2. Calor

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Ha estado teniendo citas con Enzo y con Matías durante esos dos meses, en realidad. No se lo había creído del todo cuando le habían dicho que lo querían para algo más que llevarlo a la cama, pero aparentemente es verdad y cada vez se deja llevar más con ellos. Todavía tiene algo de miedo, pero está empezando a confiar en que realmente pueden amarlo.

Enzo y Matías son todo lo que podría desear. Tanto el omega como el alfa son atentos y cariñosos y lo tratan como si valiese su peso en oro. Constantemente pasan a buscarlo al trabajo y van juntos a pasear a su perrita, lo llevan a cenar a los sitios que más le gustan y nunca temen mostrarse cariñosos en público con él. Tiene miedo de volver a enamorarse demasiado y que todo salga mal al final, pero cada vez se desliza más hacia su lado sentimental y le encanta como de cuidado lo hacen sentir.

Ambos alfa y omega siempre lo tratan increíble, tanto dentro como fuera de la cama y tiene que reconocer que está teniendo el mejor sexo de su vida, aunque no todas sus citas terminan así y precisamente por eso disfruta el ritmo al que avanza su relación con ellos, sintiéndose querido en vez de usado.

Su celo está cerca, muy cerca y se siente más mimoso, lo cual no pasa desapercibido ni por Enzo ni por Matías.

—Hueles muy rico a vainilla, Agus. —le dice Enzo al oído, abrazándolo por la espalda y él se recarga en ese abrazo, ronroneando— Cada vez hueles más dulce, mi precioso, ¿cuanto falta para tu celo?

El otro omega parece ansioso porque llegue y se sonroja ante eso y ante lo públicos que son con él. Está en el parque con ellos y Enzo lo abraza y le da besitos mientras Matías juega con su perrita embarazada. Últimamente ha estado sintiendo más anhelo referente a eso ahora que tiene dos parejas, pero sabe que es demasiado pronto para revelar que siempre ha querido un embarazo.

—Un día, tal vez dos... —murmura, y ronronea cuando Enzo acaricia su cintura y deja suaves besos por su cuello, toques suaves y cariñosos que lo hacen suspirar— No voy a trabajar más en toda la semana, tomé mis días libre para el celo.

Se sonroja más cuando lo dice porque nunca había usado sus días antes, solía pasar sus celos en supresores y por extensión sintiéndose mal, solo y sensible, pero este celo va a ser muy diferente. Lo siente venir desde hace semanas y cada vez está más cerca, dejándolo con más ganas de estar con Enzo y con su marido alfa.

—Matu y yo también nos tomamos la semana libre para estar contigo, mi amor. —le dice Enzo, y le da la vuelta para tenerlo cara a cara— Ya quiero cuidarte, tenerte entre Matu y yo y hacerte sentir bien, precioso. Te haremos sentir amado.

Sabe que no está hablando solo del sexo, Enzo es un omega y sabe bien como de sensibles los deja el celo, se necesita mucho más que solo sexo para que sea uno bueno. La intimidad, la confianza y el amor lo son todo, y parece que los ha encontrado en ellos. 

—Es la primera vez que me llamas así... —dice, y entonces es Enzo el que se sonroja.

—¿Es demasiado pronto?

Enzo huele preocupado, pero él sonríe suavemente y se recarga en su abrazo después de darle un beso suave.

—No es demasiado pronto para decirme mi amor si tampoco es demasiado pronto para pasar un celo contigo y con Matías...

El alfa mencionado aparece en ese momento a su lado, con una pelota en la mano y la correa de su perrita Nelly en la otra, y le gusta como la mascota del matrimonio lo olfatea, saludándolo de nuevo.

—Mis omegas —dice Matías— ¿qué me perdí? Están rojitos y huelen rico.

Está más rojo por culpa de eso, pero rápidamente le contesta.

Stuck in the middle (with you) [Poliamor]Where stories live. Discover now