2

770 109 7
                                    

─Si tu intención es que no participe en la carrera, pues pierdes el tiempo, no eres tan lindo ─ le digo y me suelto de su agarre para irme por mi auto.

La verdad es que si es muy lindo, Dios es guapísimo y si no fuera porque de verdad quiero participar en la carrera, pues si pasaría un buen rato con él, pero tengo mis prioridades, además, en caso de serlo, no sería él primero que intente distraerme para que pierda el tiempo y el dinero.

Perder el dinero de la apuesta no me importa, pero si la oportunidad de conducir, esa es la mayor razón por que vengo a estos lugares. Voy por mi Porsche 911 GT3, un pequeño capricho que me compre hace tiempo para estas salidas.

Conduzco hasta la línea de partida, llego faltando apenas minuto y medio, además de que fui la primera en llegar, con quien se supone que debo competir, pero no llegado todavía.

Seguramente es porque es mi primera carrera de la noche, pero este minuto y medio que falta es el más largo del mundo, pero además la persona con la que me toco competir, es superdramática, porque llega faltando cinco segundos.

─¿ Cuál es tu estándar de lindo? ─ me preguntan el tipo del auto, me cuesta unos segundos darme cuenta de que es él mismo que se me acercó antes.

─Pongamos lo así, entre un hombre y una carrera ─ le empiezo a explicar usando mis manos como una balanza ─ ningún hombre será tan lindo ─ le digo con una sonrisa.

─Auch ─dice fingiendo dolor ─ ¿ y si no hubiera una carrera de por medio?, ¿me darías un poco de tu tiempo? ─ pregunta él con interés apoyándose del volante.

─Podría ─ contestó.

─¿Listos? ─ pregunta el tipo de antes en medio de ambos autos, no me di cuenta de cuando llegó.

─¿Te gusta apostar princesa? ─ me pregunta él haciendo rugir el motor.

─Solo si el premio lo vale ─ contestó, haciendo rugir el motor.

─Ganas, te invito una copa, pierdo, te invito una copa ─ dice y yo río.

─No me parece un mal premio ─

─En sus marcas....Listos....¡Ya!....

. . . . . ╰──╮╭──╯ . . . . .

─Aquí tienes ─ me tiende él una cerveza cerrada.

─Gracias ─ digo tomando la cerveza bien fría, destapándola, para darle un buen trago.

─Eres muy buena ─ me dice antes de darle un trago a la suya.

─Gracias ─ digo de nuevo ─ y tu también ─ agrego. Quedamos muy a la par, él que organizo esto, pues se fue por la vía fácil y simplemente dijo que dividiría el premio entre los dos, yo la verdad que quería pedir una revancha, siento que la carrera termino a medias y no me gusta, pero para la revancha hay que esperar muco y no tengo tanto tiempo.

─Y dime princesa, ¿Si te tendrás que ir antes de la media noche? ─ me pregunta él con interés.

─No ─ contestó ─ en cuarenta minutos a lo mucho ─ contestó.

Si no estoy mal ya llevo como mínimo más de una hora desde que salí del departamento, aunque también sienta que apenas he llegado y la noche es muy joven aún, pero Alexa y yo tenemos un trato, debo de cumplir con mi parte, aunque seguramente Caref pasara toda la noche con ella, y después nos vamos a terminar leyendo tarde, porque ella va a estar toda desvelada.

─¿En serio?, ¿y no te puedes quedar un poco más? ─ pregunta él con interés.

─Tal vez ─

─¿Tal vez? ─ pregunta él con interés.

─Si, ¿qué ganaré? ─ le preguntó con interés y él me sonríe muy sexy.

─Permíteme mostrarte ─ me dice él ofreciéndome su mano, dejo la botella a un lado, pasando mi mano por mi cabello, es una señal para mi escolta, para que se quede atento.

Exactamente, no sé donde está, pero estoy segura de que debe estar muy cerca, siempre está cerca aunque no lo tenga en mi mirada periférica. Él me toma de la mano llevándome a un lugar más apartado, donde se habían dejado los autos que estarán en las carreras, aquí hay muchas menos personas.

Apenas llegamos detrás de unos cuantos autos cuando me pone contra un vehículo y empezar a besarme lleno de deseo y lo la verdad es que le contestó igual. El deseo se dispara por mis venas, encendiendo por completo mi cuerpo, sus manos aprietan con fuerza mi trasero, pegándome más cerca de su cuerpo, para donde siento su firme erección pegada a mi vientre.

─Valla, te animas muy rápido ─ comento con voz agitada.

─Rápido no, me tienes así desde que bajaste del auto ─ me dice él besando mi cuello, si que sabe usar su boca.

─¿En serio?, me llevas mirando mucho ─ comento haciendo lo posible por no gemir muy alto, parece que estamos solos aquí, pero no me puedo confiar, quién sabe quién podría estar por aquí o quizás al ser demasiado escandalosos podemos llamar la atención y eso me podría traer muchos problemas.

─Eres una mujer a la que no se le puede quitar la mirada de encima princesa ─ dice él , para besarme de nuevo, su mano que antes estaban amasando vigorosamente mi trasero, han subido por mi cintura, luego mis caderas, para desde una de ella adelantarse y subir hasta mi pecho y tocarlos.

─¿Si yo soy una princesa tú que serias? ─ le preguntó con interés, ya que no deja de llamarme así desde el primer momento ─ ¿acaso eres un príncipe también? ─ le preguntó con interés, metiendo mi mano por debajo de su camisa.

─Oh no, para nada, princesa, no soy un principe azul ─ dice y siento cómo desabroca él boton de mi pantalon.

Esto va muy rapido, se que va muy rapido, pero aun así no puedo detenerme, no quiero deternerme, todo esto se siente tan bien, está deseo está adrenalina, no lo se, no es la primera vez que me besuqueo con un extraño en una carrera, pero ningun otro extraño me había tocado cómo me está tocando él, cómo me está besando él.

─¿Entonces que ereeemmmm ─ mi pregunta queda interrumpida por un gemida ya que sus manos no perdieron él tiempo y fueron directo ami sexo ─ ohh Dios...si, si, más...

─¿Si?, ¿Si?, ¿Te gusta princesa? ─ me pregunta en voz baja al aido moviendo sus dedos en mi sexo, llenando todo mi cuerpo de ardiente placer.

Vagamente me recuerdo a mi misma que estamos en medio de un semi oscuro estacionamiento de autos y no facilmente podemos pasar de lo que estamos haciendo a ser exhibidos en todo internet, po lo que debemos deser lo más discretos posibles y eso significa no gritar fuerte, por lo que me callo con su boca, hasta llegar al climax.

─¿Estás bien princesa? ─ me pregunta él sujetándome de la cintura, ya que mis piernas se sienten de gelatina después de ese orgasmo que me ha dado con sus dedos.

─Si ─ apenas soy capas de contestar.

─Perfecto, porque yo ya no aguanto más ─ me dice él y me jala, no sé adonde y mi me pongo en alerta, por muy rico que sea todo, no estoy completamente loca aún.

─Un segundo, ¿adónde me llevas? ─ le preguntó.

─A mi auto, muero por estar dentro de ti, pero no lo haremos al aire libre ─ dice él y me guía hasta su auto y es cuando caigo en cuenta de algo.

¿En serio voy a perder mi virginidad en un auto?

La verdad es que no me molesta y tampoco me sorprende demasiado, porque varias veces he estado a punto de hacerlo de con algún tipo, pero antes de que sea muy tarde, pues me echo para atrás y mi fiel guardaespaldas me ayuda a salir de la situación, pero la verdad es que en este momento, nada me hace dudar, quiero hacerlo, de verdad lo quiero hacer con este sexy y guapo hombre.

De cualquier manera solo será algo de esta noche, y ya, después de esto, seremos simples, desconocidos y ya.

Alexia LitmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora