Mamitas del jardín.

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-Es tan hiriente.

-Muy desconsiderado.

-Nefasto. Seguro su madre no le enseñó modales.

-Cierto. Nadie vio a su madre, seguro es fea y larga como el.. ¿Una bruja?

-Ugh, que asco

Esos comentarios solía escuchar el pequeño Caín.
Claro, antes de comérselos.

Aquellos que se habían atrevido a hablar de ese modo sobre su mami, perdían ambas manos o 1 pierna.

Estaba bien que le dijeran cosas a él. Después de todo no era un santo y las constantes burlas tenían consecuencias.

Nuevamente su papito había sacado cara por el y el asunto terminó sin represalias. Un mocoso que salía triunfando siempre, arrebatando la justicia de esas manos ajenas.

Bueno, ya estaban en su "estómago" después de todo.

Al parecer su hermano ya estaba dormido, lo descubrió al sentir su hogar en silencio. Los juguetes de aquel hambriento bebé no hacían ruido alguno.

Su madre recibió con un beso a su padre y acomodó el cabello de ambos.

Tenía una lonchera en sus manos, seguro su padre tendría que salir por algunos temas de trabajo.

-Te amo, te estaré esperando en casa-

Fue lo que dijo su madre mientras que abrazaba a su esposo.
A veces le parecía curioso ver que en público no era tan expresivo como en casa. ¿Era tímido?

A su madre le gustaban muchas cosas. Las puede enumerar en orden mientras que se despide de su padre como si fuese a irse a la guerra.

Por ejemplo. Ahora estaba abrazando a su esposo, luego procede a acomodar su corbata y a darle pequeños besos por toda su cara. Lógicamente comenzando por las mejillas.
Acerca mucho su rostro y le susurra cosas que de igual forma puede escuchar.
"Honni, te amo mucho" "No tardes demasiado" "Te extrañaremos" "Sabes que te quiero. ¿No?" "Mi esposo es muy lindo" "Honni.. me gustas tanto"

A veces le parecía algo exagerado, probablemente volvería en 1 día o 2. "Cosas de adultos" pensó.

Lo que si tenía claro era que su madre lo hacía para retrasar la partida de su padre.

Odiaba dormir en esa cama solo.
Extrañaba a su padre cada día, cada momento que no estaba cerca a él.

Quizás eso era un matrimonio.

En fin.

A este punto su madre ya estaba a mitad de proceso, jugando con las manos de su esposo y contando cosas pequeñas.

Finalmente un auto llegó y tocó la bocina.

El llanto de la casa vecina confirmaban el hecho de que venían a recogerlo.

-Te quiero mucho papi- dijo el pequeño Caín sacudiendo sus manos- Yo cuidaré a mamá, Andras y a toda la casa por ti-

Randra lo cargo fácilmente y cerró la puerta cuando el auto ya no era visible.

A veces amaba mucho esos momentos.

Su madre no era nada feo. Sus ojos eran muy bonitos y claros, su piel era suave, su cabello bastante fino y abundante lo cual combinaba con sus labios rosas. Era imperdonable que siquiera insinúen que su madre es como una bruja.

Tarareaba una canción mientras que servía la cena, eso ayudó a que Caín nuevamente calme su furia.

-Caín, ¿te preocupa algo?- pregunto randra sentando a su hijo. Coloco los platos en la mesa y se sentó a su lado para acompañarlo.

"Somos"Where stories live. Discover now