Nuevo comiendo #37

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Capitulo 37

Nuevo comienzo.

Susan

Demyan me agitó unas cuantas veces, abrí un ojo y mire la hora eran las siente de la mañana, ¿que rayos le pasaba? Por lo general se quedaba durmiendo un poco más, pero últimamente se levantaba temprano.

Yo tenía la cabeza dando vueltas, la resaca y las emociones me tenían agotada. Me había sincerado mucho con el, le conté cosas que nunca antes le había contado a nadie y el jamás me culpo. Sentía que podía confiar en Demyan, pero aún así tenía miedo de volver a fallarme y terminar lastimada. Era algo que no me podía permitir.

—Oye, dormilona —me lleno la cara de besos—. Hay que trabajar.

¿Que nos hizo el feminismo? No solo teníamos que vernos lindas, ser inteligentes y agradables, también teníamos que trabajar. A quien quiero engañar, me gustaba ser independiente, pero a veces la cama se volvía lo más atractivo de mis días.

—No tengo citas para hoy y tengo resaca déjame en paz —me envolvi con la manta.

El se sento en la cama y pellizco mi trasero —Queria que vinieras conmigo a la empresa, pero si no quieres iré solo...

—¡Ya voy! —salte de la cama y corrí al vestidor.

¡¿Que me pongo?!

Por supuesto que no iba a dejar que fuera solo a la empresa, varias razones. Número uno Victoria estaba ahí y si quería confiar en el no haría eso de dejarlo a ver qué hace, no señora, yo cornuda no soy, yo estaría vigilando y de ser necesario metería unos cuantos bofetones. Lo segundo era que esa manada de ejecutivos con trajes de pingüinos se lo querían comer vivo, cosa que no iba a permitir. Después de todo era mi marido y prefería un empresario y no un ginecólogo, ya saben, lo digo por lo de las vaginas.

—No se que ponerme —me queje mirando el montón de ropa en el vestidor.

—Has ocupado más de la mitad de mi vestidor y dices que no tienes que ponerte —me regaño el.

—¡Exacto! Quiero ir sensual, pero no puta y elegante, pero no aburrida —intente explicar mi punto de vista—. ¿Se entiende?

El suspiró, se acercó a mi y beso mi frente —Solo se tu misma. Iré a preparar el desayuno.

¡Ser yo misma! Estaba loco por pedirme algo así, pero tal vez tenga razón. Quizás deba causar infartos.

Mi palabra favorita era icónica, por dónde camines tenías que volverte un recuerdo para cada persona, no importa si dicen «yo no usaría eso» igual queda una imagen guardada en su cerebro aburrido.

Baje las escaleras después de alborotar mi cabello y aplicarme mi, ¡Icónico, hermoso y sensual! Labial rojo.

Demyan me observó desde la mesa de comedor, yo pasé frente a el balanceando mis caderas y mirándolo por encima de mis lentes de sol.

—¿Demasiado Susana para tus ojitos dulces? —hice una pose exagerada de modelo.

El soltó un largo suspiró —Nunca serás demasiado para mí, siempre quedaré con ganas de más.

Adoraba sus momentos tiernos y románticos, pero ahora era más importante seguir modelando mi conjunto de empresaria sexi, millonaria  y empoderada, que no era ni una cosa ni la otra, pero el estilo lo tenía.

Llevaba una falda larga negra, me encantaba el brillo que tenía la tela, sexi. Un corcel negro con encaje y una chaqueta del mismo material de la falda, collar de perlas, tacones rojos y listo.

Quítame lo virgen (Finalizado Y Editando)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon