Habia un niño llamado Missa, cuyo padre había estado ausente desde que era muy pequeño. Sin embargo, tenía a Spreen,quien siempre había estado ahí para él, actuando como una figura paterna amorosa.
Con el Día del Padre acercándose, Missa se sentía un poco triste al ver a sus amigos emocionados por celebrar con sus padres. Decidió reunir el coraje y hablar con Spreen.
"Missa, ¿qué sucede?" preguntó Spreen cuando vio a Missa mirando por la ventana con una expresión pensativa.
"Spreen, sé que no soy tu hijo, pero para mí, eres como un papá. ¿Podrías venir conmigo al festival del Día del Padre en la escuela? Sería genial tener a alguien especial a mi lado", dijo Missa tímidamente.
Los ojos de Spreen se llenaron de un brillo increíble mientras abrazaba a Missa con ternura. "Por supuesto, Missa. ¡Será un honor acompañarte!"
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El día del festival, Missa y Spreen llegaron juntos a la escuela. Missa estaba emocionado de tener a Spreen a su lado. Juntos disfrutaron de todas las actividades, desde juegos hasta manualidades, y compartieron risas y recuerdos.
Al final del día, cuando Missa hizo un dibujo de él y Spreen abrazados, supo que no importaba quién era su figura paterna, sino el amor y el apoyo que recibía de Spreen.
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