—¿Por qué no te quitas el abrigo?—La mujer le echo un vistazo al cuerpo de su hija.—Veo que tus piernas siguen siendo igual de... Llamativas que antes ¿No seguiste la dieta que te di?

Chifuyu cubrió sus piernas con su bolso.

—Sí.

—Pues de verdad que no parece. Se ven igual de gordas que antes.—Confesó.

Chifuyu se mordió la parte inferior de sus mejillas.

—Pero da igual, te ves hermosa.

Carol se estacionó frente a una tienda de comida rápida.

—¿Qué quieres para cenar?

Chifuyu trago saliva.

—Papas fritas está bien.

Carol asintió.

Pasaron aproximadamente quince minutos para que Carol volviera de conseguir la cena. Cenaron en el auto y el último lugar de parada fue la casa de la mujer.

—Ya sabes donde queda tu habitación, no creo tener que guiarte.

Chifuyu asintió.

Chifuyu metió dos dedos hasta lo más profundo de su garganta, Provocándose asco para expulsar las pocas papas fritas que había consumido esa tarde.

—Agh, Mierda.

Jalo la palanca del baño y luego enjuago su boca.

Tal vez en ese momento agradecía tener su propio baño en la habitación, Aunque también deseaba que alguien se preocupara por ella. Miro dentro de su mochila donde una bolsa de muffins de chocolate se asomaban de entre su computadora y sus libros de Harry potter.

Tomo la pequeña bolsa entre sus dedos y saco uno. Uno, el cual se convirtió en casi una bolsa completa. Estaba por terminar el último muffin. Cuando su madre irrumpió en su habitación.

— ¡¿Qué mierda estás comiendo?!

Carol le arrebató la bolsa de las manos.

— ¿Por lo menos sabes cuantas calorías tiene esta mierda

Chifuyu negó con la cabeza.

— Chifuyu cariño, Verás, tú no tienes mi cuerpo y con eso me refiero a que no eres tan delgada como yo. Eres un poco más voluptuoso y eso no está mal, solo que si es algo que debes de cuidar. Ya sabes. Tienes que preocuparte un poco más por cómo te ven, Sino el muchachito que me ha comentado tu padre dejará de quererte. A las chicas con tu tipo de cuerpo no siempre les va también cariño. —La mujer apretó una de las mejillas de Chifuyu.

Chifuyu asintió.

— No quiero volver a ver que comas estas mierdas, O cómelas si es que quieres seguir como estás. —Carol tomó aire antes de continuar.— Y mañana bajas temprano a desayunar que yo no tengo tu tiempo. Y vendrá mi pareja por la tarde, así que no te vistas como te vistes.

Cuando Carol salió, Chifuyu se tumbó sobre su cama.

— Me preguntó si Baji piensa igual de mí.—Abrazó su almohada en un intento de retener las ganas de gritar.

Aunque muy en el fondo sabía que no había nada de malo en ella.
La impotencia de intentar ser perfecta y dar la imagen que los demás esperan de ella es algo que aún no puede sacarse de la mente.

Sus manos se movían de forma delicada sobre el papel. En un intento de no dañar ni el más mínimo detalle.

Anillos de papel Where stories live. Discover now