Strings That Blind

🌟Extra🌟

-Dazai miramos...ellos...

Dazai miró en dirección a la que Chuuya le señaló y una pequeña sonrisa triste se asomo en su rostro pero asintió

-Vamos a hablar con ellos enano.- dijo Dazai, tomando la mano de Chuuya y guiándolo hacia los niños

Mientras se acercaba Chuuya noto que el niño de cabello blanco levantó la vista, sus ojos azules fijándose en ellos y se puso instintivamente delante del de cabellos negros con desconfianza.

El niño de cabello negro resopló mirando al de cabello negro y nos miró con aburrimiento, observando a Chuuya y Dazai con intensidad calculada.

Chuuya se inclinó ligeramente en señal de respeto y acercamiento, su sonrisa cálida y sincera

-Hola.- dijo Chuuya con voz suave.- me llamó Chuuya y este es mi esposo Dazai, quería conoceros un poco más.

El niño de cabello blanco el más excentrico y alegre dio un paso y abrió los brazos super alegre mientras el niño de cabello negro miraba con desinterés todo

-Hola soy Kaito, y el es mi amigo Yukio.- respondió el de cabello blanco cogiendo de la mano al otro y acercandolo a él

Chuuya asintio con una sonrisa nostálgica intentando hacer que los niños se sintieran cómodos

-Es un placer conoceros a ambos, ¿Podríais contarnos sobre vosotros?, nos gustaría saber más

Kaito miró a Chuuya y luego a Dazai evaluandolos con una mirada que parecía medir sus intenciones, después comenzó a hablar

-Tengo que avisaros que vivimos juntos en este hogar desde hacía años, Kaito siempre ha estado a mí lado, somos un pack.- dijo Yukio sus ojos reflejando vulnerabilidad

Note que Kaito apretó un poco más la mano de Yukio en señal de gratitud por haber dicho esas palabras

-Nos cuidamos mutuamente.- agrego Kaito.- siempre hemos estado juntos y lo estaremos.

Chuuya sintió un nudo en su garganta la escuchar las palabras de los niños, recordando a Fyodor y Nikolai aquellos dos que habían sido mejores amigos, la promesa que hicieron y que les llevó a morir juntos.

Habían pasado diez años desde sus muertos y a Chuuya siempre le dolería hablar de sus mejores amigos, pues los echaba mucho de menos, en realidad todos, aunque el que peor lo llevo de todos fue Sigma.

La promesa de esos niños de estar juntos, era un reflejo del tipo de compromiso que habían tenido sus amigos en su momento, y aunque las cosas acabaron de muy mala manera, era una lección sobre el valor de lealtad y amor incondicional.

Se dirigió a Dazai con los ojos cristalizados y el castaño solo asintió con comprensión al entenderlo

-Creo que estos niños necesitan un hogar donde puedan estar apoyándose mutuamente.- dijo Chuuya mirando a los niños con ternura.- me parece que son inseparables.

Dazai asintió con una sonrisa comprensiva y se inclinó hacia los niños

-Nosotros queremos ofrecerles un hogar, un lugar donde puedan crecer y ser felices, ¿Os gustaría considerar la posibilidad ambos de vivir con nosotros?

Yukio y Kaito intercambiaron una mirada, y Chuuya pudo ver el destello de esperanza en sus ojos, hubo un leve titubeó pero era evidente que ambos se comprendían sin necesidad de hablarse.

-¿De verdad?.- pregunto Yukio con una voz llena de asombro

-Si.- respondió Dazai.- estamos aquí para ofrecerles una familia y un lugar donde puedan sentirse queridos y seguros, ¿Que opinan?