Cap 2

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El también había cambiado bastante desde la muerte de nuestros padres, pero con la diferencia que el tuvo que madurar de golpe a los 17 años y aceptar la realidad que se le había venido encima "Mis padres murieron & tengo una hermana de 14 años a la cual tengo que cuidar y proteger", y había estado cumpliendo su labor lo mejor que el podía, y estoy segura que no es fácil para el tener 19 años vivir su sueño, trabajar para alimentarme y cuidar de mí, mientras yo me drogo, pero lo siento Niall es lo que te tocó, tómalo o déjalo.

— No hallo la hora de cumplir los malditos 18 años y largarme de aquí – le escupí con odio, pude ver el dolor que cruzo los ojos de mi hermano, pero no me importo, desde hace ya un tiempo que mi corazón era de piedra.

— Suficiente Oriana, anda a tu habitación y haz la maldita maleta, en tres horas tenemos que estar en el aeropuerto – yo solo me di la vuelta para ir a mi habitación, como detestaba la idea de irme de gira con mi hermano y su bandita, aunque años atrás era con lo que yo soñaba – y si no tienes la maleta lista a esa hora no me importa, te irás sin maleta – una sonrisa quiso asomarse pero no la deje salir, a pesar de todo mi hermano me conocía como la palma de su mano.

— Púdrete Maxi – bufe

— Se que te encantaría que sucediera, pero lo siento no es posible, anda a hacer tu maleta – me dijo y luego cerró la puerta de su habitación - el silencio reino en toda la casa - mientras que yo entraba a la mía y me resignaba a hacer esa maldita maleta, metí todas las cosas que se me ocurrieron y todo tipo de ropa, ya que visitaríamos muchos países con distintos climas, o algo así me había dicho Maxi.

Estaba por cerrar la maleta cuando mis ojos se fijaron en la foto que había en mi velador, la tome con cuidado y la observe, la foto era una que me había regalado Maxi hace unos años, una mitad de ella era una foto dónde yo salía montada en la espalda de Maxi y le daba un beso en la mejilla mientras el sonreía a la cámara, y la otra foto que salía unida a esa era una foto que salíamos los cuatro, Maxi tenía a mi mamá en sus brazos mientras que mi papá me tenía a mí, amaba ambas fotos, eran lo único que me quedaba de mi pasado, y lo único que me quedaba de mis padres, además de todos los recuerdos que se alojan en mi corazón. Con cuidado la puse entre mis cosas de la maleta, y finalmente la cerré, dentro de una hora tendría que partir en ese avión con mi hermano y cuatro chicos más que no veía hace años & prácticamente no conocía, no se que me depararía el futuro, lo único que le pido es que no aleje más a las personas que amo de mi lado.


— Oriana muévete por favor – me dijo Maxi.

— Maxi no quiero por favor, te prometo que no haré nada – tenía que recurrir a mi última opción, cara de gatito abandonado y voz de niña pequeña, lo sé patético, pero de alguna forma tenía que conseguir que Maxi no me llevara con él.

— No te creó nada y no me convencerás, así que ahora muévete que tenemos que tomar el avión hacia Londres – tomo mi maleta en una mano y la de él en la otra y empezó a caminar por el aeropuerto, y no me quedo otra tuve que seguirlo y aceptar que los próximos seis meses tendría que estar viajando de un lado a otro por mi estúpida irresponsabilidad.

— ¿Y que hay del colegio? ¡No puedo faltar seis meses! – le pregunté en la fila que estábamos haciendo ya para ir hacia el avión.

— ¿Es enserio Oriana? Hace ya un año que no te pago el colegio porque se que no vas a él, o que ¿Creías que no me había dado cuenta? – en verdad mi hermano sabía todo, no sé como pero lo sabía.

— Bueno, no te enojes tenía que recurrir a mi última salvación –

— Lamento decirte hermanita, que esta vez no tienes salvación – y puso esa sonrisa burlona en su cara.

Maxi pasó nuestros pasajes y no sé que otras cosas que le pidieron para poder ingresar al avión, yo tan solo me dedicaba a mirar a mi alrededor, ya había perdido todas las esperanzas, tendría que ir con Maxi porque él no daría su brazo a torcer.


Nos quedaban 10 minutos para aterrizar en Londres, y Maxi seguía profundamente dormido a mi lado, me dedique a observarlo y pude ver unas leves ojeras que se colaban por bajo sus ojos, y sus facciones demostraban cansancio, y aunque el no lo quiera aceptar, demuestran tristeza.

-— Hey, Maxi despierta – le dije meciéndolo suavemente

— ¿Qué pasa? – Preguntó todavía bastante adormilado

— Aterrizamos pendejo –

— Vamos – dijo levantándose con cuidado y tomando su bolso que siempre llevaba con el y poniéndoselo al hombro, y unas gafas negras se hicieron presentes sobre su cara para seguro ocultar las ojeras. Yo tome mi bolso y seguí a Maxi bajo el avión, cuando estábamos retirando nuestras maletas un gritó nos sobresaltó.

— ¡Maxiii! – ambos nos giramos rápidamente y pude ver que el que había gritado era un castaño  que se encontraba a unos metros de nosotros, junto a otros tres chicos que se reían de este...

Unbroken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora