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Agosto

Me despierto con el sonido de mi celular y sonrío al ver el nombre en la pantalla, respondo a prisa sin poder evitar suspirar.

—Holaaa –alargo con emoción.

—Buen día Eliza –saluda él y muerdo mi labio, —¿Cómo amaneciste?

—Desnuda –digo y lo escucho gruñir, pero a pesar de eso puedo sentir su sonrisa.

—Pues así es como te quedarás al menos 10 minutos más –dice y sonrío con emoción llevando mi mano hacia mis piernas.

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Poco más de un mes había pasado desde su partida, un mes en el que nos hablábamos a diario y nos enviábamos fotos todo el tiempo, justo como estaba por hacerlo ahora, abrocho mi saco y tomo una fotografía enviándosela a Brandon para después dirigirme al trabajo, camino directo a mi pequeña oficina y abro mi correo, envío las notas del caso que revisé al licenciado Bullock y comienzo a ver los nuevos. Durante el último mes, después de mi descubrimiento en el caso del señor Clooney que logró darle la custodia de sus hijos, mi nombre había entrado nuevamente aspirando a un puesto para ocupar una de las plazas del bufete como abogada oficial, y para poder lograrlo, tenía que llevar 4 casos por mi cuenta, sin ayuda de mi "tutor", en este caso, Spencer, y podría ser sencillo, si no tuviera que continuar con mi trabajo y si alguien quisiese darle la oportunidad a una recién graduada, resulta que no importa los créditos, mi esfuerzo o mi calificación para los clientes, si no tengo un buen registro de casos ganados, no existo para nadie, lo cual comenzaba a frustrarme, tenía solo hasta noviembre, una semana antes de acción de gracias para conseguir mis casos y no iba nada bien. El licenciado Spencer y Brandon intentaban animarme, asegurando que para ellos no fue fácil al principio tampoco, y yo pretendía creerles.

El teléfono de mi oficina suena y respondo.

—¿Eliza? –pregunta la misma voz de mi jefe y sonrío.

—Tal vez –bromeo y lo escucho reír.

—Axel quiere saber si tendrías tiempo de verlo –dice y frunzo el ceño.

—¿Quiere que lo reciba? ¿no llega usted mañana? –pregunto.

—El no me quiere verme a mi Eliza –dice y abro mis ojos, ¿había salido algo mal con el caso? ¿estaba en problemas, —llegará en 20 minutos –continúa y suspiro.

—¿Estoy en problemas? –pregunto confundida.

—Posiblemente –dice él y maldigo en mi interior, "menos mal que nadie a aceptado mi ayuda" pienso y asiento.

—Bien, de acuerdo –acepto y cuelgo, mi mirada corre a la puerta, ¿habrá tiempo de irme a la India?, paseo de lado a lado por la habitación mientras el tiempo pasa, y cuando llaman a la puerta intento lanzarme por la ventana, y hubiese funcionado, si tan solo tuviera una. Tomo una respiración profunda y camino hacia la puerta.

—Abogada Menster –dice y asiento pidiéndole que pase, entra y me intimida con solo compartir la habitación con él, se que el traje llega cuesta más de lo que vale mi oficina ahora, estoy jodida.

—Tome asiento por favor –murmuro intentando mantenerme profesional.

—Lamento haberme presentado sin llamar antes, es solo que no tengo su número –dice mientras desabrocha su saco para sentarse, estoy silencio, a punto de tener un ataque cardiaco, —No tuve tiempo de hablar sobre lo que hizo sobre el caso –dice y trago saliva, —gracias a usted tengo a mis hijos conmigo –dice y mis ojos se abren, —Spencer me lo dijo, que fue usted quien encontró la prueba sobre su consumo de sustancias, si no hubiese sido por usted, yo habría perdido –dice y niego, —No sé si Spencer te dijo porque estoy aquí –dice esta vez con más seriedad y el miedo vuelve.

6 Meses de redención.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora