/Pay de Limón/

29 5 8
                                    

Capítulo 2

Ya era de mañana, estaba lista para un nuevo día. Si quien sabe qué me suceda hoy, tal vez sea peor que el de ayer o antier, posiblemente no sean remediados tales días, pero hoy seré feliz. No iré a estudiar, por lo de mi mano. hum, no es tan malo, así no veré a Felipe —qué bello día — mi día será hermoso, pero eso no sería así. entrando a la cocina me lo encontré a él comiendo una tostada que hace aquí que no tenía que ir a estudiar. — Buenos días, Alteza — dije mientras tomaba algo de la veranda . Hay mi pay, aún vive. Lo preparé hace tres días. Tan exquisito postre era solo mío. Estaba tan feliz, pero una mirada fría me estaba observando. Esa mirada que me tensa en un momento. Se sentía tan pesado el ambiente. Mi respiración se agitaba cada vez más como pasé de estar feliz a tensa y nerviosa por un hombre.

—Me das una rebanada. Leticia. —

Volví a ver ese rostro tan bello, uno que nunca me va a ver con amor. —Claro como guste, Majestad usted, porque no fue a estudiar — mi mirada se posó sobre él.

—No tengo por qué explicarte lo que hago —esa mirada volvió a mí, es la misma de siempre bajando la mirada, solo recorte las rebanadas, una para él y otra para mí — dime, ya estás mejor, tu mano ya no duele — él está preocupado por mí. Sentir su mirada sobre mí es como un peso, soy como Atlas sosteniendo el mundo, uno incomprensible.

— Gracias por preguntar, Majestad, ya estoy mejor, solo no iré a estudiar por dos días más .

—Qué bien espero y mejores — me acerqué dándole su rebanada de pastel —Majestad, aquí esta, espero y le guste — mi sonrisa fue inerte y tonta — pay de limón hace mucho, no comía un poco de esto, lo has hecho tú — mi sonrisa salió desprevenida — sí, Majestad —.

—Ya que estarás aquí y yo también podría enseñarme a preparar uno —.

—alguna ocasión especial. Alteza. — Espero que no se enoje.

—Es para Lilibeth, ella ama los postres y quisiera darle uno para su cumpleaños —. Mi corazón se rompió para que su novia me ilusione con un hombre que ya es de otra mujer, me enamoré de un hombre que nunca será mío. No debí preguntar. Mis lágrimas querían salir, tenía que controlarme —Qué bien, Alteza, podríamos hacerlo mañana, si gusta —.

—Cómo gustes —.

Tomé el pay y lo metí al refrigerador — claro, príncipe, me retiró —. Esperaba unas palabras, pero ninguna salió de su boca. El hecho de esperar algo de él es lo que me duele. Odio amar a una persona que busca hacer feliz a otra, mi vida es un completo pozo sin salida. Entre a mi cuarto esperando sentir tranquilidad, pero nada sucedió. El aire me comprimía, el amor es doloroso. No quiero amar a Felipe — no quiero amarte —.

—Y si yo lo hago — mi cuerpo se quedó estático, no podía moverme el aire, me faltaba, mi corazón se comprimía, me temblaban las manos que hace aquí — ven, siéntate, te sientes mal, estás muy pálida —.

—Su Alteza, puede salir de mi cuarto. No me siento bien, necesito estar sola.

—No lo haré, estás mal, como quieres que te deje, así que te sucede — tenía que desahogarme, dejar salir todo de un solo —me sucedes, tú me sucedes que no puedo estar contigo, que me enamoré de ti y que me duele que ames a otra persona, que tu amor no sea para mí —.

—Me dices que me amas cuando básicamente somos unos desconocidos, ya no convivimos, no sé qué siento, me enoja verte con alguien que no sea yo. Odio que estés con ese estúpido de tu amigo, odio que estés con hombres, odio que no seas mía.

—Me estás reclamando, tú ya lo dijiste, él es mi amigo, nada más acaso sabes cómo me siento cuando la besas, cuando estás con ella, quiero sentirme como ella —

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 11 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

ENTRE LAS CENIZAS DE UN PRINCIPEWhere stories live. Discover now