Code Fénix Unleashed Sombras de la Luna

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—¿Fénix volvió? —preguntó de inmediato, su voz ronca por haber dormido inclinado sobre los libros.

Ashley negó con la cabeza.

—No he tenido noticias de él.

Xavier suspiró y se frotó la sien con los dedos.

—Maldita sea...

Se levantó con esfuerzo y se dirigió al baño, murmurando algo sobre lo incómoda que era la silla en la que había dormido. Mientras tanto, Ashley salió al campo para alimentar a los animales.

El aire frío de la mañana era denso con la humedad de la nieve derretida. Caminó hasta el granero, cargando un balde con grano y otro con agua. Pero al llegar, se detuvo en seco.

Sobre un montón de paja, recostado como si estuviera en la cama más cómoda del mundo, estaba Fénix. Con una mano detrás de la cabeza y la otra sosteniendo un cigarrillo encendido, exhalaba el humo lentamente hacia el techo de madera.

Ashley alzó una ceja.

—¿En serio?

Fénix giró la cabeza hacia ella y sonrió con cansancio.

—Los cigarrillos en Blackmoor son un robo.

Ashley se apoyó en la puerta del granero, cruzándose de brazos.

—¿Cuánto te costaron?

Fénix tomó otra calada y soltó el humo antes de responder.

—Cuarenta dólares el paquete.

Ashley casi se atraganta con su propia saliva.

—¿Cuarenta dólares? ¿Por esa basura de cuarta?

Fénix asintió con un aire de resignación.

—Sí. Y ni siquiera son buenos. Saben a pasto seco y desesperación.

Ashley soltó una carcajada, pero luego lo miró con más atención. Su ropa estaba empapada, tenía algunas heridas superficiales y su expresión era la de alguien que había pasado la noche en el infierno.

—¿Dónde demonios estuviste? —preguntó, su tono más serio.

Fénix apagó el cigarrillo contra la madera del granero y suspiró.

—Digamos que tuve una noche complicada.

Ashley suspiró y se acercó a los establos, comenzando a llenar los comederos con grano mientras esperaba que Fénix hablara. Él se incorporó lentamente en la paja, sacudiéndose un poco la nieve y la suciedad de la ropa.

—Así que... —dijo Ashley sin mirarlo, enfocada en su tarea—. ¿Vas a contarme por qué dormiste en mi granero en lugar de entrar a la casa como una persona normal?

Fénix se frotó la nuca y se puso de pie, caminando hacia ella con pasos pesados.

—No quería despertar a nadie —respondió—. Y tampoco estaba de humor para preguntas.

Ashley arqueó una ceja.

—Eso no responde qué demonios te pasó.

Fénix tomó aire y exhaló lentamente, como si intentara ordenar sus pensamientos.

—Seguí al Wolfsbane anoche —comenzó—. Lo vi con mis propios ojos. Es rápido, más de lo que esperaba. Pero lo más importante no es su velocidad ni su fuerza... es su inteligencia.

Ashley dejó de echar grano y lo miró con atención.

—¿A qué te refieres?

—No es solo una bestia salvaje que ataca por instinto —explicó Fénix—. Nos han contado historias sobre el Wolfsbane como si fuera un perro rabioso, una criatura sin mente que solo mata porque es su naturaleza. Pero anoche... anoche vi algo diferente.

Code Fénix-2 UnleashedWhere stories live. Discover now