【 Capitulo 221 】Hasta el momento adecuado

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El tiempo era una barrera de movimiento que el podía romper..esto era una gran ventaja sobre sus enemigos a la hora de pelear, ya que aumentaba su velocidad y sentidos.

Theodor alzo la mirada y observó con detalle los movimientos ralentizados de sus hermanos, compañeros, y de aquella criatura que había traído tanta masacre consigo.

Había miles de almas arremolinandose en ella, clamando por ser liberadas, clamando por venganza, gritando de rabia, gritando de miedo...

Sin dudas..ser devorado por ese demonio si que seria algo aterrador, por lo que tomando valor, Theodor levantó una espada larga y corrió hacia la criatura, aprovecho su gran ventaja para asestarle un poderoso tajo antes de que el demonio se regenerara por completo, y se alejo de un salto.

Como lo suponía...

El cuerpo de esa cosa no sería fácil de partir, era como una gruesa capa de blindaje carnoso que ,una vez reanudo la realidad, se burlo de él por haber sentido el repentino ataque.

El Titan podía atacarla con todo..su gran velocidad no era problema,
Aquel joven no era más que uno de varios bocadillos apetitosos que se habían presentada cerca de ella.

-¡¡GRROOOAAAAAAAHHHH!!-.
Rugio y se abalanzó contra el como un toro furioso, su carne rebanada se regenero y el aura infernal alrededor de ella se movio como un mar embravecido de almas condenadas devoradas por ella.

Un canto de dolor, miedo y rabia, sollozos y rugidos, manaban de su energía, lo que hizo que Theodor perdiera su confianza.

Pero..justo antes de ser embestio por esa cosa.

-¡¡¡POTENCIA RELAMPAGUSZ!!!-.
Evansz le propino un brutal placaje que la derribo y terminó torciendo.

El hombro izquierdo del Titan mayor, estaba recubierto con una gruesa capa de hielo con pinchos relampageantes, sonrió al ver la molestia del monstruo, y le apunto con su palma antes de descargarle una lluvia de Injecthors.

El demonio se agitaba con cada impacto, pero parecía estar más concentrado en levantarse de a poco mientras sus pezuñas se clavaban en la tierra.

-¡Oh no, ni creas que lo harás!-.
Le grito Shanoóth mientras lo atacaba por un costado a base de puñetazos.

No temía que sus manos se deshicieron por el contacto con la carne de ese demonio, la amiga imperial su hijo le había brindado una armadura de rocas para que pudiera golpear a su gusto.

Morgan veía esto con buenos ojos llenos de entusiasmo, la fuerza brutal del padre de Elketh, junto a la dureza de su poder rocoso, eran una excelente combinación.

Sendero primigenio #2Where stories live. Discover now