"No" respira fuertemente antes de continuar "Es que... duele cuando la piel roza"

Las palabras correctas traen las acciones correctas.

Creo saber lo que es.

De lejos escucho que Ian continúa hablando por teléfono fuera de la casa, al entrar había cerrado la puerta para que el frío no entrara.

Usando voz de doctor profesional que no vive en la misma casa que su paciente, desbordando suavidad y empatía, le pido que me muestre lo que está ocurriendo.

DALIA

Puede ser peor, puede ser peor. Me repito mientras le doy la espalda a Sean.

"Mierda" La maldición de Sean, aunque fue muy baja y casi imperceptible, me hace asusta. Me giro para poder ver su cara.

"¿P-pasa algo?" Arrastro las palabras, no sé qué ha pasado, pero estoy asustada. Sean está preocupado y eso me preocupa. Aún más cuando usa esa palabra.

"Nena, esto te debe de doler demasiado" afirma indicándome que me vuelva a voltear, lo hago de forma insegura. Una brisa fría me pone chinita la piel, pero no me vuelvo a mover.

"¿Qué ocurre?" La voz de Ian llega de algún lado, gimo contra el mueble, mis manos cubren mi cara. Me quiero enterrar viva debajo de la casa. Un silencio pasa hasta que escucho un grito.

"¡Santa mierda!" Vuelvo a escuchar aquella palabra, pero esta vez mucho más alta, mierda. Unas manos volteándome hacen que me sobresalte, Ian me ve, su cara está arrugada, parece enojado, pero su voz me dice lo contrario. "Dalia, ¿desde cuándo estás así?" Pregunta angustiado.

No recuerdo cuantos días han pasado, no sé qué día es... pero sí sé que el sol se ha ocultado y aparecido varias veces. Mi respuesta no es directa, así que solo susurro "días". Esto parece enfurecerlo, gimo acercándome más al respaldar del mueble. Que esté medio desnuda no impide mi necesidad de huir, y como no lo puedo hacer lo que me queda es pegarme lo más que pueda al sofá y desear que me derrita entre los cojines.

"¡¿Cómo puedes ser tan descuidada?!" Pregunta con su voz alterada llena de reproche. Me hago pequeña, quiero que el sofá me trague viva.

"Nena, quédate aquí, ya volvemos" Sean indica mientras toma a Ian de un brazo y lo empuja hacia otro lugar.

Me subo los pantalones e inmediatamente me hago bolita en el mueble, trato de esconderme con los cojines restantes, soy lo suficientemente pequeña para que los tres cojines logren ocultarme. Quiero irme a esconder, pero la indicación de Sean me lo impide. Trato de hacerme lo más pequeña que puedo, escondiéndome más. En la lejanía escucho cómo Ian sigue alterado por mi culpa, gimo tapándome la cara con un cojín. No quiero llorar, pero esto me sobrepasa. Fue mi culpa. No sé qué he hecho, pero sé que fue mi culpa... siempre ha sido mi culpa. Sollozo contra el cojín.

"¡Tú eres el doctor!" Exclama, desde la lejanía, la voz enojada de Ian. "Yo no sé de eso". No logro escuchar bien lo que dicen. Después de un tiempo de solo balbuceos, tratando de controlar mi llanto, escucho aún más cerca la voz de Sean.

"No, vas caminando" dice firmemente. ¿Qué está pasando? ¿Lo ha echado?

SEAN

"Vamos, ve yendo" incito, Ian ha perdido un poco el control. Lo he tenido que alejar de Dalia al notar como la angustia se apoderó de sus palabras. Culpar a Dalia por lo que le pasa no es una buena idea, y mucho menos cuando se trata de un tema tan íntimo como esté "Compra varias" Tal vez no nos quiso decir nada por vergüenza. Y la sobrerreacción de Ian no ayuda en nada.

Amarte, Dalia.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ