Noches En Azkaban | Drarry

Capitulo 8 : Problemas en el paraíso

George había sido el primero en llegar junto a Angelina, la ex novia de Fred, quién ahora era su esposa.

Percy llegó junto a Charlie. Luego, llegó Ron junto a Hermione y por último Ginny junto a Harry y, los pequeños James y Albus.

— Y cuéntame, Harry, cariño...¿cómo va todo en el ministerio? — preguntó la señora Weasley, para despejar el ambiente tenso que había entre su hija y su nuero —. He escuchado que las cosas no van muy bien con El Profeta.

Con un carraspeo de garganta, Harry habló:

— Si, el ministro me estuvo comentando algo así, dijo que quería hacerle unos cambios. Pero no le presté tanta atención.

— No sé si se enteraron, pero, Kingsley será el nuevo ministro de magia — habló Percy —; el señor Fudge renunció a su puesto.

— Tú padre no me había dicho nada, Percy — dijo Molly.

— Es que nadie lo sabe, yo y unos cuantos somos los únicos — explicó el mayor.

— Pues segia muy gago no veg al ministgo en su caggo — habló Fleur, mientras le daba de comer a Victoire —. Pog ciegto, ¿se entegago que Viktog Kgum se casó?

— Oh, si — dijo Hermione con una sonrisa —. Él mismo me escribió para invitarnos a mi y a Ronald a la boda, pero, el embarazo me tiene con una náuseas horribles y tuve que negarme. Por cierto, Fleur, él les envía muchas felicitaciones a tí y Bill por el nuevo bebé.

Fleur y Bill sonrieron, y la plática continuó muy entretenida. Hasta qué la comida terminó y todos salieron al jardín.

— Chicas, vengan, siéntense conmigo — dijo Molly, sentada al rededor de una mesa pequeña y las chicas fueron dónde ella —. Ahora que ellos están ocupados, ¿qué tienen por decirme?

— Todo está magavilloso entge Bill y yo — dijo Fleur —. No tengo pogque quejagme.

— Ron y yo también estamos perfectamente bien — habló Hermione —. Un poco estresados porque según él "debemos tener todo listo para el nacimiento" y aún falta como ocho meses.

Las cuatro rieron, pero igualmente, Molly notó el semblante triste de su hija.

— ¿Y tú, Ginny? ¿todo bien entre Harry y tú?

— No — respondió ella secamente —. Peleamos esta mañana, anoche llamé varias veces al ministro por medio de flu, y Harry no estaba ahí. El mismo Fudge me aseguró que Harry no se encontraba. Él me asegura que si, y que incluso; estuvo en tú casa, Hermione.

— Bueno, es cierto. Harry estuvo en mi casa por un buen rato. De hay en más no lo noté extraño ni nada — dijo Hermione, claramente mintiendo en lo último, pero por su semblante serio no permitió que ninguna de ellas se diera cuenta.

— …Si tú lo dices — dijo Ginny.

— No desconfies de él, Gin — dijo Fleur.

— Lo tengo que hacer, Fleur. Harry últimamente me está ocultando demasiadas cosas. Ya ni conozco al hombre con el que me casé; ni siquiera unas vacaciones quiere pasar conmigo.

Fleur sonrió ante la idea que le cruzó por la cabeza.

— Podgias seduciglo — propuso.

— Creo que Fleur tiene razón, cariño — habló la señora Weasley —. No hay forma de que Harry pueda abstenerse a tus encantos. Eres demasiado bella, y él lo sabe.

Casa Granger-Weasley..

Ron y Hermione yacían acostados en la gran cama matrimonial que tenían, las castaña le contaba lo preocupada que estaba por Harry a su esposo.

— Te estoy diciendo la verdad, Ron — dijo —. Esta mañana Harry vino algo...raro.

— ¿Te dijo algo al menos?

— Si. Pero me pidió y le prometí, que no te diría nada.

— ¿Se trata de Ginny y él, cierto? — preguntó Ron —. Él mismo me contó que pelearon.

— Si...y me siento algo mal por ellos..

— No les prestes atención — dijo y su mano bajó lentamente hasta el vientre de Hermione, y con una sonrisa inquirió —: ahora, porque no mejor...ya sabes.

Ella asintió y se subió encima de él, para empezar a frotar sus partes.

— Ah... — jadeó un poco y el pelirrojo sonrió de lado.

— Prepárate, Hermi, hoy será una muy buena noche — mencionó y ambos rieron.

Casa Potter – Weasley..

Ginny se había puesto ropa interior de encaje, luego de que los niños quedasen rendidos. Harry estaba leyendo un libro, cuando notó la llegada de su esposa.

— ¿Por qué hoy, usted y yo señor Potter Weasley tenemos una noche de pasión?

Le dijo y se subió encima de él, para luego besar si cuello, y rostro. Mientras frotaba su pene.

— …Gin, oh — intentó hablar pero un jadeo lo interrumpió y ella músico algo inaudible —. Espera ...umm.., Ginny, espera.

Al ver que la pelirroja no tenía intenciones de soltarlo, Harry la tomó de los brazos y la separó de él.

— ¿Qué pasa, Harry? — preguntó y él bajó la mirada algo avergonzado.

— No tengo ganas...es eso — confesó y ella lo miró algo dolida.

— ¿Es enserio, Harry? ¿acaso ya no me amas? — cuestionó —. Porque yo a tí si, y cada día me enamoro más de tí.

— Claro que te amo — afirmó él, pero en el fondo sabía que tal vez no era cierto, estaba confundido —. Sólo que.., entiéndeme, estoy cansado, fue un día largo, me duele el cuerpo.

Esto último hizo a la pelirroja alterarse.

— ¿Te duele el cuerpo? ¿fue un día largo? ¿estás cansado? O...¿te quieres ir a revolcar con el asqueroso y sucio mortifago ese? — dijo ella — por merlín, Potter. ¡Tienes una semana que no me tocas ni me haces sentir la mujer más dichosa del mundo al estar entre tus brazos! ¡una semana!

— Simplemente no tengo ganas, Gin. ¿Me obligaras, acaso?

— Nunca lo haría, imbécil  — contestó —, me iré a otro de las habitaciones.

Cuando Ginny salió, Harry se quedó pensando en lo acontecido en la última semana. No entendía porque, pero estaba muy pensativo y era por alguien.

Era por Draco Malfoy.