XV

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Ya había pasado una semana desde que aquello salió a la luz.

Aquel día de la noticia Tsukishima cogió su teléfono lo más rápido que pudo y llamó a Kageyama, no tenía a nadie más para confiar.

Ahora estaban quedándose en la casa del pelinegro, él no tendría problemas si no fuera que esa semana era en la que Hinata se quedaría también, ahora no podían hacer sus cosas tranquilamente.

—Buenos días, ¿Quieres algo específico para desayunar Yams?— preguntó Shoyo, mientras abría el refri.

—Lamento estos inconvenientes... Pero dios- suspiró- mataría por comer unos panques de avena con plátano y se supone que jamás me gustó la avena.

El otro omega solo sonrió de oreja a oreja, contagiándole esa energía tan buena al pecoso.

Pronto al comedor se sumaron Tsukishima y Kageyama, habían ido al patio desde temprano para hablar sobre qué pasaría con el equipo ahora que ni podían practicar porque cada que alguien pisaba el coliseo, las cámaras se aparecían y no dejaban a nadie en paz.

—Maldición ... No sé qué haremos en los próximos partidos.— se quejó Tsukishima mientras se sentaba en una de las sillas, al lado de Tadashi, apoyó su cabeza en el hombro del omega, eso lo ayudaba a calmarse.

El peli oliva trataba de mantener la calma, pero no podía, en parte había sido culpa suya, sabía que su jefe tenía mucho que ver en todo esto.

Y él no lo dejaría así, era reportero, su trabajo era sacar a la luz datos que pocos tienen acceso, debía demostrar que no lo callarían, con ese reportaje lo habían dejado en una mala posición, pero eso se acababa ahí.

En la mesa no había mucho tema de conversación, por lo que Tadashi agradeció y se retiró a la habitación que Kageyama les estaba prestando.

Cerró la puerta,  sacó su celular y comenzó a buscar en sus contactos, de algo le tenía que servir haber estado con varias personas.

"¿Hola?

Tadashi llevaba tiempo queriendo olvidar esa voz, pero no tenía otra opción, estaba haciendo esto por Kei.

"Hola...Terushima"

El pecoso realmente no quería pedirle un favor, pero ese alfa era uno de los mejores investigadores que conocía, desde que estaban en la universidad era muy bueno.

La conversación era muy distante, sin segundas intenciones. Les tomó un par de minutos acordarlo, pero finalmente decidieron encontrarse esa misma tarde en la cafetería que estaba cerca al departamento que antiguamente ellos compartían.

Yamaguchi comenzó a arreglar sus cosas, tenía varios archivos que debía juntar, tampoco podía olvidarse de todos los pequeños detalles que había pasado con Tsukishima, esos que había anotado en una libreta.

Estaba tan ajetreado con esas cosas que a penas se dio cuenta cuando su alfa entró a la habitación.

— ¿Pasa algo?— preguntó Kei sentándose en la cama mientras veía como el omega estaba muy concentrado con su laptop.

— Me voy a encontrar con alguien, estoy preparando algunos archivos.

El rubio se levantó un poco agitado y se acercó más al pecoso.

— Si se trata de esa noticia, es razonable que yo también vaya— se quejó.

— Solo déjame hacer esto, luego todo estará bien...

El alfa se quedó callado, en realidad no tenía mucho que reclamar, él no sabía que hacer y sí Tadashi podía ayudar estaba encantado, solo le incomodaba algo, era como una intuición sobre lo que pasaría.

Yamaguchi salió de la casa de Kageyama y tomó un taxi hasta la dirección acordada con Terushima. Atrás suyo estaba su destinado, en otro auto, su instinto fue mayor a su razón.

El viaje no duró mucho, Kei llegó casi junto con el pecoso, pero puso muchísimo esfuerzo en no hacerse notar.

Estaba manteniendo un perfil bajo todo ese tiempo, hasta que vio como llegaba un hombre en un auto negro que dejó estacionado cerca, ese individuo tuvo la osadía de acercarse y darle un abrazo a Tadashi, quería ir y empujarlo, pero sería muy inmaduro se su parte, solo siguió viendo, con fuego en los ojos, pero siguió.

Dentro de la cafetería no había un buen ambiente, era un reencuentro no tan deseado por ambas partes evidentemente.

— Veo que otra vez estas en cinta... ¿Cuánto tiempo llevas?

"Otra vez" esa palabra realmente le dolía demasiado, recordaba cosas pasadas, no era nada bonito.

— A penas tengo un mes y medio... Todo está bien.— respondió el omega abrazando con un brazo su abdomen, quería protegerlo.

— Ten cuidado, no vaya ser que pase eso de cuando estábamos saliendo-

— ¡Cállate!— gritó Tadashi, alarmando a los comensales del lugar. — Cállate, no sabes la situación.

— Tranquilo, solo lo decía de buena manera... De todas formas uno nunca sabe cuando puede pasar un accidente.

Tadashi se levantó  y golpeó la mesa, talvez no había sido buena idea encontrarse con él.

— Eso no pasará— una voz se escuchó detrás de ellos, era Tsukishima, había escuchado toda la conversación y no dejaría que le dijeran eso a Yamaguchi, — Nada malo pasará, porque yo soy su destinado y me aseguraré de mantenerlo a salvo, nada le pasará al bebé tampoco.— usó su voz de mando para decir esa última frase.

El otro alfa se sintió intimidado por el aura dominante de Kei, solo sonrió y levantó las manos en señal de perdida.

— ¿Empezamos con la investigación Tada?

Yamaguchi y Tsukishima se miraron y accedieron volver a sentarse.

Compartieron muchos datos, también unieron varios puntos y concordaron que realmente era ilegal lo que la prensa hizo con la vida privada del rubio, una cosa era el deporte y otra su vida privada la cual debía ser revelada por él mismo.

— Déjame hacer una llamada, conozco a un abogado que ya se ocupó de casos así, yo me puedo encargar de desviar la atención del publico y también de borrar las fotos que subieron de ustedes, pero Koshi Sugawara se encarga de lo legal.

Se pusieron de acuerdo y cambiaron de lugar, para encontrarse con el abogado, era un omega de pelo cenizo, se notaba lo serio que era, tenia fama de siempre ganar sus casos, todo se acomodaba para bien.

Fueron dìas realmente agitados todos corriendo de aquí para allá, sacando papeles y documentos que jamás pensaron tocar. Pero finalmente lograron completar todo, ahora solo quedaba denunciar a la empresa que expuso todo eso.

A Tadashi le causo un poco de conflicto volver a pisar ese edificio, pero esta vez no estaba solo, estaba con Tsukishima a su lado.

Fueron con Sugawara también, las cosas se resolvieron casi al instante, Kozume al ver a un abogado en su oficina se alteró, pidió disculpas infinitas al rubio, pero nada lo haría cambiar de opinión, Kei tenía varias cosas en contra de ese lugar, principalmente por tratar tan mal a su omega y por meterse en su vida.

Salieron victoriosos, con todos los artículos borrados y una indemnización por todos los daños, por fin habían solucionado ese problema.

Era hora de contar su versión de la historia, Shoyo se contactó con una empresa de telecomunicaciones muy famosa, si hablaban ahí, sin duda todo Japón los escucharía.

Esta vez Kei daría la cara, por él, por su omega, por su nueva familia. No dejaría que nada malo les pase nuevamente.


Imposible [TSUKIYAMA] [OMEGAVERSE]Where stories live. Discover now