capítulo de prueba

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Una mujer corría aterrada entre unos callejones llenos de basura y cosas que la gente solía desechar, gritaba por ayuda mientras las lágrimas se le salían. La gente del vecindario miraba por las ventanas con pena, no tenían el valor de actuar, puesto que nada los respaldaría si lo hacían.

Siguiéndole el paso, como perros buscando su presa, habían tres hombres que saltaban los basureros con facilidad. La mujer entró en un casa abandonada y subió hasta el tercer piso, siendo este el último al cual podía subir. Esperaba que ahí no fuera alcanzada, pero al ocultarse detrás de una caja de madera vieja escucho como de a poco estos depravados subían por las escaleras.

— Vamos, sal de tu escondite, hermosa —dijo uno de los hombres raspando un cuchillo por la pared.

La mujer se tapó la boca intentando que sus sollozos no se escucharán, ella esperaba no ser encontrada, pero la suerte no parecía estar de su lado. La Caja fue empujada violentamente y ahí estaban, tres hombres, delincuentes, dispuestos a hacer lo que fuese con ella. La tomaron de las muñecas y la levantaron del piso, ella grito por ayuda mientras uno de ellos le pasaba la lengua por el cuello.

Pensaba que aquel lugar sería escenario de si masacre pero entonces la sorpresa superó su miedo cuando observo a las espaldas de los tres hombres dos luces Rojas que parecían avanzar de a poco. Al hacerse más cercano noto la figura de un humano, aunque no parecía serlo, este tocó el hombro de uno de los abusadores.

— Vete si no quieres problemas —le respondió, y sintió de nuevo el toque en el hombro—, oye, pedazo de mierda, te dije que…

La mujer cayó entre cajas de cartón, y los tres hombres retrocedieron del susto, se armaron de valor en segundos y resolvieron golpearlo con un tuvo metálico. Terminó doblándose sin hacer que el espectro rojo retrocedieron un poco.

Un golpe seco hizo que uno de los hombres volará hacia la pared, otro de ellos intento dar un puño limpio, fue tomado del brazo y este, después de un movimiento giratorio, fue roto, obligando al criminal a echar un grito fuerte.

— Muy bien, hijo de perra, ahora m morirás —mencionó la cabeza de los tres hombres apuntando con un arma a quien les atacaba.
— Dispara.
— No estoy bromeando, putito, jalare el gatillo y te irás con dios.

El espectro dio un paso adelante confirmando que no tomaba en serio la amenaza del criminal, se escuchó un estruendo y una bala plana cayó al suelo, no había ocurrido ningún asesinato y aquello aterro aún más al hombre que disparó la pistola. Fue tomado del cuello y su cabeza fue estrellada contra el suelo.

El hombre que tenía el brazo roto se arrastraba por el suelo esperando poder alejarse de esa sombra brillante en rojo. Sintió como algo lo agarraba de la pierna, hubiera podido reaccionar, pero sus habilidades eran muy flojas como para hacerlos. Su cuerpo fue arrojado contra un extremo de la pared con tanta facilidad que parecía pesar tanto como un perro Chihuahua.

El espectro se movió por aquel espacio de una manera tan lenta que hizo pensar a la mujer que era una máquina de matar. Ató a los tres hombres de manos y pies y después de aquello se acercó a la ventana para arrojarlos, estos cayeron dentro de un contenedor de basura.

— ¿Quién eres? —le interrogó la mujer viéndolo al borde de la ventana.

El espectro no respondió, por el contrario, elevó el brazo hacia la pared vecina, y de este pareció salir un hilo metálico que lo columpio desde el tercer piso hasta el suelo. La mujer corrió hacia aquel agujero y vio como aquella cosa se iba montado en una moto.

•••

“Nuevo crimen registrado en ciudad cristal” decía el titular de una noticia en la televisión. —un grupo de tres hombres han sido atracados por un ente misterioso, todos terminaron con el rostro desfigurado y varios huesos terminaron fracturados. La policía por su parte, determinó que se ayudará a estos hombres y que se cubrirán parte de sus gastos. Hay una declaración no oficial de una mujer, pero la policía la ha hecho de lado por no presentar pruebas— la noticia continuo con varios testimonios de personas entrevistadas.

Una realidad que existía en ciudad Cristal desde la guerra que los había alcanzado hace treinta años. Pocos periódicos se animaban a decir la verdad, pues la verdad misma era definida por la alcaldía de la ciudad, que era independiente del Gobierno.

La moto en la que iba montado este ser, había salido de la ciudad y ahora se introducía en un bosque al que la gente no entraba por miedo a las bestias que allí habitaban, dentro de este bosque una cueva que tenía puertas estratégicamente camufladas, fue ahí que entró el hombre montado en la moto. Las puertas se abrieron automáticamente dándole paso a un garaje oscuro que se iluminó por algunas luces en rojo, ahí dentro, lo esperaba un hombre mayor, asiático, soportado a si mismo con un bastón.

— ¿Has logrado encontrarlo? —le dijo con una sonrisa.
— No, abuelo —respondió la máquina quitándose el casco para dejar ver al hombre—, no he encontrado ninguna pista sobre el.

La sonrisa del abuelo se borró y entonces precioso algunas teclas cerca a la puerta donde estaba parado y la moto se sumergió en un agujero específico para ella después de abrirse una placa hacia el subsuelo.

— Mañana habrán más oportunidades, vamos a tomar té.
— No es tan simple, después de todo es mi responsabilidad.

El hombre que se había quitado el casco se quitó también la armadura presionando el pecho, esta se comprimio en placas consigo misma y terminó convirtiéndose en una maleta que se resguardo dentro del suelo también.

Tomó una toalla y se seco el sudor que había generado su cuerpo esculpido, se puso una batalla de color rojo y fue entonces a una sala de computadoras que iban analizando datos grabados con su armadura. Desde videos a los cuales se les estaba filtrando el audio, hasta un mapeo general de las cámaras de seguridad de la ciudad.

— Debes tomarte un descanso —le dijo el abuelo acercándole un té—, te matarás si sigues sin descansar.
— Descanso de día, y pronto dejaré de hacerlo.
— ¿A que se debe ese cambio repentino? Hijo.
— La “S.I.C.” tiene a varios de sus agentes investigando los recientes secuestros ocurridos, mañana buscaré la forma de conseguir una vacante ahí y sacar algún tipo de información que me pueda servir para encontrarlo.
— Me alegra saber que buscadas amigos.
— No iré a buscar amigos, iré a buscar criminales.

Se levantó de su asiento sin tomar el té y se dirigió hacia el garaje nuevamente, quitándose la batalla que llevaba puesta.

— ¿Saldrás de nuevo?
— Mira las cámaras, hay otro secuestro en curso.

La armadura salió del piso, y después de que el se pusiera de pie encima de la maleta esta cubrió su cuerpo, estirando cada una de las placas que tenia. Cuando lo cubrió completamente, a sus ojos se mostró una pantalla virtual con distintos datos y a sus oídos sonó un asistente virtual.

— Bienvenido de nuevo, señor.
— Yany, muéstrame un mapeo hecho con las cámaras de la ciudad del automóvil con placa “1845-BHT” y dame información sobre el vehículo.

La computadora de la armadura inicio el análisis de datos mientras el hombre con armadura se montaba en la moto que había salido del piso. Necesitaba su huella dactilar para encenderla, el dedo pulgar de su armadura se replegó dándole la facilidad de encender su máquina tecnológica, cuando la encendió el dedo fue cubierto de nuevo.

— Datos obtenidos, y mapeo registrado según logística, llegará al punto del coche en 10 minutos, el dueño registro el robo del vehículo y este mismo esta pintado de negro, si color original era rojo.
— Perfecto, Yany.
— Hijo, no te esfuerces mucho en este objetivo —le dijo el abuelo—, podrías volverte loco.
— Yo soy la persona más cuerda que conozco.

La moto arrancó a gran velocidad, tanto como una bala. Las noticias comunicaban los incidentes que ocurrían en la ciudad a partir de unos meses, de manera errónea lo transmitían algunos.

“fueron hace dos semanas que este extraño personaje apareció en la ciudad, y es hace un mes que los secuestros se han comenzado, ¿coincidencia? Los expertos afirman que no es nada más que una consecuencia de la ineptitud y los ojos ciegos de las autoridades.”

“No podemos dejar que este sujeto se siga entrometiendo en asuntos que no le competen, para esto tenemos a nuestros policías y militares, este sujeto se ha creído un dios y un Salvador cuando se sabe que solo es un hombre”

“Puede ser un hombre, si, pero el favor que le ha hecho a la ciudad, lo hace más que eso, lo hace diez veces mejor que cualquier alcalde de la ciudad, comparado solamente con los héroes que nos protegieron en la primera Guerra Mundial hace treinta años. La gente lo llama de distintas maneras, “El demonio de ciudad cristal” o simplemente “Rojo”, otros lo llaman “monstruo”, pero en mis tiempos a personas como el se les llamaba héroes.”

«Noticia de última hora» tres periodistas y comentaristas de televisión han desaparecido en circunstancias dudosas, muchos alegan que es por sus comentarios positivos ante el héroe conocido como Rojo, pero las autoridades afirman que estos mismo tenían problemas con la mafia, volvemos en instantes.

Rojo llegó como una bala sobre un puente, el cual era paralelo al camino donde se encontraba el camión negro donde se encontraban secuestrados los periodistas que había visto en sus cámaras antes de salir del garaje. A su alrededor habían varios autos, la gran mayoría de ellos los esquivaba y otros tantos se hacían a un lado.

— Yany, conduce la moto.
— Entendido, jefe.

Rojo salto del lomo de su máquina y aterrizó perforante en el techo del vehículo, este zigzagueo para finalmente volcarse en campana. Hubo un gran silencio en el camino, varios autos se detuvieron con el accidente y los conductores se mantenían observando silenciosos, hasta que una de las puerta de la parte trasera salió disparada y de dentro del coche salió Rojo sosteniendo a un hombre por su cuello.

— ¿Dónde los llevan? —pregunto mientras los observaba.
— No sé a que te refieres.
— ¿Dónde llevan a los secuestrados?

La respuesta se hizo esperar, y fue entonces que recibió disparos por su eso Lada, un rifle ak, pero no le hizo daño alguno, volteo aún con el hombre sostenido del cuello con su mano y lo lanzó contra el que llevaba el arma. Se escucharon huesos rotos, pero a Rojo no pareció importarle.

Un helicóptero se hizo presente a lo lejos con el sonido de sus hélices y con la luz de su lámpara.

— Cuando alguien va en su contra son buenos para aparecer —dijo uno de los ciudadanos mientras observaba cómo se acercaban.

Rojo se apresuró a tomar al conductor y lo sacó del auto, lo puso contra la plancha de auto y acerco a su cuello una espada de doble filo.

— ¿Cuál era el final de su ruta? — dijo, su voz sonaba profunda y gruesa, intimidante sin intentarlo.
— Un barco, de las empresas “CEMB”.

Varias bombas de humo rodearon al coche para cubrir lo que estaba pasando y para impedir que la gente que estaba grabando aún pueda obtener imágenes de lo que iba a ocurrir. Rojo se apresuró y abrió la parte trasera del coche, ahí estaban los periodistas, los saco y los líbero de las ataduras.

— Señor Rojo, yo siempre confíe en usted, pero no creo que ahora podamos salir de aquí.
— Los botaré al río, ustedes tendrán que escapar por su cuenta y salir de la ciudad.
— ¿Qué será de usted?
— Yo tengo medios.

Tomó a los periodistas de sus prendas y haciendo cálculo en el humo los aventó rumbo al río. Una vez terminado esa parte saco una placa del tamaño de una moneda de entre su armadura y la arrojó contra el coche, se pego como imán. Revisó una vez más el contenido para ver si encontraba algo, y justo detrás del chofer encontró una cápsula metálica con partes vidriosas que mostraban un líquido verde que parecía moverse por si mismo.

— Yany, ¿sabes que es?
— Contenido no encontrado.
— Perfecto, trae la moto.

Cuando salió, varios militares de operaciones especiales lo esperaban, armados con rifles y escopetas. Preparó una granada enteramente circular, de color negro y salió rumbo a ellos.

— Por crímenes contra la población de ciudad Cristal y por robo al Gobierno, estas arrestado.

Rojo no respondió, se limitó a lanzar la granada frente a ellos. Todos se cubrieron, cuando la granada se activó jalo todas las armas alrededor y las junto alrededor de la esfera que había lanzado, causando un gran caos entre los oficiales. Para cuando la granada magnética se detuvo Rojo había desaparecido del lugar.

— Maldito hijo de puta —dijo el capitán— se salió con la suya otra vez.

Quiso acercarse a inspeccionar la granada, pero antes de que pudiera dar tres pasos, explotó, destruyendo las armas y las pruebas de su aparición y empujando con la fuerza de la explosión al capitán.

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⏰ Last updated: Apr 14 ⏰

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El diario de un infielWhere stories live. Discover now