Intermitente | Gavi.

XVII

|Capítulo diecisiete: "Partido"|

"Todos buscaban una nota
y yo solo extrañaba a mi loca.
Yo solo quería besar su boca
y que en mi casa coma".

P A B L O

—Manel, Ginés y Daniel están abajo—. Me informó mi hermana—. Baja a conocerlos—. Dijo y se fue.

Me estaba tomando en serio lo de ser novio falso de Leonor, tan en serio que borré mi perfil de todas las apps de citas en las que estaba y contraté seguridad personal. Para tomar esta decisión, estuve hablando bastante con mi familia y con Quique; mi familia consideraba que iba a necesitar seguridad más adelante, pero Quique dijo que iba a ser mejor que los contratara ahora porque cuando todo estalle, no me iba a sentir tan abrumado al tener personas siguiendo cada uno de mis pasos.

Él me recomendó que empezara con tres porque la cosa no era tan complicada y vivía en una buena zona en la que había vigilancia las veinticuatro horas del día. Así que cada vez que yo saliera, iba a tener dos guardias y uno iba a estar en mi casa exclusivamente para que mi familia pudiera entrar y salir sin que se vieran atosigados de periodistas. Me dijo que luego, dependiendo de cómo vaya yendo la situación, yo decida sí contratar o no más seguridad. También me dijo que me quede tranquilo que mientras yo esté con Leonor, no iban a ser necesarios mis guardias, porque me iban a cuidar los guardias de la Corona Real Española.

Hoy iban a tener su primer día. Sin embargo, yo no los conocía. Quique me los recomendó, al parecer eran ex guardias de la Corona que despidieron hace un año para recortar presupuesto. Manel Almón tiene 28 años, es de Castilla, y está casado hace 1 año, sin hijos. Ginés Gómez tiene 35, es de Salamanca, está soltero y no tiene hijos. Daniel Sanchez tiene 25, es de Bilbao, está casado desde los 18 y tiene cuatro hijos.

Esta iba a ser su prueba de fuego para que queden o no en el puesto, pero, en realidad, fue una idea de Aurora para no contratarlos sin conocerlos antes. Ella tenía dos razones: la primera era conocerlos en persona para ver qué vibras le daban y la segunda era porque el contrato que le pedí a mis abogados que les redactaran era muy bueno para que lo tuviera cualquiera. Por mi parte, los tres estaban contratados, pero ella quería estar segura y a mí no me afecta en nada.

El pago de hoy iba aparte y se lo iba a entregar en mano cuando llegara.

Una casa de cinco dormitorios para Daniel, un departamento de dos dormitorios para Ginés y otro par Manel. Más 5.000 euros mensuales para cada uno, las horas extra serán de 1.000 euros. Su horario se aproximará en 8 horas todos los días de la semana, tendrán libre cuando yo lo tenga y cuando me vaya de viaje a jugar a otro país o a ver a Leonor, tendrán libre dos de ellos y uno se quedará en casa. Se decidirá quién tiene libre por orden alfabético, viendo sólo sus apellidos. Mi familia se encargará de buscarle un colegio a los hijos de Daniel y nos haremos cargo el primer mes de todos los gastos que eso conlleve.

Hoy iba a ir con Pablo Urdangarín a ver el partido del Barcelona Femenil contra Deportivo Huelva y en ése momento me estaba arreglando. Hacía frío afuera, así que me puse una gorra de lana para que me tape las orejas y que no se me congelen. Me arreglé otra vez la gorra hasta que me convenció y empecé a bajar. Nunca había tenido seguridad personal, se iba a sentir tan raro.

Al llegar al piso de abajo, donde estaban ellos, me llevé la sorpresa de que mamá ya los había hecho sentarse y comer su paella. Eran tres tipos grandotes y se veían tan pequeños mientras comían la paella y escuchaban atentamente lo que mamá y mi hermana les contaban. Ginés era el más musculoso de los tres, también el único pelinegro. Manel era rubio y tenía barba candado, un porte imponente. Daniel era el más menudito de los tres, pero se le notaba fuerte y era el que más amigable se veía. Principalmente, porque se reía de los chistes de mi padre.