ʀᴇᴄʜᴀᴢᴀᴅᴀ | ɪᴛᴢʏ

⸺capítulo ¹⁹

Y Dios decidió ayudarme.

Las admisiones fueron cambiadas para el día siguiente en la mañana puesto que la pista no estaba aún en condiciones de recibir a los patinadores, yo chillé de emoción ante aquella noticia que me dio mi hermano diez minutos después de haberme llamado. No tendré que ausentarme de nada ni cancelar el otro compromiso, sé que mi trabajo es importante, pero considero que mi pasión por el patinaje lo es también y no quiero abandonarlo.

Ahora solo quedaba concentrarme en la presentación, 

Me iba colocando el auricular mientras caminábamos detrás del escenario, me puse a lado de Lia esperando nuestro turno, me miraba de vez en cuando a ver si no había nada malo conmigo, ningún detalle que tuviésemos que arreglar en ese momento, yo misma me estaba cerciorando de verme bien y no dar mala imagen en este mi ahora sí debut oficial en un comeback.

Sentía como si aquellos casi cuatro minutos sobre el escenario fueran eternos, me percataba de no cometer ningún error, mantenía mi mirada fija a la cámara cuando tocaban mis partes de la canción y ponía en acción lo que mi hermano me había enseñado. De él había aprendido el arte del baile y aparte lo llevó en la sangre así que por eso me fue más sencillo aprenderme las coreografías de manera rápida sin que se me pasara nada.

Cuando nos indicaron que ya podíamos romper formación de la parte final de la coreografía, fui la primera en bajar del escenario tomando la botella de agua que una chica del staff me ofreció, le agradecí haciendo una reverencia y camine emocionada hacia Lia dando saltitos como niña pequeña.

―Lo hiciste genial, te lo aseguro. ―dijo alentándome, como siempre lo hacía.

―Esperemos que sí, todas lo hicimos genial, ―me quede un rato callada―, que digo genial, lo hicimos perfecto.

―Ya Scarlett, guarda esa energía para las demás presentaciones. ―asentí a las palabras de Yeji y caminé con Lia de vuelta al camerino.

Me hubiera sentido muy presionada sino me hubiesen dado la oportunidad de presentar otro día los exámenes, estoy bastante agradecida con mi inteligencia porque gracias a eso es que me dieron la oportunidad de presentarlos otro día.

Al estar revisando mi celular puesto que alguien del staff me dijo que no había parado de sonar, encontré varios mensajes de Yoona en mi bandeja de entrada, no tenía ni idea de cómo consiguió mi número si jamás a nadie del instituto se los he dado. Comienza a darme miedo, he estado tranquila porque no lidio con ella en el instituto, pero ahora hasta mi celular sabe.

Yoona:
Buena presentación.
Y digo buena porque hubiese estado perfecta sin ti.
Los comentarios de la presentación todos son de las chicas.
No hay nada sobre ti, que triste, no te quieren todavía.
visto a las 6:45 PM

Deja de molestarme que estoy trabajando
visto a las 6:47 PM

Yoona:
Veamos que comentarios recibes cuando saquen tu fancam.
Apuesto a que serán dignos de leer.
¿Cómo te sientes ante eso querida?
Pero en fin, los que se lucieron fueron mis chicas claro.
visto a las 6:49 PM

Deja de decir "mis" que no son nada tuyo, ¿vale?
Eres fan y hasta allí, no son objetos Hyebin.
Ese adjetivo no se lo des a ellas, no cruces los límites.
visto a las 6:50 PM

No me volvió a escribir, deje el celular guardado en mi mochila mientras desviaba mi mirada de las chicas.

Admito que siempre sus palabras me hacen sentir mal y termino llorando, ¿hasta cuándo dejara de suceder eso? ¿hasta cuando dejaré de ser tan débil? Pero es que tiene razón, la presentación hubiera sido perfecta sino hubiera estado yo.

¡Mierda!

Salí del camerino ignorando los llamados de Lia y Ryujin, fui al baño por unos minutos quedándome recargada en la pared después de haber lavado mi rostro gracias a que el maquillaje se corrió por las lágrimas. Odio esto. ¿Por qué siempre las palabras deben afectar? ¿Por qué la sociedad no puede entender que las palabras a veces hieren de una manera realmente impresionante? Lo que es peor aún es que ni siquiera se tientan el corazón para decirlo; unas veces son directas y otras a tus espaldas.

No entiendo a la sociedad de este mundo.

― ¿Vas a salir o te seguirás escondiendo? ―escuche la voz de Ryujin afuera, tire el pedazo de papel al cesto y salí del baño aparentando algo que en definitiva no estaba sintiendo.

Ni siquiera deje que me dijera algo, me tome el atrevimiento de abrazarla y aferrarme a ella para que las lágrimas no volvieran a salir, ni siquiera estaba entendiendo mi actitud, pero correspondió a mi abrazo cuando me escucho sollozar de nuevo.

Ahí me sentí otra vez tan débil, tener que correr hacia los demás para encontrar un refugio. No sabía encontrar la respuesta por mi misma.

―Linda, lo que sea que te esté afectando, sabes que puedes decírmelo, ¿verdad? ―asentí―, no quiero verte mal ni tampoco que llores, prefiero mil veces verte sonreír, no quiero que estés mal por personas que no valen la pena.

― ¿Cómo lo sabes? ―me separe de ella para mirarla con el entrecejo fruncido. Realmente ¿cómo sabía que lloraba por eso en específico?

―Yo lo sé todo cielo.

¿Lo sabe todo? Perfecto, que me diga entonces si pasaré las admisiones o no.

De acuerdo, no es momento para mis estupideces.