13. Herida.

20 5 1
                                    

La noche cayó y la mujer de toque dorado se encontraba sentada a la orilla de su piscina mientras sumergía sus pies en el agua, la cual miraba sin notar como su semejante llevaba varios minutos viéndola sin decir nada hasta que decidió acercarse atrayendo su atención...

-Hola Mari

-Hola Midas... —le sonrió sutilmente— Creí que estarías dormido...

-Y yo pensé que igual estarías descansando... Hace mucho que no te veía vestida de otra manera que no fuera con tu traje...

-¿Lo dices por el short y la blusa de tirantes?... Es mi pijama...

-Sin embargo el short es negro y la blusa blanca

-Jamás perdería la formalidad... —ambos rieron un poco antes de que él se sentara a su lado pero no sumergiera nada en el agua— ¿Por qué no te quitas tu armadura?... Ya es muy tarde

-Es que... Prefiero no hacerlo

-¿Por qué?

-No sé que usaría...

-Hoy te fui a conseguir ropa... Te compré tus trajes igual... ¿Si checaste que te quedara bien todo?

-Si... Y si me quedó bien... ¿Cómo supiste mi talla?

-Midas, conozco casi todo de ti y antes... —su sonrisa se desvaneció un poco— Un día que te acomodé el cuello de tu camiseta para poder ayudarte a ponerte la corbata, vi tu talla, además de que también la vi cuando un día te emborrachaste y te llevé a tu casa, te quité el chaleco que tenías, desabroché un poco tu camiseta y quité tus zapatos para que pudieras dormir un poco más cómodo...

-¿Por qué viste mi talla?

-Quería comprarte un traje que vi y que seguramente te hubiera encantado, sin embargo cuando volví a la tienda, ya lo habían vendido y no había en tu talla...

-Mari...

-No has respondido mi pregunta y no quiero que me cambies el tema... ¿Por qué no te quitas tu armadura?

-Cuando tuve mi pelea por mi libertad del inframundo, me tocó combatir contra una clase de deidad o monstruo... No sé exactamente qué era, pero aunque parecía ser mujer, era muy fuerte, muchísimo más que yo, me hizo ciertas heridas que todavía no me han cerrado y me duele a cierto punto, entonces la armadura, al menos la parte de la coraza me ayuda a mantener un poco protegida esa zona para que no sea tanto...

-¿Crees que podrías enseñarme cómo estás?...

-Mari, no creo que sea tan buena idea, no es una herida bonita...

-Es que yo no busco que sea bonito, yo sé que las heridas no son la cosa más agradable del mundo pero sí quisiera ver cómo estás...

-Por qué?... No quiero que te preocupes

-Es inevitable que no me preocupe por ti, solo que quizá y podría hacer algo para ayudarte... Por favor...

El varón solo tomó un gran suspiro antes de comenzar a retirarse aquella armadura y seguidamente quitarse la camisa que traía por debajo, mostrando como en la parte de su pecho tenía una gran cicatriz que iba casi de su hombro izquierdo a su costado derecho, la cual todavía se encontraba en recuperación, haciendo que la mujer cambiara su expresión a una de tristeza...

-Ahora entiendo porque la usas...

-Ya casi estoy recuperado, pero aún falta un poco...

-Tienes muchas marcas...

-La criatura contra la que peleé tenía garras... Son rasguños...

-No sé cómo sobreviviste...

-Ni yo...

Te encontré || FORTNITE FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora