La reina renacida (Daemyra)

Capítulo II

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Baelon fue quién permitió que Rhaenyra se quedara en el palacio. Baelon no comprendía bien el por qué, pero Rhaenyra le agradaba, sabía que confiar en una mujer extraña que su hijo había conocido y había llevado a volar en un dragón en una sola tarde, era extraño por no decir un riesgo muy grande, pero aún así, él lo había hecho.

Rhaenyra ahora estaba nerviosa, porque iba a ser presentada a su madre, su madre que en ese tiempo ya estaba embarazada de ella. Su madre que había muerto dando a luz a su hermano.

Y vería nuevamente a su padre. Su padre que también había muerto.

Ella fue condenada a vivir una vida entera sin ellos, como si haberlos perdido en esa vida pasada no hubiera sido suficiente.

Ahora ella estaba de vuelta, y con gusto cerraría los ojos para siempre cuando todo estuviera hecho, si con eso, todos ellos podían ser felices.

Cuando fue llamada por la clara voz de su madre, ella estuvo a punto de correr para abrazarla, pero no pudo hacerlo. Tuvo que contenerse, y solamente observarla con una sonrisa mientras volvía a verla.

Cuando fue consciente de que estaba frente a ella, hizo una reverencia rápida, recordando que estaba frente a una princesa.

- Nada de eso ¿Cuál es tú nombre cariño?- dijo ella siendo tan amable como siempre y Rhaenyra sonrió.

- Rhaenyra- susurró ella y la princesa alagó lo hermoso que era su nombre- Es un nombre valyrio ¿Tus padres son valyrios?- preguntó ella y Rhaenyra asintió.

- Lo son, su majestad- dijo ella con reverencia- De ellos aprendí alto valyrio, ellos murieron hace mucho- dijo Rhaenyra y de cierta manera, era cierto.

- Lamento escuchar eso- dijo Aemma con tristeza, imaginando lo sola que estaba Rhaenyra, imaginando que por eso ella había sido encontrada en la calle.

- Serás una de mis doncellas, como verás, estoy a punto de dar a luz, un niño, aunque creo que será una niña- dijo ella y Rhaenyra sonrió con los ojos brillantes.

- Si me permite opinar, yo creo que será una niña- dijo Rhaenyra y Aemma sonrió.

- Me alegra no ser la única que piense eso- dijo Aemma con un poco de tristeza, y Rhaenyra sabía que era porque ella necesitaba dar a luz un varón, eso había sido lo que la había llevado a la muerte.

No quiso pensar en eso, ahora todo estaría bien. Ahora ella detendría a los que habían dañado a su familia.

Todo estaría bien.

Cuando su padre entró al lugar, él la miró confundido y luego su madre los presentó.

Rhaenyra moría por abrazarlo, moría por correr a sus brazos, pero no podía hacerlo, solo se conformó con hacer una reverencia.

No era la hija de ellos, solo era un fantasma que había venido a cambiar todo lo que estaba mal, y luego desaparecería.

Pasó su primer día en el palacio siendo presentada a las otras doncellas, y sonrió viendo a muchas de ellas.

Las había conocido cuando ella era pequeña, pero se sentía bien conocerlas ahora que ellas eran más jovenes.

Le costaría acostumbrarse a su nuevo rol en ese palacio, pero lo haría.

Estaba yendo a sus habitaciones esa noche, cuando vio a alguien que ni siquiera recordaba estaba allí en ese tiempo.

Su madrastra, Alicent Hightower, tenía la edad de Daemon en ese entonces.