Intenté ignorar todo, intenté pasar página, terminar con esto porque era lo correcto... Pero no puedo. No puedo porque viene ella y me mira con esos ojos, viene ella y me sonríe, me dice que esta enamorada de mí y que se muere si me pasa algo, y yo me derrito.

Y así no se puede.

Sobre el plan de Jaekook, aún debíamos pulir varias cosas. Por ahora no habia nada marcado, estabamos esperando la ultima palabra del inspector pero Karina insistió en que sabía lo que hacía, dijo que ella se encargaba, que tenía un plan en mente. Y sinceramente, me daba miedo lo que esta chica pudiera llegar a hacer.

—Hola papá, ¿qué haces?

Mi padre estaba frente a la puerta principal.

—Estoy esperando para llevar a Minho a una reunión, ¿y tú cariño? ¿cómo vas?

—Bien, voy a subir ahora a buscar a Karina para su clase. Me dijo Melinda que hoy iría a la universidad.

—Eso esta bien, normalmente hace todo desde casa.

Me quedé pensando. Eso es cierto, desde que trabajo aquí creo que nunca he tenido que llevarla a la universidad. Siempre pensé que hacía todo en casa, que sería puro trabajo... Entonces imaginé que sería por Jaewook y algo de su plan. Suspiré.

Al rato subí para llamar a Karina, al llegar estaba la puerta abierta y sin querer escuché la conversación. Estaba en manos libres.

—Me ha contado Jaewook que le rechazaste... ¿Me explicas qué ha pasado?!

—No, nada... De hecho lo he pensado mejor y debería darle otra oportunidad.

—¡Estas tardando! Es un bomboncito que encima te adora.

—Ya... Tienes razón, Giselle. Hoy iré a la uni asi que hablaré con él, tal vez podrías echarme una mano...

—Lo intentaré, Rina. Menos mal que has entrado en razón porque últimamente te notaba rarisima.

—¿Rara? ¿en qué sentido?

—No sé... Antes vivias en una nube por Jaewook, salíamos a hacer cosas siempre y ahora apenas nos vemos.

—Piensa que lo del secuestro y tal también ha influido...

—Tienes razón, perdona... —suspiró—. Y yo que pensaba que era otra cosita... —Giselle rió.

—¿Qué cosa?

—No que te enfadas.

—¡Oye! —dijo riendo—. No me enfado, dime.

Karina se ató las cordoneras mientras escuchaba.

—Que te pasaba algo con tu guardaespaldas. Que no te juzgaría, es un bomboncito, pero desde que se pegó a ti estas extraña.

—¿Qué? —exclamó riendo—. ¿Pero qué tontería es esa? Yo nunca saldría con una trabajadora de mi padre.

Tragué saliva. Lo correcto era dejar de escuchar, pero no podia moverme.

Protecting Yu | winrinaWhere stories live. Discover now