14. El Departamento

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—Me avisas cuando llegues. —lo abracé — Te quiero mucho.

Unas pequeñas lágrimas se deslizaron por mis mejillas, por esto odiaba las despedidas y más si eran con él. Cuando me separé Sam tomó mi rostro con sus manos y me hizo verlo.

—También te quiero. —soltó con una pequeña sonrisa.

—¿No te despides de mamá?— le pregunté muy bajito.

—No. —negó—Ya tengo que irme.

No lo quise presionar, Sam, siempre había sido muy difícil de sobrellevar en muchas cosas, depende de la situación se ponía a la defensiva y no había poder humano que logrará sacarlo de allí, así que mi mejor opción era apoyarlo y tratar de entenderlo.

—Elena. —susurró—Piensa en lo que te dije, por favor.

Otra vez con el tema, ya habíamos discutido mucho la noche anterior, le había dejado en claro que no iba a alejarme de Liam, no sin pruebas, no sin bases que sostener, no solo lo haría solo porque él así lo quería, Liam era un buen chico, se lo seguré , pero él no lo entendió solo me siguió insistiendo en que lo hiciera, fue tanto así que tuve que crear un límite, dejándole claro que esa no era una decisión que le correspondiera a él, ni a él ni a nadie más.

Me negué—Ya hablamos de ésto. —lo miré—Anda con cuidado si.

Asintió dándose por vencido, en sus ojos podía ver la preocupación y decepción hacia mi, pero me obedeció, me dio un último abrazó y se marchó sin más.

Sea lo que sea que haya pasado entre esos dos lo averiguaría, pero por el momento solo quería tener un momento en paz.

Ya lo necesitaba

Volví a la cama, me metí en ella y traté de dormir un rato más, necesitaba recuperar unas cuántas horas para poder andar bien en todo el día.

Cuando me desperté eran pasadas las doce del medio día, el día anterior en definitiva fue un día cansado y hoy mi cuerpo lo sentía, bajé a almorzar y pasar tiempo con Mari, ya no tenía más que hacer en un buen rato.

—Oh me olvidaba. —se dirigió hasta el mueble junto al refrigerador, abrió una gaveta de ese mismo y sacó una carpeta sellada—Tu madre dejó ésto para ti.

¿Para mi?

Que cosa más extraña.
La tomé y dude en si abrirla aquí mismo o esperar un rato más, pero no podía esperar, la curiosidad me ganó y la terminé abriendo junto a Mari.
Abrí la carpeta, dentro de ella habían varias cosas : una hoja con algo escrito, un sello y una nota.

¿Qué?

Saqué el sello primero, lo detalle con mucha atención, dejé de respirar por unos segundos en lo que entendí de qué se trataba, era el sello de la universidad a la que tanto había querido entrar, inmediatamente saqué la hoja y leí lo que decía en ella.
Era una carta de agradecimiento por escoger a la institución que ayudaría a formar mi futuro y otras cosas más, busqué la pequeña nota que se encontraba al final de la carpeta, era una nota escrita a mano que decía:

Te daré está oportunidad Elena, sólo está.

Hazlo con Inteligencia

Y más abajo decía

Tuve que salir, volveré hasta la noche y si no hasta mañana.

Dios mío de mi vida

¿Qué había sucedido?

¿Mi mamá apoyándome?

Esto debía ser una de sus bromas, estaba segura.
En cualquier momento vendría a bajarme de mi nube y obligarme a hacer algo para su conveniencia.

Peligrosa Tentación Where stories live. Discover now