Solo por mirar al frente

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Estoy nerviosa, más de lo que debería estar, he estado frente a la cámara mil veces, y nunca me había pasado esto...
-¿Cuánto tiempo me queda para salir?-Dije, mientras veía a varios ayudantes poner todo en orden, unas estilistas  vinieron a acomodarme el pelo asegurándose de que estaba literalmente perfecta para salir, otras, me tocaban el vestido azul que llevaba puesto, bastante pegado al cuerpo para aparentar curvas.-Dos minutos más o menos, prepárate.- ¨prepárate¨era la palabra menos adecuada para mí en ese momento.

Y ahí estoy yo, saliendo, llevo varias tarjetas en la mano con el discurso que tengo que decir a continuación, estoy con una postura firme, un poco nerviosa la verdad, tengo todo el sudor resbalando por  las sienes, los tacones me están muy apretados, intento ocultar el dolor. Siento que el peinado que había tardado tres horas de proceso se iba a derrumbar enseguida, la garganta seca, sin poder pestañear. He dado diez pasos para  conseguir llegar al micrófono, ̈conseguir ̈ porque se me empieza a acelerar la respiración, y es de esas veces que te dejan paralizada.

Llego al micrófono, me paro delante de él, doy un repaso rápido a todas las tarjetas mientras la gente intenta mantener silencio, y seguido, miro al frente, creo que ese es el peor error que he cometido nunca, si, mirar al frente...

Miro, miro de la misma forma que mira una persona cuando ve a su ídolo
Miro, miro  de la misma forma que mira una persona cuando saca un diez en un examen
Miro, miro de la misma forma que mira una persona cuando come algo que le flipa
Miro, miro como si hubiera vuelto a ver a mi padre, allí, entre el público, como si un foco de luz se hubiera posado sobre él, y fuera lo único que podría llegar a ver, como si todas las otras personas fueran hormigas, y ese hombre fuera un gigante. Me quedo paralizada, se me han caído las tarjetas de la mano derecha, se me ha abierto la boca de una forma que llama  mucho la atención del público. ¿Acabo de ver a mi padre? ¿Me estoy volviendo loca? Probablemente ninguna de las dos opciones, acabo de ver a mi padre, he visto a mi padre, lo acabo de ver con mis propios ojos, ahora estoy empezando a pensar que era una cara parecida simplemente, no sé.
Acabo de hacerme un ¨spreen¨ desde el micrófono hasta los camerinos, con miedo, tristeza y un poco de locura incrustada en mi cuerpo entero, desde los dedos del pie hasta el último pelo de mi cabeza.
Los ayudantes, las estilistas intentan pararme, pero un par de chillidos no sirven de mucho cuando internas salir de un sitio que por alguna ilógica razón, te atemoriza, te hace más pequeña de lo que eres, es una sensación horrible.
He conseguido llegar un poco más lejos de la salida, las lágrimas caen una a una constantemente, mis ganas de olvidar todo lo que acababa de pasar me superan, intento correr hacia la calle en busca de un taxi que me lleve a casa, tengo todo el vestido subiéndome poco a poco, ya casi se me ve la entrepierna.

Estaba claro, esa chica no era yo ni de lejos, es imposible que yo, después de haber salido en mil entrevistas, películas, series y documentales, hubiera escapado de aquella gala solo por ver una silueta parecida a la de mi padre, que apenas recordaba, lo he reconocido a base de fotos. Me he parado al lado de una farola a esperar un taxi. Llorando, ha empezado a llover y me he intentado cubrir el pelo con las manos a pesar de que ya lo tenía destrozado después de la carrerita.
-¡Taxi!- grité a un taxista  que acababa de dejar a una señora en su casa, al otro lado de la cera. Podría haber llamado perfectamente a unos de mis choferes pero no estaba para pensar en ello, simplemente quería irme a mi casa, nada más.
Abro la puerta del taxi, me subo pidiéndole disculpas al conductor por mojarle el asiento, y me espero a que el taxista ponga el contador a cero y me pregunte hacia dónde me dirijo.
-Calle El Cin bungalow 7- Respondí amablemente.
-¿Eres Luz Ruiz verdad? Eres bastante conocida...de hecho, yo te conozco más de lo que crees, ¿eres la hija de Oscar Ruiz, no?- Debería haberme sorprendido, pero la verdad no me inmuto lo más mínimo, cualquiera de por ahí podría saberse perfectamente mi biografía, él era uno del montón.
-Sí.-Ese es el ¨sí¨ más desganado, vergonzoso e inútil que he dicho nunca. El resto del viaje estuvimos callados, yo hacía varios esfuerzos por no aparentar mi tristeza, pero igualmente creo  que notó las pocas ganas que tenía yo de hablar...
Veinte euros en total me costó el taxi, me bajo, cierro la puerta y antes de poder llegar a la cera el conductor me para, podría tener más o menos veintisiete años o así.-Conocí a tu padre cuando era pequeño, se que es muy repentino... Mi padre y el tuyo eran amigos-Oh si, eso si que me ha paralizado de verdad...
Me volví hacia él, y sin apenas conocerle, sin apenas saber su nombre le dije sorprendida y medio llorando-¿Vienes conmigo y me cuentas más?-Y si, bajó del taxi, se acercó a mí y guiándole le acerco a la puerta de mi casa, entró pidiendo permiso y yo respondiendo que no se preocupe.





















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⏰ Last updated: Apr 17 ⏰

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