puerta de la biblioteca con los brazos cruzados y una ceja arqueada.

—¿A dónde creen que van?

Fénix le lanzó una mirada rápida a Xavier y luego se encogió de hombros con naturalidad.

—Vamos a buscar suministros. No queremos morir congelados en esta mansión, ¿verdad?

Xavier asintió de inmediato, siguiéndole la corriente.

—Sí, sí, comida, municiones... lo básico.

Ashley los miró con desconfianza.

—¿Y por qué tengo la sensación de que están ocultando algo?

Fénix le dio una palmadita en el hombro mientras pasaba a su lado.

—Es mejor para ti que dejes que los profesionales hagan su trabajo.

Ashley bufó, pero no los detuvo cuando salieron de la biblioteca.

Minutos después, Fénix y Xavier caminaban por el sendero nevado que llevaba al pueblo. La brisa helada cortaba la piel, y el suelo crujía bajo sus botas.

—Entonces —dijo Xavier, metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo—, ¿qué piensas hacer si encontramos al Wolfsbane?

Fénix miró hacia el horizonte, pensativo.

—Si podemos acabar con él, estaremos un paso más cerca del conde.

Xavier frunció el ceño.

—Pero no es tan fácil. No es solo una bestia, es alguien que alguna vez fue humano.

Fénix exhaló, viendo su aliento convertirse en vapor.

—Lo sé. Pero si está demasiado lejos para ser salvado... tendremos que hacer lo necesario.

Xavier no respondió de inmediato. Solo siguió caminando en silencio, procesando las palabras de Fénix mientras el pueblo aparecía en la distancia, cubierto por la neblina matutina.

El sonido de las ruedas del carruaje resonó en las calles empedradas del pueblo cubiertas por una fina capa de nieve. Los aldeanos, envueltos en sus capas gastadas, se apartaron del camino con miradas curiosas y susurros nerviosos. La puerta del carruaje se abrió con un rechinido y, de su interior, descendió una joven de no más de dieciocho años.

Su vestido negro contrastaba con la palidez de su piel, y su expresión era la de alguien que encontraba el mundo en general profundamente decepcionante. Sus ojos oscuros recorrieron el pueblo con desinterés, como si ya supiera que no encontraría nada que valiera la pena.

Un hombre mayor, con el rostro marcado por la preocupación, se acercó apresuradamente, inclinando la cabeza en señal de respeto.

—Señorita Van Garret, gracias por venir. Su reputación la precede, y estamos desesperados. El Wolfsbane... ha cobrado demasiadas vidas.

Code Fénix-2 UnleashedWhere stories live. Discover now