¿Por qué?
Gavi estaba al borde de las lágrimas, se suponía que hoy era el día más especial de su vida, su momento mágico, hoy era el día en que iba a entrelazar su vida con el hombre que tanto amaba.
Era su boda, pero nada estaba saliendo bien, primero el clima, empezó a llover de la nada, su boda sería en la playa, ahora el lugar era un desastre, luego fueron los arreglos, habían cancelado a última hora.
Para rematar, Robert, su prometido no estaba por ningún lado, no es que desconfíe de él, pero los nervios, las ganas de llorar y el miedo le hacían pensar tantas cosas.
—¿Nada?—Pregunto esperanzado, Pedri quién estaba con el teléfono tratando de localizar a Robert, negó, Gavi entonces empezó a soltar las primeras lágrimas.
—Ey, ey, no, no hermoso, no llores, sabes que Robert te ama con todas sus fuerzas, de no ser así no se hubiera enfrentado a mi por ti.—Gavi solo empezó a llorar más, ahora que sentía el abrazo de Jude, que en su momento fue uno de los Alfas que le confesó sus sentimientos, y ahora era uno de sus mejores amigos, no pudo aguantar más.
—¿Por qué? ¿Por qué no está aquí?
—Pablo...—La suave voz de Anna, la ex esposa de Robert, llamo su atención, la mujer lucía tan hermosa, a su lado estaban las cachorritas de su Alfa y a las que consideraba como suyas también.
—¿Q-Qué sucede?
—Robert me pidió que te diera esto.—Dijo la mujer extendiendole una carta, su corazón se sintió inquieto, ¿No podía ser verdad no?
Robert... Robert no lo dejaría plantado el día de su boda y más con una carta... ¿Verdad?
La Alfa se despidió de él y las cachorritas se fueron no sin antes darle un abrazo, ellas no sabían nada de lo que estaba pasando, para ellas su papi Pablo solo estaba sentimental por la boda.
—Tranquilo... Léela, yo estaré con Pedri a fuera.—Jude le dio un pequeño beso en la frente para luego llevarse al canario de la corbata.
Con manos temblorosas abrió la carta, dio un suspiro largo y poso sus ojos en las primeras líneas.
Pablo Gavira, deja de llorar, te conozco enano.
Rio de forma escandalosa, toda preocupación y miedo se esfumaron, ahora se sentía tonto, Robert lo amaba como él lo hacía, nunca lo dejaría plantado.
Bien, ahora que has parado de llorar, seguiré.
Cada día me despierto con la certeza de que enamorarme de ti fue la decisión más hermosa y acertada de mi vida. A veces me preguntas, ¿Por qué me enamoré de ti? Y aunque hay mil razones, quiero intentar plasmar algunas en esta carta.
Me enamoré de ti por la forma en que tus ojos se iluminan cuando hablas de lo que amas, por la pasión que desbordas y que contagias a todos a tu alrededor. Me enamoré de la seguridad que transmites, esa que me dice que, pase lo que pase, todo estará bien si estamos juntos.
Me enamoré de ti por la pasión que pones en cada pequeña cosa que haces, haciendo que lo ordinario se convierta en extraordinario. Por la paciencia y la comprensión que me has mostrado, incluso cuando no las merecía.
Me enamoré de ti por la fuerza que encuentras en tus vulnerabilidades, mostrándome que la verdadera valentía no está en no tener miedo, sino en enfrentarlo. Por la manera en que tus palabras pueden ser un bálsamo para mis días más grises. Pero sobre todo, me enamoré de ti porque en tu amor he encontrado un hogar. Un lugar donde puedo ser yo mismo, sin máscaras ni pretensiones. Un refugio seguro donde mis sueños son escuchados y mis miedos, comprendidos.
Así que, ¿Por qué me enamoré de ti? Porque en ti encontré el amor en su forma más pura y verdadera. Y cada día que pasa, mi amor por ti solo crece más y más
—Te he dicho que dejes de llorar.—La suave voz acompaña de ese delicioso y tranquilizador aroma, hicieron que sus ganas de llorar aumenten más.
—¡Tonto! Me asuste mucho.—Dijo para luego de forma inmediata ser apresado por los fuertes brazos de su Alfa.
—Lo siento mi vida, pero quería que supieras esto antes de la boda, es como mis votos privados para ti.
—Eres un tonto Alfa que siempre me esta asustando... Pero así te amo.
Robert rio tan enamoradamente, abrazo más fuerte a su pequeño omega.
—Entonces estoy agradecido de que me ames aun siendo yo un tonto enamorado.
